Antes de presentar su álbum “La caldera” en C.A.B.A, Julieta Laso habla de su vida en Salta: “Me encanta la cultura del norte. Me he puesto a machetear, aprendo a trabajar en el campo. Estoy encantada con las fiestas populares”

Lo de Julieta Laso y su proyección como cantante fue sorprendente. Resulta que Yuri Venturín, director de La Fernández Fierro, estaba buscando a quien suceda al Chino Laborde, primer vocalista de la orquesta, quien dio un paso al costado. El contrabajista de Avellaneda iba a visitar a su novia y siempre solía escuchar cantar a una joven mujer desde el patio contiguo. Impresionado por su causal vocal y personalidad, no tardó en contactarla y convocarla, de inmediato, a probar espacio en su conjunto: pasó la prueba y quedó seleccionada para el rol en la afamada agrupación de tango dark. Luego llegaron los viajes, el reconocimiento, la exposición. Y con los años, retomar su camino propio, como solista.

La cantante Julieta Laso, por estos días, presenta su tercer álbum solista “La caldera”, integrado por una variedad de músicas del Río de la Plata, que abarca desde versiones de autores emblemáticos de nuestro país como Enrique Santos Discépolo, Sandro, Leda Valladares, Daniel Magal y Horacio Guarany, pasando, además, por canciones nuevas de Diego Baiardi¸ un vals de Lucio Mantel y la canción “Trapito”, compuesta por Néstor D’Alesandro para la película animada de Manuel García Ferré.

Juli Laso, tal como se la conoce en el ambiente, lanzó en 2010 su primer disco solista, “Tango Rante”, en el cual interpreta clásicos del tango y la milonga junto a un trío de guitarras. Entre 2013 y 2018 fue cantante de la orquesta Fernández Fierro, referente del nuevo tango argentino. Con su segundo disco solista, “Martingala” (editado en 2018), fue nominada a los Premios Gardel como Mejor Cantante Femenina de Tango. En su trabajo como actriz, está a punto de estrenar «Ojo de Pombero», obra escrita y dirigida por Toto Castiñeiras junto a Charo López, Mariano Torre y Luciana Buschi (debuta el 4 de noviembre en el teatro Picadero), y es la protagonista de «Terminal Norte», reciente unitario documental dirigido por Lucrecia Martel.

-Julieta, ¿te quedaste a vivir en Salta?

-Estoy a 12 kilómetros de la ciudad. Me vine a vivir y en un momento llegó la pandemia. Yo soy muy porteña y estoy aún en un proceso de cambio. Me cambió todo. Hace un año y medio que estamos acá. Realmente me hace muy bien estar viviendo acá. Todavía no entiendo todo este cambio, pero estoy feliz. Camino por los cerros y es interminable todo.

A mí me gusta mucho Buenos Aires, tengo muchos amigues allá. Me encanta salir e ir a ver teatro. Siempre me gusto ir al teatro o al cine. Ahora no voy tanto, pero de todas maneras es intenso cuando regreso a Capital.

-¿El álbum nuevo se gestó en pandemia?

-Ya venía tocando algunos temas. Algunos que no estaban grabados y otros que sí. Invitados, invitades, supongamos que nos une la fiesta. El proyecto ya estaba. Fue difícil. Entre tiempos de tristeza. Yo ya venía grabando antes de ingresar a la Fierro. Luego retomé más fuertemente lo mío, y ahora terminé este trabajo, además de la ganas de venir a Salta y quedarnos aquí.

-Te vas abriendo del purismo tanguero y afianzando los sonidos rioplatenses en tu repertorio.

-En “Martingala” empecé ese proceso, en ese disco ya no hay tango. También estoy grabando otro disco con Yuri Venturín, con sonidos de otra época. Grabo y me acerco a todo lo que me gusta, zamba, folclore, músicas latinoamericanas. Este disco sigue el camino de «Martingala», bien del Río de la Plata, con versiones de autores muy populares de nuestro país.

