Laura Zapata, creadora de Big Mama Laboratorio, rememora su niñez: «Recuerdo ese acercamiento con la imagen de una casilla de madera tapada con nylon para resguardarse del frío. El techo de chapas y cartón tenía agujeritos, y cuando estaba muy soleado atravesaba un cenital de luz. Me encantaba bailar bajo esa lucecita cuando tenía cinco»

“Shamkay” significa en quechua  “Trabajar”. De ahí el nombre de la canción que está presentando por estos días Big Mama Laboratorio junto a Nación Ekeko.

Fue compuesta por Laura Zapata (Big Mama Laboratorio) mirando al monte santiagueño, luego de haber escuchado una historia verídica de usurpación de tierras para un fin comercial, corporativo de carácter extranjero. La letra de esta canción cuenta la sensación que despierta en aquellos que trabajan en pos de la vida y de seguir construyendo en comunidad. Tanto por el bien del planeta como por los seres que habitan en él. “Shamkay” está ilustrada sonoramente junto a Diego Pérez, de Nación Ekeko., quien también integra hace años Tonolec con Charo Bogarín

Big Mama Laboratorio es Laura Zapata. Su proyecto musical nace en noviembre de 2011 en la Villa San Cayetano de Beccar (Provincia de Buenos Aires). El latin power se hace presente mixturando sonidos como rap, cumbia, trap, reggaeton y dance-hall con electrofolk, entre otras vertientes. Big Mama Laboratorio combina enérgicamente estos elementos que parecen diferentes, logrando un resultado conceptual, popular y sumamente energético.

Este colectivo artístico está pensado como un laboratorio musical ligado a la danza y a la comunidad.

En las letras se cantan las experiencias vivenciales de la compositora y coreógrafa Laura Zapata. Y en cada puesta en escena, las performances cuentan sensaciones, percepciones e imaginarios. Sin embargo se encuentran fuertemente arraigados al origen de cada integrante de Big Mama. Esta mixtura invita al espectador a ser parte de un ritual que invoca a las buenas vibras para transformar lo imposible en lo posible, lo increíble en creíble”.

Big Mama compuso y compartió escenario con artistas como Miss Bolivia, Paloma del Cerro, Camilo Carabajal, Sara Hebe, Leo García, Los Totora, Nación Ekeko, Lula Bertoldi, entre otros.

-Laura, ¿cómo fue la composición de “Shamkay”?

-Compuse mirando al monte santiagueño, en una de esas visitas a mi familia de Santiago del Estero, Añatuya, más precisamente. Mis tíos me contaban que junto a sus vecinos evitaron que una empresa extrajera desalojara a muchas familias que habían vivido ahí hace muchísimos años. Ayudando a mi tía a sembrar, me hizo reflexionar para qué es el progreso y el desarrollo. Uno trabaja en pos de la vida o la muerte, y mi tía me dio la palabra clave para esta canción: “Shamkay”. Que significa trabajar.

-Consideras a tu tía como tu gran maestra y, sobre todo, de lengua quechua. ¿Cómo influenció en este nuevo single todo tu aprendizaje junto a ella?

-Ella es una persona amorosa y muy sabia. Me fue enseñando lo que ella sabe y como pudo, ya que me contaba que mis abuelos no le permitían tanto aprender su lengua ancestral. Tal vez por vergüenza o para que se adaptaran más a la “sociedad”. La verdad, una lástima.

-¿Cómo percibiste el trabajo junto a Diego Pérez de Nación Ekeko?

-Con Diego me fui cruzando en la vida. Yo era bailarina para algún evento de Tonolec, luego seguí su camino solista y tuve la suerte de tocar en un mismo festival con él, por ende no se me ocurrió otra persona para que le diera la sonoridad y fuerza que necesitaba la canción. Fue de inmediato, una especie de intuición y así fue. Creo que también estamos en búsquedas similares porque Diego decidió también sumarlo a su disco “Qomunidad”. Así pues esta obra toma más sentido. Él es una hermosa persona y un artista sensorial casi chamánico, diría. Fue un placer trabajar con Diego. Aunque nos comunicamos y creamos mucho a la distancia creo que el resultado ha sido un “power engendro”.

-¿El monte como gran fuente de inspiración para “Shamkay”?

-Así es, y lo extraño, no puedo esperar a ir este año otra vez, cerrar los ojos y sentir todo eso que describo en la canción, me baja muchos cambios. Me relaja la mente. Cuando pueda volver a visitarlo algunas canciones nuevas me traigo seguramente.

-Casi 10 años de Big Mama Laboratorio. ¿Cómo ves todo el crecimiento que tuvieron a lo largo del tiempo?

