Por Fernando Brenner.
Hoy, viernes 9 de Octubre, cumpliría los 80. Era una mañana como cualquiera. Al menos lo parecía. El muchacho, de unos 25 años, se levantó de la cama. Fue al baño. Se lavó. Fue a la cocina a prepararse un café. Se dirigió a la puerta y levantó el diario del piso. Echó una mirada a la primera plana. ¡Y zas! Un título lo dejó frío, estático: “Mataron en Nueva York al ex Beatle, John Lennon”. Se sentó en el sofá. No lo podía creer. Volvió a leer el titular: “Mataron en Nueva York al ex Beatle, John Lennon”. Miró por la ventana. Cerró los ojos.
Pero no era el único. Cientos, miles, millones en el mundo se juntaron seis días después con muchísima energía planetaria para cantarle a John, “Imagínate”.
Han pasado casi 40 años y sus sueños siguen vivos. Aquí, allá y en todas partes.
Sus pensamientos, sus sentimientos, sus deseos aun siguen vigentes contra todas las vicisitudes. Eso es lo maravilloso por un lado y triste por el otro. Lo maravilloso radica en el hecho de que John llamaba a las cosas por su nombre: quería el amor y la paz, tanto como no deseaba ni el odio ni las guerras. Y lo triste es que aún en este nuestro mundo, el planeta tierra, nuestra nave espacial A través del Universo, sigue conviviendo con el odio y la guerra.
Todo lo que decimos es
démosle una oportunidad a la paz
Todo lo que decimos es
démosle una oportunidad a la paz
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Y ya es Navidad,
para los débiles y los fuertes,
para los ricos y los pobres,
el mundo está tan mal repartido.
Y unas Felices Navidades,
al negro y al blanco,
al amarillo y a los rojos,
que se paren todas las luchas.
La guerra ha terminado,
si tú lo quieres
la guerra ha terminado…
A las 18.30 horas del 9 de octubre de 1940, en el Maternity Hospital de la calle Oxford, en Liverpool, nacía John Winston Lennon. Hijo de un camarero de barco, Fred Lennon y de Julia Stanley, John Lennon es una de las más grandes figuras de la cultura contemporánea. Artista cabal, es quizás un mito para muchas generaciones. Uno de los pilares insoslayables del pop rock internacional. Primero con The Beatles, luego como solista (más su inseparable mujer, Yoko Ono), la obra de Lennon ha marcado una senda que muchos continúan aún hoy.
Además de su larga, prolífica y valiosa lista de temas compuestos a dúo con Paul (siempre en este orden: Lennon & McCartney), su trabajo como solista también tiene cimas insuperables. Poemas (hechos canción) que demostraron a un hombre creativo, evolucionado y definitivamente humano: “Madre”, “Héroe de la clase trabajadora”, “Imagínate”, “El poder de la gente”, “Sueño Nº 9”, “Juegos de la mente”, “Amor”, “Mujer”, “(Como) empezando de nuevo”.
Poesías, libros, escritos varios, dibujos, John desplegaba su interés en varias artes.
Hay tres temas que siempre lo han marcado. Las mujeres/Su mujer; ser padre/sus hijos; sus prójimos/el ser humano.
Y en su poesía, o sea las letras de sus canciones, estos tópicos se hacen presentes en varias ocasiones. Como una necesidad o como una sana obsesión. Las mujeres…
La mujer es el negro del mundo… Sí lo es
Si no me crees, echa una mirada a quien está contigo
La mujer es la esclava de los esclavos
Ah sí… mejor grita sobre eso
Las hacemos responsables y les damos a nuestros niños
Y entonces las dejamos por parecer una gorda y vieja mamá gallina
Les decimos que el hogar es el único lugar en el que deben estar
Entonces nos quejamos de que es demasiado mundana para ser nuestra amiga.
Y su mujer, Yoko…
Mujer, sé que entiendes
El pequeño niño dentro de un hombre
Por favor recuerda que mi vida está en tus manos
Y mujer mantenme junto a tu corazón
Sin embargo la distancia no nos mantiene separados
Después de todo está escrito en las estrellas
Mujer por favor déjame explicar
Nunca quise causarte pena o dolor
Pues déjame una y otra y una y otra vez decirte
Te amo, si, si
Ahora y por siempre.
En el nombre del hijo…
Afuera en el océano que navega lejos
Yo apenas puedo esperar
Para verte venir en edad
Pero supongo que solo debemos tener paciencia
Porque es un camino largo de caminar
Pero entretanto
Antes de cruzar la calle
toma mi mano
La vida es lo que te pasa a ti
Mientras esta ocupado haciendo otros planes
Bonito, bonito, bonito
Niño bonito
Bonito, bonito, bonito
Niño bonito.
Y en el de la Humanidad…
El karma instantáneo te va a atrapar
Te va a golpear los pies
Más vale que reconozcas como hermano
A cada uno que encuentres
Por qué cosa en el mundo estamos aquí
Seguro que no para vivir con dolor y miedo
Por qué cosa en la tierra estás allí
Cuando estás en todas partes
Ven y toma tu parte
Bien, brillemos todos
Como la luna, las estrellas y el sol
Bien, brillemos todos
Todos juntos vamos.
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Imagina que no hay países,
No es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
Ni religiones tampoco,
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz.
Algún día nos uniremos a él, y el mundo será uno solo.
“Leche y Miel”: Documento o disco póstumo. Cualquiera de las dos clasificaciones se puede usar para caracterizar este disco. Otros podrán decir: Robo, oportunismo o negocio. ¿Robo? No creemos, dado que Lennon le dejó todas sus “cosas” a Yoko. ¿Oportunismo? Tres años después, ¿medio raro no? ¿Y negocio? Puede ser, sin duda lo es. ¿Y que tiene de malo? Si el artista es profesional. Y si nos encontramos con lo que no habíamos escuchado de John. ¿Qué más queremos? Esta “Leche y Miel” es muy bienvenida. Seis temas de John y seis de Yoko. Los de Lennon son casi todos rocks de excelente y sencilla factura. Yoko está más moderna y con altibajos, pero vale. Entre los músicos que aparecen están John Tropea y Elliot Randall en guitarras; Tony Levin en bajo, Allan Schwartzberg en batería, Arthur Jenkins en percusión, Ed Walsh en sintetizadores, y por supuesto las voces de John y Yoko. La presentación nacional no podía ser mejor. Tapa doble con papel interno, que incluye una detallada ficha técnica, las letras y un texto de Yoko escrito a fines del año pasado.
(Revista Cerdos y Peces, Mayo 1984).
Por eso siempre es tan vital y refrescante acercarnos aun más al mundo tan rico, contradictorio y apasionado de John Lennon. El humor siempre presente, la búsqueda de un lenguaje universal, la necesidad imperiosa de reclamar por la justicia y la paz en el mundo. Ese fue su mensaje, su destino, su razón de ser. Siempre apostándole a la verdad y al amor. Su música y su vida siempre tendrán un lugar en este mundo y para todos. Para él el sueño terminó. Para otros, recién comienza.
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