Lago Ypacaraí, entre leyendas guaraníes, cerros con espesa vegetación y una imponente vista desde cualquiera de las ciudades que lo rodean

El lago Ypacaraí es un lago ubicado entre los departamentos Central y Cordillera de Paraguay. Es mundialmente conocido gracias a la guarania «Recuerdos del Ypacaraí», de Zulema de Mirkin y Demetrio Ortiz. Este lago está ubicado aproximadamente a 37 km de la capital del país, Asunción.

Abarca aproximadamente 90 Km cuadrados de superficie y sus dimensiones son 24 km de norte a sur y 5 a 6 km de este a oeste. Su profundidad media es de 3  metros.

Famosas estrellas del mundo alguna vez se hopedaron en cabañas con su vista de fondo, por ejemplo la geniall cantante francesa Edith Piaf.

Anteriormente, este lago se llamaba «Lago Tapycuá». Existen varias versiones en cuanto al significado de su actual nombre Hay mitos y leyendas respecto a su nombre. Ypacaraí, palabra que significa agua bendecida o lago bendecido. En un valle del arroyo Pirayú, al pie del cerro Yvytypané hoy cerro Patiño había una fuente de pozo llamado Tapaikua. En cercanías de la fuente tenía su choza un cacique guaraní, del mismo nombre que su táva. Los poblares de la zona utilizaban el ykua para surtirse del vital líquido, pero un día se vieron sorprendidos por un fenómeno natural-religioso. El motivo: habían pecado y caído en corrupción. Otra de las versiones es que uno de los indígenas negó el agua a otro. Lo cierto es que uno de estos hechos desató la ira de los dioses. Se sacudió la tierra en toda la extensión del valle y de los cerros vecinos, y de la fuente brotó el agua de una manera impresionante. Rápidamente fue cubriendo la zona, en especial las aldeas Tapaikua y Arekaja.

Alarmados por la situación y viendo que el agua no se detenía, los desesperados pobladores buscaron ayuda religiosa. Llamaron en forma urgente al apóstol evangelizador franciscano Fray Luis Bolaños, que en ese entonces se encontraba en una población cercana, aparentemente en Yaguarón. Inmediatamente se trasladó hasta el lugar. La leyenda señala que el mencionado representante de Dios fue a una altura (podría ser la de Areguá), invocó a Dios y con una cruz y un libro en las manos (sería la Biblia) bendijo las aguas, que inmediatamente se calmaron y retrocedieron en parte. Desde aquel entonces el lago formado lleva por nombre Ypacarai, al tiempo de indicar que esos sucesos se habían registrado en 1603.

Uno puede llegar a las costas de este lago (al que también suelen decirle Lago Azul), visitando algunas de las ciudades que las rodean. De la Terminal de Ómnibus de la ciudad de Asunción salen transportes públicos con destino a San Bernardino, Altos e Ypacaraí.

Rodean al lago Ypacaraí las ciudades, Luque, Areguá, Itaguá, Ypacaraí y San Bernardino. El lago sirve de marco para actividades de esparcimiento, turismo y arte.

Durante la estación veraniega, el lago suele llenarse de visitantes que disfrutan de sus playas y del hermoso paisaje.

El paisaje que conforma el lago es muy bello, pues está rodeado por cerros con espesa vegetación y por tres pueblos que se extienden en las elevaciones circundantes.

El lago desagua en el Río Salado, que a su vez llega al Río Paraguay. Asimismo, desaguan en este lago varios arroyos, como el Yaguá Resau, Yuquyry, Puente Estrella y Pirayú

En Areguá existen múltiples puntos de exposición y venta de cerámicas aregüeñas y artesanía popular del resto del país, así como galerías de arte para exhibición de obras de arte.

También el Centro Artesanal de la Cuenca ofrece una feria en la que pueden apreciarse los trabajos de artistas y artesanos de la zona. En el Centro Cultural La Estación A, se proporciona atención e información a turistas y visitantes. El Centro Guggiari Arte expone las obras del escultor paraguayo Hermann Guggiari y de otros escultores nacionales. El Cántaro Almacén de Arte es una empresa social que con la venta de arte popular, indígena y urbano ayudan a mantener a El Cántaro BioEscuela Popular, una escuela que ofrece talleres gratuitos a la comunidad, cuyas paredes fueron erguidas por sus propios alumnos. La BioEscuela cuenta con una Mediateca Comunitaria con más de 3000 volúmenes y computadoras con internet de acceso libre a la ciudadanía.

