Fadeiros se sumerge en la tradición de la música portuguesa con sus versiones de fado, un género de influencias arábigo-andaluzas nacido en Lisboa que está impregnado de una atmósfera portuaria, encuentros y partidas, alegrías y nostalgias.
El fado o llamado “blues portugués” se expresa a través del canto y allí se vislumbra cada experiencia vivida.
El canto acompañado por la viola y guitarra portuguesa (en ocasiones el bajo), es la formación tradicional del género fado. Sin embargo, combina de manera fantástica con la percusión e instrumentos de viento y Fadeiros, una agrupación argentina se dedica permanentemente a experimentar y contagiar ese universo musical.
Con melodías nacidas de sentimientos apasionados y amores perdidos, el grupo que se integra por Ana Kusmuk–voz/ Patricia Álvarez-guitarra, voces/ Pepa Vivanco-flautas, voces/ Mariano Gora-clarinete, flauta, percusión y Nicanor Suárez- contrabajo viene transitando los escenarios trayéndonos la música de los puertos de Portugal, llena de magia y poesía.
En esta oportunidad Fadeiros presentará su cuarta placa discográfica “Otro mar de fados” grabada en 2018 y editada este año por Club del Disco el 21 de noviembre en Rondeman Abasto. También repasará temas pertenecientes a sus tres discos anteriores:“Fadeiros” (2007) , “Cada vez mais portugués” (2010) y “Tanto Mar” (2013).
-La grabación de “Otro mar de fados” fue una experiencia única. ¿Cómo describirían esa jornada completamente en vivo?
Patricia: Fue una experiencia inolvidable. Si bien fueron muchas horas de trabajo en el día, el lugar, un estudio en el campo, con un día espectacular soleado, hizo que fuera relajante la grabación en vivo. Las tensiones de los nervios desaparecían con solo mirar el campo y la naturaleza por las ventanas. El paisaje fue totalmente inspirador.
-En un contexto tan difícil como la pandemia y lejos del público, ¿consideran que este álbum conserva la esencia que permite mantener un contacto aún en la distancia?
Ana: Creemos que sí conserva la esencia del compartir música con el público, ya que tuvimos la oportunidad de hacer varios shows ese año (previo a la pandemia) en vivo, con grandes músicos invitados haciendo versiones de los temas grabados.-
-¿Por qué sienten que la música es un “puente”?
Pepa: Hace un tiempo me dijeron que los ríos no separaban a los países ni a las personas, sino que los unían. El tránsito unía a esas personas. Y esas personas son sus canciones, sus culturas, bueno, todo lo que son sus días. La música en general suele tender puentes. En este caso específico del Fado es muy fuerte porque une muchas cosas.
-¿Cómo es esa unión?
Ana: Una es la cultura de acá con la del otro lado del charco, después une generaciones porque nos encontramos cantando gente joven, o nosotros mismos, cosas que hemos escuchado no solo a nuestros padres, abuelos o bisabuelos. Es decir, inmigrantes portugueses.
Nosotros hemos escuchado y hasta cantado las canciones sin saber la pertenencia territorial que tenían con Portugal. Eran parte de las cosas que se escuchaban en Buenos Aires.
Otro puente que es increíble es entre sectores sociales, como dice “La casa portuguesa” esa canción, ¿no? Gente muy humilde, con una vida muy pobre, gente muy rica, de pronto se unen porque cantan la misma canción.
Bueno, no los vamos a aburrir contando más puentes, porque después están todos los subjetivos, los de las emociones que son los mejores puentes.
-¿Cómo logran escapar de los lugares comunes dentro del género fado y realizar una relectura de la música tradicional portuguesa?
Ana: Desde un principio, Fadeiros tomó autores más contemporáneos del fado y no tan tradicionales. Eso hizo que tuviéramos una perspectiva más abierta al fado no tradicional y por ello nos permitimos incorporar otros instrumentos que nos llevaron a nuestras raíces latinoamericanas. Pero también tomamos el fado clásico, tratando de respetar su origen y musicalidad, generando una fusión de los dos estilos.
-¿Creen que durante este año y medio que ha pasado se redefinió la manera de encarar el repertorio musical?