-¡Uff, 10 años! Miro atrás y veo que han pasado cosas. Arrancar en el año 2011 mezclando, rap, folclore, cumbia y reggaetón era raro. Sobre todo si es un proyecto vinculado a la danza (el arte más rezagado). Todo eso sumado a que sea un proyecto de arte y transformación social, ¡Puf!, enorme y ambicioso, como me lo han catalogado. No fue difícil encajar, pues era complejo de encasillar, era muy nuevo y aún no existe algo semejante.

Éramos pibitos pobres que hacían la gracia y se superaban, por lo que había que demostrar a cada rato que éramos artistas a la talla de cualquier otro.

Celebro igual que gracias al documental emitido en el país, una serie – documental de 4 capítulos, emitida por Canal Encuentro y ganadora del concurso de Documental Federal del INCAA, y al laburo que hicimos, se desprendieran y regaran semillas de proyectos parecidos. Aún así, con toda esta lucha social histórica y lo que significa, aquí sigo: creando canciones, entrenando jóvenes emergentes que se están sumando a esta nueva etapa, así como también artistas de gran trayectoria.

Seguimos creando arte para transformar, pero esta vez con nuevo enfoque y creo que se debe a la experiencia que tuve en estos diez años de búsqueda en el Laboratorio.

-¿Cómo llevar la puesta en escena al streaming?

-El streaming es un nuevo formato donde se puede plasmar la idea de las canciones quizás, estamos ahora mismo armando un show con visuales y danza, pero también algo nuevo. Soy siempre fan de los formatos guerreros: transmitir mucho con pocos elementos.

-¿Cómo es el proceso de crear la performance para una canción?

-Cada canción tiene un mundo una forma de abordarse, la temática lleva a la danza y a la puesta, me gusta dar lugar para que se comparta con el público activamente.

El vestuario, lo que se ve y se siente, todo da una data. Por lo que considero que cuando se arma una puesta es muy bueno pensar en todos los sentidos. Sin ser tan literal, ja.

-Una vez dijiste que “hay algo que une a los seres humanos, sin importar de qué parte del mundo sean”. ¿Considerás que eso mismo permite una unión, aunque sea a distancia, y aún en este contexto que nos toca vivir como mundo?

-La otra vez justo hablaba con mi libriano marido, él vio que en Star Wars le dicen “la fuerza”. Bueno, para mí existe y le podemos poner muchos nombres: Dios, Universo, Jesús, El Gauchito Gil, Gilda, Budha, la suerte o lo que sea.

La “Fuerza” es y está entre nosotros, pero son años y años de tanta contaminación de todo tipo que es difícil si quiera pensar o creer en ello, siempre viene algo que nos corta esa antenita. Es nuestra labor encontrarla y repararla siempre. 

-¿Creés que desde el arte es posible derribar fronteras y fomentar una unión ante un momento tan difícil como el actual?

-Claro que sí. El diálogo, ideas y las visiones de la vida pueden ser diferentes y aún pueden construir algo en complemento con lo otro. Desde el arte es muy posible la retroalimentación. Pienso que es muy importante escuchar, ver e interpretar al otro sin juzgar. 


-¿Consideras que el Laboratorio trabaja a nivel sensorial?

El Laboratorio es un gran aprendizaje de prueba y error hasta encontrar lo que construye. En mi experiencia, creo que es tal como decís: se trabaja a nivel sensorial. Pues desde la convivencia grupal, hasta la mutación y el cambio permanente que se experimenta, nos alimentamos de data y algo sucede.

-¿Cómo logra Big Mama Laboratorio la creación de puentes que potencian distintas realidades?

En parte es sentir y ver como la vive el otro, ¿no? También poner en puesta nuestra visión y desde allí construir. El amor o el desamor existen y está en cada uno de nosotros, y desde esa humanidad encontramos puentes…

-¿Cómo fusionan los distintos formatos en Big Mama Laboratorio?

-Fusionamos con músicos, bailarines, vj, dj, stage Manager y técnico, y managment, con todo ese “armatoste” que tiene que ver con la carrera artística musical, es el formato show en vivo y cuando salimos a cantar las canciones y realizamos las puestas en escena, todo se mezcla.

Otro formato es La Big Mama tallerista en diferentes lugares y períodos, por ejemplo: tengo un taller en Casa de Juventud de música y danza urbana, también en Programa Adolescencia contamos con talleres de rap y de estilos urbanos; a su vez, otros workshops y seminarios. Suelo invitar y sumar artistas emergentes de estos talleres al formato de show.

-¿Convertir una gran pasión en tu trabajo es un suelo hecho realidad?

-Es una gran pasión, sin lugar a dudas, y mi trabajo, pero a pesar de los grandes esfuerzos que hago cada día desde hace tiempo, aún no logro que este sea mi sustento al 100%.

