El grupo de vanguardia que creó el bandoneonista Rodolfo Mederos, que renovó el tango con elementos del jazz y el rock progresivo en los años sesenta, regresa a los escenarios y se presenta en el CCK. La nueva formación de Generación Cero cuenta con Mederos en dirección, bandoneón, composición y arreglos, Armando de la Vega en guitarra eléctrica y española, Jacqueline Oroc en violoncello, Facundo Amaya en batería y Guido Martínez en bajo eléctrico y contrabajo.
Las entradas para el concierto son gratuitas y se podrán retirar personalmente (hasta dos entradas por persona) a partir del martes 27 de agosto, de 12 a 19, en Sarmiento 151, hasta agotar la capacidad de la sala. También se podrán reservar a través de la página www.cck.gob.ar.
Bandoneonista y director musical, Rodolfo Mederos nació en 1940 y pertenece a la denominada generación intermedia del tango, que comenzó a destacarse en la escena en los años sesenta. En el caso de Mederos, fue con el grupo Octeto Guardia Nueva, que llamó la atención de Astor Piazzolla. El célebre compositor le propuso al joven Mederos que viajara desde Córdoba –donde estudiaba Biología– a Buenos Aires para apadrinarlo. Por aquellos años, Mederos también se relacionó con el bandoneonista Eduardo Rovira, referente de la vanguardia sónica del género.
En 1969 Mederos se integró a la orquesta de Osvaldo Pugliese, tras la escisión de varios de sus músicos, que formaron el Sexteto Tango; allí compartió filas con jóvenes bandoneonistas que ingresaron en la misma época: Daniel Binelli y Juan José Mosalini. Con ellos dos formó en 1972 el Quinteto Guardia Nueva, y en 1976 creó Generación Cero, ligado a una nueva estética, tan influida por el tango como por el jazz. Mederos también se convirtió en el primer bandoneonista en tocar en un disco de rock: participó en el tema Laura va, de Luis Alberto Spinetta, grabado por Almendra.
Inició la década del noventa con una serie de discos: Tanguazo (1993), Carlos Gardel (1994), Mi Buenos Aires querido –junto al pianista Daniel Barenboim– (1995), El tanguero (1998) y Eterno Buenos Aires (1999). En 2000 editó el disco Tango Mederos-Brizuela y dio a conocer la música de la película Las veredas de Saturno (dirigida por Hugo Santiago) que había compuesto veinte años antes.
En los últimos tiempos, Mederos alternó la formación de una orquesta típica con un trío, y también hizo solos de bandoneón. Grabó con estos formatos la trilogía Comunidad – Intimidad – Soledad. Ha escrito música para cine, y trabajó con figuras de la talla de Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat.
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