El dúo musical La Forastería habla de su vida en las Sierras de Córdoba: «Intentamos llevar a cabo distintos procesos artesanales, ya sean estos musicales, gastronómicos, botánicos, arquitectónicos y alquímicos»

La Forastería tiene su origen en las Sierras de Córdoba, Argentina, donde la cantante Toni Volpen y el productor musical Tuto Petruzzi eligieron radicarse en un ámbito permacultural y autosustentable desde hace algunos años.

De larga trayectoria en la escena porteña junto a distintas agrupaciones, deciden comenzar a experimentar con recursos electrónicos y tecnológicos agregando texturas y matices a su paleta de colores musicales y experimentando otra dinámica musical.

Influidos por la geografía en la que viven, comienzan a investigar las raíces folklóricas sudamericanas y africanas, ampliando y desdibujando aún más sus fronteras musicales y estilísticas. Esa búsqueda los lleva a aislarse en su estudio/hogar para pre-producir su álbum debut «Ofrenda» y el set que desarrollan en vivo, el cual consta de varios artistas en escena, como también de proyecciones visuales y performances.

El dúo construyó con sus propias manos un espacio cultural con materiales sustentables llamado “Experiencia Molecular”, donde organizan una serie de eventos y talleres y también el Festival Alternativo Experiencia Molecular que va por su tercera edición.

En la actuación en vivo sientan su mística, donde no se trata solo de un evento musical sino de una experiencia regeneradora en el que intervienen los cinco sentidos (baile con fuego, contorsionismo, visuales, acrobacia y magia).

Durante el verano pasado el dúo realizó una serie de conciertos en Buenos Aires y Córdoba y en este mes presenta oficialmente su primer EP «Ofrenda»: álbum que fusiona mixturas étnicas/electrónicas combinadas con timbres y raíces de la música tradicional afroamericana.

«Ofrenda» se conforma de canciones que pasan del trance al bombo legüero cruzado con el spaghetti western y la psicodelia, para transmutarnos al lugar a donde vive el dúo y desde donde fue compuesto el material: una biocomunidad de 100 habitantes, sin luz ni gas, situada a monte abierto en el interior de la provincia de Córdoba. Antes de su próximo concierto, conversamos con el dúo.

-¿Cómo influyó el “almibaramiento” en su vida? 

Tuto: La vida ha cruzado nuestros caminos de muchas maneras. Con Toni llevamos adelante muchas cuestiones, proyectos que son sólo posibles por el amor que nos une. Todas nuestras faceta familiares, artísticas, profesionales y amorosas se dan y conviven todo el tiempo. Es siempre un aprendizaje poder lograr un balance. Intentamos tener empatía siempre y poder atravesar las vicisitudes del destino con entereza. 

Toni: Siento que desde que se dio esa conexión entre nosotrxs, la magia no paró de suceder. Se creó un puente creativo muy fuerte y que con solo poner la intención en un lugar las cosas iban fluyendo encausándose de la mejor manera. Desde la llegada de nuestra hija, venirnos a vivir al monte un día antes de que se desate la pandemia y hasta en pleno puerperio decidir gestar La Forastería fue todo posible gracias al amor y la confianza en le otre.

-¿Qué se siente haber hecho realidad su sueño y vivirlo a diario? 

Tuto: Quizás uno va cumpliendo el sueño cada día que vive como quiere, dentro de sus posibilidades, claro. Esto no es sopa y hay que reafirmar cada día y sostener esa voluntad de trascender justamente esas posibilidades. Pero nos permitimos soñar todo el tiempo, es un lujo que nos damos, y gran parte de las veces le encontramos la forma para hacer esas locuras posibles. Detrás de cada cosecha hay una labor grande. Sin dudas en el último tiempo han pasado cosas increíbles y alucinantes. El camino es el destino.

-¿Cómo fue la creación de este disco en un contexto pandémico pero a su vez, con una locación tan particular? 

Tuto: Fue hermoso. Fue crear con calma, sin prisa y sin saber a donde el mundo iba a parar. Por lo que las expectativas fueron puramente artísticas. El proceso fue macerando lentamente estimulado por muchas circunstancias la magia que aviva la gente que va formando parte. Recién ahora vamos viendo los resultados de toda esa búsqueda genuina y profunda. 

Toni: Hubo mucha presencia, bajar varias revoluciones a las que veníamos acostumbrades en la ciudad. Conectar con lo que pedía el monte, respetar sus tiempos, conocer gente nueva que ya tenía tiempo viviendo aquí y siempre traen alguna enseñanza e inspiración. El contexto ayudó a crear esa cueva que nos permitió refugiarnos en la música. 

-¿Cómo es posible empalmar el sonido electrónico con un entorno permacultural y autosustentable? 

Tuto –Con la energía del sol se puede montar un suficiente estudio de grabación y producción. Se puede plantear un laboratorio musical en la naturaleza fácilmente.  De todas formas tener un par de baterías no es lo más sustentable del mundo, pero bueno, creo que se genera y acopia energía a un valor contaminante mucho menor. Se puede prescindir de ellas sin dudas, laburar y vivir al compás del sol ayuda mucho a necesitar menos recursos energéticos. 

-La gestación de “Ofrenda” tuvo lugar en Estudio Molecular. ¿Cómo fue la planeación y construcción de su laboratorio sonoro? 