La ciudad también ofrece opciones de turismo de pesca de estanque en clubes donde se pueden pasar ratos divertidos con la familia.

Una playa municipal permite el acceso al Lago Ypacaraí con servicios de bar, baño, vestuario y quinchos. En verano, el ingreso tiene un pequeño arancel municipal. A principios de 2013, la playa municipal fue cerrada al público por la alta contaminación de las aguas del lago.

La zona que rodea al lago ofrece gran variedad de opciones a la hora de deleitar el paladar. Abundan las comidas rápidas y tradicionales, como ensaladas de frutas, bollos, chipas y empanadas. También existen gran variedad de restaurantes, para todos los gustos.

Los bollos son rellenos de dulce de guayaba, crema o dulce de leche. Estos son un legado de la rica pastelería de los colonos suizo – alemanes.

A tan sólo un kilómetro de la ciudad, se encuentran los cerros Kôi y Chororî: albergan una formación casi única en el mundo, está constituida por rocas que se denominan pseudotraquitas. La rara forma de las piedras de ambos cerros, de figura poligonal y procedencia sedimentaria, es muy llamativa. Solo se conoce este tipo de formación en tres países: Canadá, Sudáfrica y Paraguay, siendo por lo tanto una formación única en América del Sur.

Ambos cerros han sido presionados por la acción del hombre en el pasado y consiguiente gran parte de la vegetación nativa fue eliminada. Aun así, se distinguen: vegetación del valle (sabana arbolada de mbocaya), vegetación de la ladera (bosque degradado y sabana) y vegetación de la cumbre (formación de kupay kuru y matorral de vegetación ruderal). En los límites entre el valle y el inicio del cerro es posible encontrar especies como cedro, kupay, inga y yvyra pyta. En la ladras se hallan especies como lapacho, guayaibi, kupay, timbo, yvyra ro, laurel y otras.

Existen distintos tipos de animales, como hurones, armadillos, reptiles, liebres, zarigüeyas, aves exóticas y otras especies animales. Incluso algunos visitantes afirman haber visto venados. Desde la cima se puede ver todo el paisaje y las ciudades que están cerca, además del cerro Patiño y el lago Ypacaraí.

El Tren Turístico durante una época fue fundamental. El antiguo Ferrocarril de Asunción, movido a leña, llevaba a los visitantes desde la capital del país hasta Areguá, todos los domingos. El pasaje incluye bocadillos y actores que divierten a los pasajeros e interactúan con ellos. Las vías del ferrocarril fueron desmanteladas en 2012 para la construcción de la Avenida Ñu Guasu, por lo que el tren turístico ha dejado de operar definitivamente.

La Casa de la Cultura de Ypacaraí es un museo sobre la historia de la ciudad, donde también se realizan exposiciones, obras de teatro y conciertos.

Cada año, esta ciudad alberga a uno de los festivales folclóricos más importantes del país; el Festival del Lago. Este evento se realiza desde el año 1971, con la presencia de artistas nacionales y extranjeros.

En este distrito se extiende el Parque Nacional de Ypacaraí; 16.000 hectáreas de área protegida, con el propósito de resguardar la riqueza natural de la zona, como esteros, nacientes y sus ecosistemas.

Una playa municipal (actualmente clausurada), facilita el acceso al lago con infraestructura para deportes, playa y juegos infantiles.

San Bernardino es el punto neurálgico del veraneo en Paraguay. Antigua colonia suiza, reúne a miles de personas en las vacaciones. Mantiene una vibrante vida nocturna con pubs, discotecas, bares y clubes sociales en funcionamiento. De día la actividad turística gira en torno a las playas del lago, los clubes sociales privados, los deportes náuticos y la vida de bar.

La Casa Hassler es un espacio cultural de San Bernardino que funciona todo el año, pero alcanza su mayor actividad en el verano. Los artistas tienen la posibilidad de exponer sus obras en este centro, que también es sede de conciertos y encuentros literarios.

Además de exposiciones temporales y permanentes, la Casa Hassler cuenta con un Museo Histórico, una biblioteca pública y abre talleres de teatro y danza.

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