Mykki Blanco es una cantante trans rapera y trapera estadounidense.
Revolucionó el hip hop mundial por su elección y temáticas en canciones, además de su manera de lucir arriba de un escenario, rompiendo esquemas y tabúes preestablecidos.
Portadora de HIV, esta artista trans está involucrada en la causa de gente infectada: eso la hace una persona valiente. Nunca se detiene. Y lo da todo por la música. Se hizo famosa, en principio, a través de las redes sociales. Hoy es furor mundial. En exclusiva, MDM conversó con esta artista versátil, provocadora e idealista. Una rapera que marca tendencia.
-Primeramente, quiero destacar el cambio que generaste dentro de la escena del rap; ese proceso en el que llegás a este presente tanto con tu música como con tu postura de ruptura dentro de lo convencional, ¿cómo se dio? ¿Cómo fue el proceso?
-Primero de todo, nunca realmente planteé ser rapero. Fui a la escuela de arte y realmente estaba interesado en arte performático y música experimental. Leía libros de poesía y empecé a hacer punk noise music para mis poesías, además hacía videos de arte filosófico, fue así como empecé a rapear. De esa manera, la gente me decía: “Deberías probar con la música”. Ese fue el comienzo de todo esto
-¿Qué respuesta recibiste del rap tradicional, principalmente por el hecho de instaurar el queer rap, rompiendo los estereotipos? ¿Resultó dificultosa la aceptación o de pronto te diste cuenta que había público que acompañaba, que se acercó con tabúes?
-Con certeza, nunca me involucré con el rap del mainstream, porque en mi música básicamente se encuentra en Tumblr, Twitter, Instagram. Todas esas redes sociales empujaron para que mi música se escuchara alrededor de todo el mundo. A través de esas aplicaciones a su vez empecé a generar dinero, entonces es por eso que tampoco me veo y siento involucrada en el mundo del hip hop. Después, el tema de mis letras, hablan por sí solas. Es tan solo escucharlas y comprender los mensajes que doy.
En una de mis primeras giras fui telonera de una banda de hardcore rock experimental, por eso te digo que realmente nunca estuve comprometida con el mainstream del rap.
-¿Cómo vivís esto del reconocimiento masivo y de lo que conseguiste no solo desde lo musical, sino desde lo visual?
-En 2018 fue la primera vez en años que volví a entrar a un estudio de grabación y desde entonces todo lo que viene sucediendo estos años a nivel grabaciones, discos me hace muy feliz. Y estoy muy feliz de que el público escuche este estilo de música orgánica, me hace poner muy contento, además de haber podido juntar a mi banda y haber conseguido una etapa de mixturas sonoras y visuales.
-¿Qué podés agregar acerca de las grabaciones que difundís en los últimos años a través de las plataformas digitales?
-Una de las cosas que más me atrajo es haber podido trabajar con un productor de techno, de música electrónica, y todo esto lo utilicé para crear mi propia versión del hip hop. Fue el gran paso de trabajar con instrumentos y formar una banda. Yo ya no quería samplear más.
-Sin duda, lo conseguiste…
-Sí, porque desde entonces me propuse trabajar con ellos para crear las melodías y armonías. Es asombroso, porque nunca me había dado cuenta que a través de las sesiones de improvisación orgánica íbamos a conseguir tanto. En los últimos años pude contar con muchos más sonidos, incluso con mi banda logramos conseguir un montón de sonidos novedosos. Y eso para mí es la gloria.
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