Creo que todas las canciones pueden escucharse como esos sonidos lejanos que nos resultan conocidos y no recordamos de dónde, no importa si las canciones son tristes o alegres, las añoramos, nos recuerdan barrios, parientes, la escuela, alguna vecina, otras canciones. Creo que eso es lo que se llama país, un lugar difuso al que pertenecemos a pesar nuestro. Cuando canto, sé que sueno como una fonola con tierra. Eso puede que ayude. El disco se llama La caldera, que es el nombre del pueblo cerca de dónde vivo ahora y es también la olla de las brujas

-¿Albergarte en el noroeste de Argentina te acerca más al folclore? En el documental “Terminal norte” se refleja tu interés por artistas como la coplera Mariana Carrizo, por ejemplo.

-Sigo escuchando mucho folclore. Y obvio que me influencia Mariana Carrizo. Soy fan de ella. Siempre estuve encantada con el folore y con esta región del país. Antes de venir a vivir a Salta yo solía viajar mmuchas veces al carnaval. Siempre por el noroeste, casi no conozco el sur del país.

-Sucede que el sur es principalmente pintoresco y el norte, además, cuenta con un acervo cultural muy fuerte, quizás por eso te atraiga tanto, ¿no?.

-Me encanta la cultura del norte. Me he puesto a machetear, aprendo a trabajar en el campo. Estoy encantada con las fiestas populares.

-¿Cómo es un día común en tu vida en Salta?

-Me levanto muy temprano. Es que enseguida uno quiere levantarse. Además viviendo aquí querés disfrutar del día. Tengo una locura por dos perros sin pelos, se llaman pila. Estos tienen sólo crestas. Hay parecidos en Perú y en México. ¡Me tienen loca! Mi permanencia va a ser acá en Salta. Acá vamos a quedarnos a vivir. Con mucho viaje a Buenos Aires. Y la idea, también, es viajar bastante por el país.

-Volviendo al documental que está en cine.ar, es llamativa la conexión que se registra entre vos y la cámara. Pareciera una clara conversación visual, e incluso de seducción de tu parte hacia Lucrecia Martel, tu pareja, ¿te diste cuenta de esto?

-Me lo dijeron varias personas. Yo en el momento no lo pensé tanto. Me dio un poco de pánico estar siendo filmada. Es un registro de algo que fue sucediendo. Y tuvo muy buenas críticas de colegas.

“Cara de gitana” es uno de los últimos singles de tu reciente disco, ¿es literal el asunto?

-Tengo ascendencia Mora. Tengo fascinación por el flamenco. No es tan literal el asunto, sino que tengo un personaje que va bien con la canción.

-Respecto a tu carrera tan ascendente, ¿pensabas que sucedería tan rápidamente? ¿Haber sido cantante de la Fernández Fierro creés que generó más exposición a tu voz?

-La primera vez que probé cantar no quería meterme en una banda. Pero de pronto aparecieron señales fuertes. A medida que empecé a experimentar en el mundo del teatro empecé a sentir. El teatro fue y es importante, de hecho en breve volveré a las tablas en el rol de actriz con “Ojo de Pombero”. Lo de La Fierro fue sorprendente, porque Yuri me escuchaba cantar desde el patio y le gustó. Entonces me llamó por eso. Hice el casting y quedé como la cantante de la agrupación. Fue sorprendente todo lo que sucedió después: la experiencia que adopté, los viajes, todo fue fabuloso.

-Conociste a Björk a través de Lucrecia, ¿escuchó tu canciones? ¿Te dijo algo?

-Ella dijo que le gustó mi música, que escuchó y le gustó. ¡Björk es divina!

-¿Cómo preparás la función del próximo jueves en la presentación oficial de “La caldera”, tu nuevo álbum?

-La idea es que estén los músicos invitados, como 10 en escena. No me preocupo mucho por la estética visual, lo mío es puro corazón. Este es un disco más arriba que los anteriores. Espero al público de siempre y a los que se sumen. Yo heredé público de la Fernández Fierro. Suele acercarse gente de más de 30 años. Es un público familiero el que viene a los conciertos.

Foto: Marcelo Cohen.

Foto superior: Xavier Martin.

Julieta Laso presenta su álbum “La caldera» el próximo jueves 14 de octubre, a las 20 horas, en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131, CABA. Entradas desde $800 en la web del Konex.

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