Ana: Definitivamente. Cambió todo. Cambiamos nosotros en nuestra manera de reencontrarnos socialmente y con nuestra música. Creo que resignificamos el valor de nuestro camino hecho juntos durante más de diez años compartiendo esta maravillosa música portuguesa y nos sorprendimos al escucharnos de nuevo navegando con nuestras versiones de fados sobre aguas frescas tan necesarias para retomar la vida sana, sanos. Nos encantó renovar el ímpetu y la creatividad sobre lo conocido y sobre nuevas propuestas.
– En noviembre vuelven a los escenarios luego de tanto tiempo; sin embargo, estuvieron transitando lentamente su regreso al compartir sus ensayos. ¿Qué sintieron durante esa experiencia?
Gora: Fue único ese reencuentro con el público después de tanto tiempo, no se va a repetir algo así… Se sintieron las ganas de acompañarnos, se produjo una vibración entre todos los presentes. Dado también por la disposición nuestra en ronda y el público alrededor, esto dio también una mayor conexión, una sensación de unidad. Y el reencuentro grupal también se está dando de una forma muy natural y de disfrute.
-¿Cómo se están preparando para volver a los teatros?
Ana: Vamos retomando nuestro repertorio, pero descubriendo cosas nuevas en el reencuentro con la música y la vibración “Fadeira”, lo cual nos lleva a ir repensando algunos arreglos, que además esta parte siempre es la que nos motiva y divierte: los arreglos. Descubrir el sonido que le vamos sintiendo a cada tema. También vamos investigando nuevo repertorio. Y como además el show de noviembre es la presentación de nuestro 4to disco, tomando como base los temas de “Otro mar de Fados”, del que también repensamos algunos arreglos. Y por supuesto estos ensayos abiertos, este reencuentro, es parte de la preparación.
-¿Por qué creen que el fado y el tango tienen tanto en común?
Ana: Principalmente porque los dos estilos tienen el mismo origen. Son géneros que nacen de los puertos, en estos casos, el puerto de Buenos Aires, a orillas del Río de la Plata, y el puerto de Lisboa, a orillas del río Tajo.
Creemos que tienen en común también el relato de sus letras, sobre el amor, las cosas cotidianas, la melancolía y la tristeza. No hay que olvidar que Carlos Gardel no sólo conoció, sino que también escribió una canción a la gran cantante de fados de todos los tiempos Amalia Rodríguez.
En cuanto a lo musical, la rítmica del fado se asemeja a la de una milonga, o los dos estilos comparten sus finales de la misma manera.
-Lo de ustedes es impronta latinoamericana en un género musical europeo. ¿Cómo consiguen esa sonoridad única que se mantiene hace ya 15 años?
Ana: Porque si bien amamos la música portuguesa, no dejamos de sentirnos argentinos y latinoamericanos, por lo que siempre y con todo respeto al género, incorporamos instrumentos (como el charango, el cuatro venezolano) o ritmos (candombe, ritmos brasileños) para re versionar temas clásicos del Fado tradicional. Además de agregar la parte coral, algo que no se da en el Fado, ya que la formación típica es una / un cantante y dos o tres guitarristas (guitarra portuguesa y guitarra clásica, a veces un bajo).
-¿Creen que a través de la estética tan delicada del fado es posible crear nexos que superan cualquier frontera?
Ana: En Fadeiros conectan el Fado, la música brasilera, el folklore latinoamericano, la música antigua, la canción israelí, el rock, el rap, y otras cosas que no tienen un rótulo también. Pero siempre tomando como guía el Fado, intentando mantener esa delicadeza que mencionas.
-¿Cuáles son sus influencias musicales más cercanas?
Ana: Todos venimos con distintas influencias musicales, desde la música clásica europea, música italiana, o árabe, hasta la música latinoamericana, brasileña, africana, el jazz, el blues, el rock principalmente.
-Atmósfera portuaria, encuentros y partidas, alegrías y nostalgias son sinónimo de fado. ¿Resulta imperante este ambiente al momento de interpretar su repertorio?
Ana: ¡Oh! ¡Claro que si Lucía! Siempre está dando vueltas por supuesto, pero a nosotros nos inspira también una impronta festiva, nuestro sonido diría que tiene un color más alegre que nostálgico, a diferencia del fado tradicional. Agrandamos la paleta del pintor, le incorporamos colores más vivos.
Fadeiros presenta su álbum “Otro mar de Fados” el domingo 21 de noviembre, 20.30 horas en Rondeman Abasto (Lavalle 3177-CABA). Tickets a la venta por Tu Entrada. Cuesta $800.
Dejanos tu comentario