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BLACKDALI: «EN LATINOAMÉRICA LOS RICOS SON MÁS VIOLENTOS QUE LOS POBRES»

BLACKDALI: «EN LATINOAMÉRICA LOS RICOS SON MÁS VIOLENTOS QUE LOS POBRES»

Blackdali es el nombre que adopta Darío Alturria para encarar su proyecto solista luego de separarse Kameleba, el grupo de reggae contestatario del que fue vocalista. En su nueva etapa presenta “Primera luna digital”, el lado B de su EP predecesor “Quinto sol” y sucesor del “Verbo de fuego”, su disco debut, en el que apuesta a mayor experimentación y mixturas musicales, sin alejarse por completo del género jamaiquino. En esta etapa, el músico hace mayor lectura en lo vivencial. En este reportaje, cuenta que estuvo viviendo entre México y Costa Rica durante más de un año, que se metió en los barrios, donde aprendió mucho de la vida cotidiana y la idiosincrasia de cada pueblo. También revela una encrucijada judicial que tiene con la madre de su primogénito: “quiero la tenencia de mi hijo mayor”, apunta.

Por Sebastián Duarte

-Mucho tiempo sin estar en Argentina, ¿por dónde anduviste?

-Estuve más de un año en Costa Rica y México. Mi vida en México fue con mi familia de amigos. El productor del Soul Dread, Club del DF mexicano, me dio estabilidad y me adoptó. Él me hace girar, de México a Costa Rica. Vivo con esa gente, me muevo en los centros callejeros, en los centros de la cultura, donde hay que estar.

-O sea, te metiste en la idiosincrasia de esos países, ¿qué aprendiste?

-Hoy hasta el fútbol es un punto de contacto. Tenemos maneras distintas, tenemos distintas comidas y costumbres. México, por ejemplo, me llevó como cocho giras adaptarme a su comida. Pero también me tuve que soltar. Primero anduve entre lo tradicional para luego volcarme a lo regional. Empecé a comer el posole, que es como un locro nuestro. Yo les pedía que no lo enchilen tanto. . También me encontré con sus maneras de hablar: “ándale”, “buey”, “ahorita”, “parce” (en Colombia). La palabra amigo se dice de distintas maneras en distintos lados.

-En este tiempo tu música también cambió. Más allá de que con Kameleba te interesabas en la experimentación a partir del reggae, actualmente diste otro paso más notorio, ¿influyó lo cultural en el terreno musical?

-Me aprendí a escuchar más allá de San Luis, Buenos Aires y Jamaica. Y ahora creo música más para los latinos. Eso fue lo que sucedió durante este tiempo. Antes me volcaba más a lo contestatario, ahora me permito de hablar de otros motivos también.

-¿Y cuáles son tus preocupaciones de la parte latinoamericana que recorriste?

-La tiranía me preocupa, la necesidad de una liberación industrial. Todo ese problema está en América entera, que antes copó y manejó Gran Bretaña; nos dejaron esa alienación. El cantante no solamente es el especialista en poder hablar sobre política y problemática sociales. Se ha perdido la rienda de poder hablar en la sociedad, en la familia, en las instituciones. Sucede que las políticas son traídas de afuera. Me preocupa que la maquinaria se coma nuestra individualidad, nuestro gusto personal, te llevan al consumismo desde todos los ángulos. Hay mucha violencia de parte de la política, desde los narcos, desde lo virtual. Todo eso se filtra por algún lado. Violencia en la música, violencia en lo institucional, violencia social. Hoy son violentos los que estudiaron y los que no, hasta lo religioso. Antes se decía que los violentos eran por falta de educación. En latinoamérica los ricos son más violentos que los pobres, es que tienen la espalda necesaria para serlo, en cambio Dios tiene el poder.

-Tu compromiso social viene desde hace rato, incluso por fuera de la música, cuando vivías en San Luis.

-Sí, en Villa Mercedes yo hacía educación popular. Iba a los merenderos. Y también fui a los lugares más peligrosos de Jamaica, donde está el ghetto, donde quisieron matar a Bob Marley. Sin embargo me recibieron bien. Una vez en San José me hablaron en “patois”, que es el dialecto jamaiquino. Pensaban que era jamaiquino pero les dije que soy argentino. El pibe en cuestión se abrió a mí y me contó acerca de su problema con el alcohol, de su tremenda historia, de que su mamá estaba sola cuando lo concibió. Yo lo alenté. El chico, jovencito, de tan sólo 14, me respondió: “usted habla un idioma que es el de la humildad. Donde vaya va a estar bien”. Él ni sabía que yo era cantante.

-Ese tipo de situaciones marcan, ¿no?

-Sí, a punto tal que me estoy dando la posibilidad de hacer canciones desde lo simple: un alma y una guitarra, tal como me enseñó Bob Marley. Canciones que no tienen género. Las canciones de libertad. La canción es la fuerza que hace que una casa de pronto se transforme en un hogar. Se le da vida cuando se enciende el fuego del hogar, el calor de la vida. A la canción no se la puede limitar.

Blackdali dice que lo suyo no es la religión, sino la espiritualidad

-Pero del reggae nunca te alejás por completo.

-No soy purista. Vos mismo me lo dijiste hace un rato. Soy mestizo. De padre vasco y abuelo turco. Vengo de Cuyo. Llevo una carga genética cruzada. Por eso mi naturaleza es un crossover.

-¿Por qué te fuiste de Villa Mercedes?

-Yo allá tengo a mis hijos, a mi mujer, a mis padres. Hace dos años que no toco. Para volver a tocara se tendrían que resolver ciertas circunstancias institucionales, de persecución a mi persona. Tuve conflictos con la madre de mi nene más grande. Todo ese tema que tuve demasiado triste. Y yo tengo que trabajar y tengo que salir a tocar para pasar la cuota alimentaria. Al no poder tocar muchísimo en Argentina, no me queda otra que salir a tocar por otros lados.

-¿Qué sucedió con tu ex mujer?

-Yo la dejé y tuve problemas con ella, inventó sobre un abuso sobre mi hijo, que no tienen pruebas y es pura difamación. ¡Es un tema muy delicado! ¿Sabés qué pasa? Ante el despecho inventó infamias. Y las en las redes sociales, cuando giran este tipo de cosas, se transforman en una condena, aunque no haya pruebas. Incluso me sucedió que hasta las productoras me cerraban las puertas. Es muy complejo todo ese tema. Yo actualmente tengo otra mujer y un niño con ella. Los amo profundamente tal como t5ambién amo a mi hijo mayor, a quien no puedo ver.

-¿Te refugiaste en la religión para salir adelante?

-La religión no es lo mío. No soy purista, lo reitero. Yo voy a la espiritualidad, me refugio en ella. Primero está la espiritualidad y luego la música. Mi forma de vida es una disciplina. Entrenarme física y espiritualmente. Mi camino ahora pasa por lo que me hace bien

-Tras este problema importante familiar, ¿cómo fue la respuesta de tus colegas del ambiente?

-De mucho apoyo. Por ejemplo estuve cantando con Nonpalidece en el encuentro por los 40 años de las Abuelas de Plaza de Mayo, en Tigre. Yo me estoy comportando tal como la justicia dice, pero me tendrán que dar la tenencia de mi hijo mayor. Es solo una cuestión de tiempo.

Blackdali y la Brigadistak Etíope se presentan el sábado 3 de Agosto en La Trastienda (Balcarce 460, CABA) a las 23.30 horas.

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