Isla San Andrés, un santuario de vida silvestre, cálidas aguas verdes y azuladas, arenas blancas, manglares de cocos y la gran leyenda del pirata Morgan

San Andrés es una isla colombiana del mar Caribe, frente a la costa de Nicaragua. Es conocida por los arrecifes de coral y la música reggae. La encendida playa Spratt Bight tiene un paseo costero bordeado de palmeras. En el litoral está el Parque Johnny Cay, una pequeña isla con mangles de cocos y playas de arena blanca. El Parque Regional de Mangle Old Point es un santuario de vida silvestre con cangrejos, iguanas y aves.

Cerca de cuarenta sitios para bucear, unas de las mejores playas del Caribe, un mar azul, pero que también es verde y de tonos lila, y gente llena de amabilidad… Esos son tan solo algunos de los encantos de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ubicadas en el Caribe colombiano.

El Archipiélago, ubicado a unos 230 kilómetros al este de Centroamérica y a unos 750 kilómetros al norte del territorio continental colombiano, fue declarado en el año 2000 Reserva Mundial de la Biosfera «Seaflower». Esta reserva no solo incluye las islas y sus cayos lejanos; además, conforma el 10% del mar Caribe, con una extensión mayor a los 300 mil kilómetros cuadrados.

A estas islas paradisíacas llegan viajeros de todo el mundo en busca de atardeceres perfectos, playas de arena blanca y altas palmeras que se mueven con la brisa y que, combinadas con las sonrisas despreocupadas de sus habitantes, convierten a este destino en uno de los mejores lugares para pasar unas vacaciones tropicales.

En este pequeño paraíso, las influencias de ingleses, españoles, piratas y corsarios se mezclaron con el pueblo afro para dar como resultado una cultura de mucha riqueza. De hecho, seguramente escuches a los lugareños hablar creole, una particular mezcla de inglés isabelino, español y dialectos africanos.

¡Pero no te preocupes! Los sanandresanos también hablan español e inglés, así que la comunicación es muy sencilla.

Esta fusión cultural ha dejado una huella en la música, entre la que se encuentran ritmos como el reggae, el reggaeton, la soca, el calypso, el merengue, el vallenato y la salsa.

La leyenda del pirata Morgan

En la isla de San Andrés, con tan sólo 27 kilómetros cuadrados, uno de los mayores deseos de sus habitantes es encontrar el gran tesoro repleto de oro, plata y piedras preciosas que fue obtenido por el pirata de origen gales, Henry Morgan y depositado en una cueva.

Esta fantástica historia por décadas ha sido difundida oralmente, cobrando fuerza en un lugar específico: la Cueva de Morgan, sitio donde se dice que está escondido la gran fortuna que Morgan le arrebató a los españoles después de derrotarlos con la ayuda de 1.200 hombres. Fue así como se adueñó de la vieja Panamá y la saqueó por completo.

El privilegiado sitio para esconder tal tesoro está ubicado en el kilómetro ocho en la vía circunvalar de la isla, ahí en medio de una cueva que se prolonga hasta 120 metros de profundidad cubierta por agua dulce, dicen los nativos que permanecen las riquezas de este pirata.

Para los viajeros sigue siendo llamativo este mito, razón por la cual diariamente llegan cientos de ellos a visitarla para visibilizar desde lejos esa pequeña cavidad que alberga murciélagos, pequeñas lagartijas, cangrejos y la escultura de un pirata que fue puesta para la atracción de los visitantes.

El acceso está restringido más allá de los cuatro metros, y sólo es posible tomar fotos en la boca de esta legendaria cueva de roca coralina.

Quienes han tenido la osadía de atravesarla aseguran que al final hay una imponente isla virgen, que no alberga el anhelado tesoro. De esto no hay registro fílmico o fotográfico que pueda comprobarlo, así como tampoco existe un registro con las identidades de las personas que se han aventurado en esta travesía.

De ahí se desprende la supervivencia de esta historia a la que por medio de la tradición oral los abuelos nativos han venido dándole un lugar dentro de la historia del archipiélago, y a la que han explotado cultural y turísticamente.

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