Toni – Primeramente la inspiración vino de una forma tan copada de construcción que se utiliza en la zona: postes de madera, paredes de barro y paja con techo vivo. Luego nos surgía la necesidad de tener un espacio de expansión creativa separado del hogar. Decidimos hacer un dodecágono con techo recíproco vivo, es decir una estructura de doce lados iguales en las paredes y en el techo con palos intercalados sosteniéndose entre sí con pastito creciendo del techo. Fue todo un desafío de geometría sagrada, pero nos interesaba experimentar con las diferentes técnicas de bioconstrucción sustentables y ver como se comportaba también la sonoridad con las paredes de barro y la forma circular del estudio. 

-¿Consideran que lo que se intenta emular con los sonidos que construyen es un estado “renacido” de las cosas? ¿Por qué? 

Toni: Podría decirse que si, siento que los sonidos que generamos van brotando desde un lugar genuino, de nuestras diferentes vivencias y saberes. Para nosotros es un renacer constante en un montón de sentidos, desde la interpretación vocal hasta la base rítmica, cada sonido es buscado, ensayado y moldeado hasta dar con el que nos conmueve. 

-¿Por qué creen que “El camino es el destino”? 

Tuto – Porque de esa forma se activa y empodera mucho más el presente, la fragilidad del ahora. Ya no importa donde estamos yendo, importa lo que estamos siendo en este viaje y como nos estamos sintiendo con esa experiencia. Si algo nos mostró la pandemia es que todo tu futuro se lo pueden fumar con un decreto del poder, ya este venga del ámbito político, mediático o cultural. Y estamos vivitos aquí y ahora. Siempre vamos a estar planeando y mirando un poco hacia adelante, pero intentamos que la atención no se vaya hacia allí, sino al bendito instante del presente y de la exaltada consciencia de gozar del espíritu vital.

-¿Cómo es su vida en el monte? 

 Tuto – Tranquila. Siguiendo los procesos de la naturaleza. Intentamos llevar a cabo distintos procesos artesanales, ya sean estos musicales, gastronómicos, botánicos, arquitectónicos, alquímicos. Investigamos muchas cosas, trabajamos la tierra. Defendemos una idea de soberanía energética, alimentaria y espiritual, a veces cumpliendo los objetivos en mayor o menor medida.  La universidad molecular enseña un poco de todo. Cuando uno se viene al monte lo primero que recupera es el tiempo, el silencio y un montón de cosas más. 

-¿Sienten que “Ofrenda” es un ecosistema sonoro pluridiverso? 

Tuto – Si, intentamos crear estados sonoros musicales. Nos gusta que convivan instrumentos y texturas como si se tratase de especies de un bosque conviviendo. Como la textura de una noche en el monte. 

-¿Cómo idearon el Festival Alternativo Experiencia Molecular? 

 Tuto – La experiencia es la celebración de todo este nuevo proyecto artístico, espiritual y vital. Fue mucho tiempo de cambios y esfuerzo, de criar, desde que dejamos Buenos Aires hasta este presente. Mucho laburo. 

Toni – También del deseo de mover la cultura y el arte, de abrir el escenario para artistas de la zona y de otros lugares, volver a generar espacios de encuentros artísticos luego de que estuvo todo tan parado. Nos llevamos la sorpresa y la alegría que en la zona donde vivimos hay mucha calidad de buenxs artistas.

-¿Piensan que la Experiencia Molecular Fest sentó las bases para toda la experiencia en vivo que están preparando? 

Toni: Si, se armó una familia artística en donde más allá de lo musical se fueron sumando humanes que iban aportando diferentes condimentos a nivel escénico: proyecciones, performances, danza, acrobacia, poesía y magia. Eso nos dio mucho vuelo.  

Tuto: Totalmente. La circunstancia del festival llevó nuestro show a una escala más performática, de muchas cosas pasando al mismo tiempo. Eso nos mostró un camino, una dinámica en la que nos empezamos a sentir muy cómodxs y que puede ir transmutando show a show con el aporte de distintxs artistas. Un poco termino de consumar el “espíritu forasteri”, las veladas que nos gustan. 

-Luego de la próxima presentación en el C.C.Richards se viene una gira europea muy importante. ¿Qué sienten al respecto de estas noticias tan poderosas?

Tuto: La verdad es que estamos viviendo esta realidad con mucho entusiasmo. La Forastería es una movida independiente y eso acarrea mucho remar, pero cuando surgen este tipo de cosas es cuando las señales van mostrando que todo va bien. Hay varios shows confirmados en Barcelona, Valencia, Ibiza y Mallorca lo cual nos pone realmente muy felices.  Siempre la idea de viajar y llevar lo que hacemos a otros confines, a otras culturas nos complace mucho. Es una iniciativa que siempre que haya energía vamos a seguir haciendo. Y el show en el Richards es el puntapié inicial de la gira, quizás como para comenzar con el abrazo de nuestra gente. También es muy lindo poder volver a nuestra ciudad de origen y compartir la búsqueda, el laboratorio sonoro que venimos llevando acá en la Sierra.   

Toni: Muy agradecides por todas las puertas que se abren. El espíritu de La Forastería es nómade, es llevar la música a lo largo del camino, en diferentes destinos, para diversas culturas y humanes diverses. Lo rico de forastear es ofrendar en un sitio ajeno al propio algo de nuestra historia y así dejar la semilla para que suceda la mística. 

La Forastería se presenta este sábado 28 de mayo en el Centro Cultural Richards (Honduras 5272, C.A.B.A.), a las 21 horas; las entradas se encuentran disponibles en Passline.

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