Con muchas dificultades puedo seguir produciendo con todo lo que ello significa. Aún así no pierdo la fe ni la esperanza de que esto crezca de manera que se convierta tanto en mi ingreso como el de muchas personas. Ese es un sueño a cumplir.

-¿Qué sentiste al trabajar de forma colectiva con Diego Monk?

-Con Diego Monk trabajé en el primer disco y fue una experiencia enriquecedora por muchas razones. Luego en el segundo disco trabaje con Naku Berneri y hoy por hoy estoy trabajandoen colaboración con Coloco Club y otros productores.

Siempre ha sido una labor colectiva de cambios constantes y nuevas experiencias. Se aprende y se crece bastante, tanto en lo musical como personal. Cada visión y experiencia que tenga uno en la música es valioso para crear una canción, y colabora con lo que queremos decir y su método. Jugar a mezclar y encontrar puentes musicales que hilen estas identidades sonoras, es clave.

-¿Cómo se trabaja esa simbiosis constante de lenguajes que se fusionan en el Laboratorio?

-Es divertido pensar que en un género tiene ciertas características y pueden verse cambiada o modificadas tanto desde lo musical como narrativo. También me gusta mucho modificar el enfoque, cambiar el timbre de instrumentos etc. En medio de todo este laboratorio es necesario ser genuino y conservar nuestra identidad. Es “alto laburin” pero muy divertido.

¿Qué significa para vos que el proyecto sea “anfibio”?

-Funciona en muchas formas y  diferentes ambientes. En la mezcla que es esto hemos tocado en festivales de nuevas tendencias emergentes, festivales de concientización ambiental, causas de justicia social. Quienes entienden este proyecto ven nuestro laburo. Este proyecto es muy amplio y creo que funciona tanto en la tierra como en el agua.

-Laura, ¿cómo recordás tu acercamiento a la danza y al canto?

Recuerdo ese acercamiento con la imagen de una casilla de madera tapada con nylon para resguardarse del frío. El techo de chapas y cartón tenía agujeritos, y cuando estaba muy soleado atravesaba un cenital de luz. Me encantaba bailar bajo esa lucecita cuando tenía cinco o seis años. Siento que todo esto estaba en mí desde antes que me diera cuenta. Cantar fue el segundo paso.

¿Cuáles son las influencias musicales que te inspiran tanto en el canto como en el baile?

-El día que vi a Michael Jackson cantar y bailar fue un viaje y una revelación. Yo quería bailar y cantar. También componer canciones y que en las letras se hablara de cosas redundantes de la vida. Luego conocí artistas que fueron dándome mas señales para encontrar mi estilo, como Totó la Momposina, Lila Down, Cypress Hill, entre muchos otros.

-Se está gestando “Engendro”, un nuevo trabajo. ¿Es posible adelantarnos cómo será su cosmovisión multisensorial?

-Es un trabajo que ya se viene amasando desde 2019 y durante el 2020 tomo más carácter debido a todo el contexto que vivimos.

Es una invitación a reflexionar sobre la humanidad como comunidad. La idea es pensarnos desde como ciudad, país, continente y planeta. Las temáticas son variadas y la mixtura de géneros se verá más en la obra completa. Para cada canción hay invitados que exploran dichos géneros o temáticas en sus búsquedas, algunos de ellos son: Nación Ekeko, Lula Bertoldi, Cachitas Now, Paz Cumelen, Juli Papi y más. Para el vivo y los audiovisuales sumamos organizaciones sociales que transforman sus comunidades a través del arte. Lo más importante y desde donde apunta “Engendro” es que al final todes somos una mezcla y estamos conectados. Todes somos parte de esto. Sea bueno o malo. Sea como sea hay que entender que es nuestra responsabilidad. Dicho así parece un reto, pero escucharlo creo que será divertido, interesante y reflexivo al mismo tiempo. 


“Tiempos de acción para la re-construcción”, absolutamente necesario tanto en este presente como para encarar el futuro, ¿no?

Sí, a full, a provechar el reseteo que la naturaleza o anda saber qué nos puso en frente. Limpiar lo que no funcionó, quitarlo y comenzar de nuevo para intentar volver a empezar. Y sí, siento que el 2020 fue el tiempo que tuvimos para frenar un poquito y escuchar más, sentir y reflexionar. Si hicimos esa introspección nos dará la data que necesitemos para emprender la acción en este 2021 que se está reconstruyendo. Todo lo que vendrá depende de nuestras acciones justamente.

Para acceder al universo de Big Mama Laboratorio y disfrutar de “Shamkay” Ft. Nación Ekeko: https://linktr.ee/BigMamaLaboratorio.

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