El próximo 14 de diciembre, se producirá un eclipse de Sol que se observará completamente en una franja de localidades de la Patagonia Argentina. En Esquel se podrá admirar casi en su totalidad este fenómeno astronómico que permitirá visualizar aspectos importantes del Astro Rey y que representa un hito educativo y cultural. Especialistas recomiendan tomar precauciones y recurrir a filtros especiales y cámaras oscuras para poder admirarlo.
Un trabajo preparado para la ocasión por el ingeniero y especialista en Educación y Comunicación de la Astronomía, Santiago Paolantonio, y el investigador del CONICET en Didáctica de la Astronomía, Néstor Camino, asevera que desde Esquel se podrá advertir el 90 por ciento del eclipse solar.
En rigor, en este trabajo definen a los eclipses como fenómenos en los cuales “un cuerpo se ubica por delante de otro”, generando una superposición. En particular, en los eclipses de sol, “el cuerpo más cercano a nosotros (la Luna) impide ver al cuerpo más lejano (el Sol), ya sea por completo o en parte”.
Destacan los autores que los eclipses de luna son visibles desde todos los puntos de la Tierra, en los que en ese momento pueda verse el satélite natural terrestre; pero los eclipses de Sol “solo pueden apreciarse en una región relativamente reducida, por lo que no es tan frecuente observarlos”. Tal es así, que para el siguiente eclipse solar habrá que esperar 28 años, ya que está previsto que ocurra recién en 2048.
Un fenómeno astronómico, educativo y cultural
El eclipse de sol del próximo 14 de diciembre se producirá en horas del mediodía de nuestro país y se observará su comienzo en dirección noreste, con el sol muy alto en el horizonte. La Patagonia Argentina será testigo predilecto del fenómeno y en particular Esquel, donde se apreciará en un 90 por ciento. En principio, el eclipse solar se manifestará por una pequeña “mueca” de oscuridad en la parte izquierda del sol y progresivamente el Astro Mayor se irá ocultando en un proceso que durará más de una hora. Esto generará una disminución gradual de la iluminación del ambiente.
“El fenómeno empieza con un eclipse parcial, cuando la Luna va tapando al sol. En este caso van a ser unos dos minutos que la Luna se coloca enfrente del sol y lo tapa completamente y luego cuando se empieza a correr otra vez, tenés la otra parte del eclipse parcial”, explica Néstor Camino. “La franja de totalidad empieza por Junín de los Andes, cruza un poco el territorio de Neuquén y Río Negro para terminar en el Atlántico, a la altura del balneario El Cóndor”, completa.
“En Esquel va a ser un eclipse parcial bastante interesante, porque se va a tapar el 90 por ciento del sol”, detalla, aclarando que, si bien no se va a percibir el efecto de oscurecer el cielo, propio del eclipse de sol total, “seguramente sí va a disminuir la temperatura y vamos a notar un cambio en la luminosidad”.
“Los fenómenos de eclipse total son muy importantes porque permiten visualizar aspectos del sol, en especial la parte externa, que no se ve a simple vista ni con instrumental, por el brillo que tiene la luz solar. Al taparlo la Luna completamente, se ve la parte externa de la atmósfera solar, lo que se llama la corona”, revela Camino. Agrega, además, que “tiene una gran importancia a nivel educativo, por todo lo que uno puede analizar del fenómeno; y cultural porque a través de la historia, los eclipses han tenido un altísimo impacto en todas las culturas de todos los pueblos de la humanidad”.
Instrucciones y recomendaciones para su observación
Finalmente, aclara el profesional que “los únicos instrumentos aptos para ver el eclipse son aquellos que estén preparados con filtros especiales para ver el sol”. Precisamente, adelanta que él participará de la entrega de anteojos con filtros especiales diseñados para observar el sol, para aquellas personas interesadas. Se dispensarán uno o dos por familia.
También manifestó que “hay unos dispositivos que se llaman cámaras oscuras”, que se fabrican sencillamente con tubos, papel de aluminio y papel manteca. El papel de aluminio es colocado en la punta que está dirigida al sol y se le efectúa un pequeño agujero con un alfiler. Del otro lado, se coloca una pantalla con papel manteca. “Se apunta el extremo de aluminio al sol, la luz pasa por el agujerito, se proyecta y forma una imagen sobre la pantalla de papel manteca; y ahí uno ve la imagen del eclipse”, grafica Camino.
El trabajo realizado junto a Santiago Paolantonio es categórico al afirmar que “no se debe mirar el Sol en forma directa sin la protección adecuada” ni “durante los eclipses de Sol parciales, anulares e incluso totales, con excepción del período en que ocurre la totalidad”; ya que “la intensa luz solar puede producir quemaduras irreversibles al ojo”.
Este eclipse solar, que no se repetirá de esta manera hasta el año 2048, dejará una huella cultural invaluable en quienes en estos días estudian estos fenómenos que revolucionan la ciencia y sus impactos naturales y culturales; y también en aquellas otras generaciones, en las cuales estos magníficos episodios despiertan curiosidades y expanden imaginaciones de cara al futuro.
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