Yuri Venturín, director de la Fernández Fierro, acerca de la experiencia de la orquesta en pandemia: «Este proceso dificultoso para nosotros coincidió con la llegada del otoño, por lo cual nos encontró más encerrados y, en mi caso, de manera introspectiva. Yo los voy a recordar como meses muy oscuros»

La poderosa orquesta de tango argentino Fernández Fierro vuelve después de un año a su propia sala, el C.A.F.F., con sus imperdibles shows de tango con puesta de rock, en los que presenta temas nuevos y los de «Ahora y Siempre», su último disco ganador de los Premios Gardel en la categoría “Mejor Álbum de Tango Orquestal”.

La cita es el próximo miércoles 27 de enero. A las 21 horas dan puerta y a las 22 horas arranca el concierto.

El conjunto se presentará con todos los protocolos anti Covid correspondientes (mitad de aforo, sanitización, ventilación, distanciamiento) y para sólo 70 espectadores que deberán gestionar su entrada, que cuesta $800, solamente de manera anticipada a través del sistema TicketHoy.

Estos meses fueron muy difíciles para el mundo de la música y espectáculos en general. Y los sacrificios que hubo que hacer no fueron menores. Yuri Venturín, director y contrabajista de la Fierro, se refiere a lo acontecido. “Imaginate que ya se había hecho más cuesta arriba la vida antes de la pandemia, pero no solo para nosotros, sino para la inmensa mayoría. La última vez que tocamos fue el 11 de marzo del año pasado. Por lo general solíamos tocar 1 o 2 veces por semana antes de todo esto. Se sumó la angustia de no saber cómo iba a seguir todo”.

 Sumado al estilo único de su musicalidad y su propuesta visual, lo suyo como orquesta es un proyecto colectivo que los lleva a organizarse como cooperativa, editar sus discos de manera independiente y administrar su propio club: el Club Atlético Fernández Fierro (C.A.F.F.), cita obligada del circuito musical independiente de Buenos Aires en la última década. Tal como indica el músico a Músicas del Mundo, los inconvenientes fueron demasiados para sostener la maquinaria. Para su caso, el compromiso de alquiler de un espacio para promover arte, generó un marcado problema a resolver. “Sobre el tema del alquiler del C.A.F.F., en principio nos cobijamos en el decreto de suspensión de desalojo, sino hubiera sido imposible. Hoy estamos endeudados, tal como todos. Con el capital, que es la orquesta en funcionamiento. De eso dependemos. Y si el público nos sigue acompañando, entonces tenemos la esperanza de salir a flote. Este 2021 estamos cumpliendo 20 años como orquesta, es un año simbólico para nosotros”.

Pese a la ayuda del Estado, en muchos casos pesó muy fuerte el tema de la interrelación entre inquilinos y propietarios en plena situación de crisis. Entre tire y afloje, los que pudieron seguir lo hicieron, y lo que no, se bajaron. El contrabajista profundiza al respecto. “Se vivió entre la angustia, saber que te estás endeudando, no saber cómo vas a trabajar, la ayuda del Estado para aguantar hasta ahí. Entre compañeros tuvimos posturas diversas. Encima el contrato de alquiler del espacio C.A.F.F. se venció en marzo del año pasado. Encima el dueño tuvo cero empatía. La ida y vuelta era si seguir aguantando o no. Fue así como el tiempo dio la razón. Y que cuando se abriera toda esta situación iba a ser fundamental como apoyo emocional y en gestión desde lo laboral”.

-¿Tuvieron propuestas laborales con protocolos en los últimos meses antes de decidir la fecha por su propia cuenta?

-No, no tuvimos ninguna propuesta de laburo. Entre que cerraron muchos lugares y la crisis, no apareció nada por afuera. Fue así que al final es importante aguantar y contar con el espacio.

La Fierro nació en 2001 y desde entonces ha cautivado a la audiencia de Argentina y el mundo con su estilo potente y emotivo, llevando su música por Europa, Oceanía y Latinoamérica e ingresando en escenarios históricamente relacionados con el rock. Pero de pronto todo se frenó de golpe. Y solamente se apeló a la subsistencia básica, ya que son muchas familias que viven de la agrupación. Venturín hace mayor hincapié, además de focalizar en cómo se mantuvo la relación entre los músicos durante estos difíciles meses: “Algunos del núcleo más antiguo estuvimos en contacto todo el tiempo de manera virtual, principalmente porque teníamos que resolver decisiones por tomar. Cuando fueron transcurriendo los meses de la pandemia, empezamos a hacer las reuniones virtuales, ya entre toda la orquesta, principalmente por necesidad de vernos. Todo este proceso dificultoso para nosotros coincidió con la llegada del otoño, por lo cual nos encontró más encerrados y, en mi caso, de manera introspectiva. Yo los voy a recordar como meses muy oscuros”.

Pese a las pálidas que atravesó e incluso aún atraviesa el ambiente artístico, la mayor parte de los músicos aprovechó su tiempo libre para la creación. Para el caso, no quedó al margen la Fierro. “A partir de octubre que se permitieron las reuniones con una cantidad determinada de gente, nos juntamos a ensayar en un ritmo tranquilo. Teníamos y tenemos ganas de tocar. El otro día Javier Malosetti decía algo muy cierto con lo que coincidí: ‘Lo que más se extraña es tocar. Marcar cuatro y hacer música’. Entonces nos pusimos a hacer música. Y si el marco nos ayuda, para el próximo show estrenaremos música”, subraya Venturín.

Los trabajos discográficos de la Fierro se inician en el 2002 con “Envasado en Origen” y le siguen “Destrucción Masiva” (2003), “Vivo en Europa” (2005), el DVD  “Tango Antipánico” (2005) y  “Mucha mierda” (2006). En 2009 editan “Fernández Fierro”, su cuarto disco de estudio, que fue elogiado unánimemente por la prensa. En 2013 presentaron con unánimes elogios y numerosos conciertos, su sexto disco, «TICS», placa con composiciones propias que contó con la producción artística del  guitarrista, compositor, productor musical y figura mítica del rock Tito Fargo, en colaboración con Walter Chacón, histórico ingeniero de sonido argentino. En 2014 lanzaron “En vivo”, placa grabada en directo con Julieta Laso como vocalista, y en 2018 su disco de estudio “Ahora y siempre” (también con Chacón y con Mario Breuer como ingeniero de sonido) con altísima recepción de público y prensa y ganando el Premio Gardel (máxima distinción de la industria musical argentina) al Mejor Álbum Orquestal.

Sobre al concierto de reencuentro con su gente, el contrabajista anticipa lo siguiente: “No habrán mesas en el espacio. Tenemos habilitado para 70 personas. Y será un concierto solamente de manera presencial, no haremos transmisión por internet  porque sería un costo mayor para nosotros por el tema del sonido y cámaras. Esperamos que todo salga bien, ojalá podamos seguir adelante; por lo pronto, a seguir cuidándonos hasta que pase todo esto”.

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