Por Jorge Daniel González.
La Biblioteca Café cumple 20 años de luz cultural entre Barrio Norte y Retiro, club de música que pinta ornamentos coloridos artísticos desde la Ciudad de Buenos Aires hacia los saberes del mundo, desde siglos pasados hasta el presente, desde el Renacimiento a la música popular, desde la narrativa hasta los parámetros culinarios, obras que hacen a la historia de los pueblos que revisten sus esencias en las paredes de la biblioteca porteña, sobreviviente de tres gobiernos y una pandemia mundial gracias al infinito compromiso de Edith Margulis, creadora y programadora del espacio: “Me comí todos los problemas del país porque yo empecé a fines del 2000, o sea que apenas comenzó todo, apareció la gran crisis de 2001 – 2002 que pude pilotear; me ayudaron mucho los administradores (ya es una asociación sin fines de lucro) y pude seguir adelante; después empezó a andar un poco mejor, hasta que vino el gobierno neoliberal que volteó a muchos como a nosotros, mientras a otros enriquecía, pero lo pude aguantar y hoy nos toca esta situación. Desde Enero estuvimos armando todo, pinté el local y nos agarró por la mitad la pandemia y dejamos la pintura, recién ahora estamos terminando producto de los protocolos. Tenemos unas subvenciones y donaciones de clientes que han sido muy generosos conmigo, además del subsidio ATP, para pagarle a los empleados, pero si la cosa no cambia para fin de año, no sé qué haré. Siempre aguantando, contra viento y marea, porque nunca fue un negocio para llenarme porque sólo me interesó pagar las cuentas, pero tampoco endeudarme, porque es muy horrible y ahora por primera vez, me estoy endeudando”.
Las balas rebotan alrededor del aura inspiradora de Edith que, saliente de sol, vuelve flores a las sombras en un espacio importante y necesario para los argentinos innatos de arte: “En la Biblioteca no sólo se vive música argentina sino del mundo y de todas las épocas: música académica, como grupos que cantan repertorio italiano o fados portugueses, hay música francesa, armenia, sefardí, española, música de cabaret alemán de los años 30, valses vieneses, también hay jazz, música lírica y de cámara; por supuesto tango y folklore, bossa nova, boleros, ópera, un espacio hermoso de música que también le abre las puertas a la comedia musical, a obras de teatro: la única exigencia es la calidad sin importar el género”.
La calidez de la Biblioteca centenaria tiene aroma a lectura, anaqueles repletos de libros que motivan la acústica de los suspiros y el compromiso de llevarse con uno un tiempo de dispersión y encuentro que nació entre 1999 y 2000: “Viste cuándo te dicen: ‘¿Por qué no te ponés un lugar para cantar, cocinar y hacer tus proyectos?’. Un lugar como este no te llega todos los días, belleza arquitectónica que uno sueña y forma en la mente hasta que se vuelve realidad de casualidad. En aquel entonces era una cafetería que abría 4 horas al día y pertenecía a la Asociación Biblioteca de Mujeres. Primero llevé un espectáculo que funcionó muy bien y luego me ofrecieron, tras la propuesta de otro show, alquilar el lugar”. Este sueño de Edith comenzó con la obra “Como cuando vinimos de España”, farsa histórica situada en la llegada de Colón a América, con vestuario, textos humorísticos y música del Renacimiento que demostraba a una Edith artista, cantante, programadora y cocinera: “Hice muchos espectáculos y además de programar, diseñaba el menú y en un principio hasta cocinaba fabadas, gazpacho y otros platos que llevaba desde casa. Siempre estoy de los dos lados del mostrador, en la misa y en la procesión, muchas veces cantando con el vestido manchado por trabajar también en la cocina. Así empezó todo”.
Valor agregado es la importancia en el menú, acompañado de la obra protagonista de la jornada que en infinidad de oportunidades cumple los roles conectados entre la cocina y la música: “A la comida le damos mucha importancia. Durante el día funciona como bar con menú ejecutivo y a veces las cenas son temáticas. Un show premiado alrededor de la comida fue ‘La Cena de Leonardo Da Vinci’, un banquete donde el público era el invitado a la corte del siglo XVI con recetas inspiradas en la época en la que en ciertos momentos debían comer con la mano, con argumentos humorísticos acompañados con la música renacentista. Acá, cada personaje hablaba en su idioma como el italiano de Da Vinci, el francés del Rey Francisco I o el inglés de Enrique VIII, y el público entendía todo porque había textos sencillos y cada uno hacia chistes sobre sus costumbres donde en medio, se destacaba la música y danzas que bailábamos”.
Así como el Gulash, comida austro húngara, es la principal del lugar, también el café es un ritual acompañado de la lectura y la narrativa que funcionan como gran meta cultural mantenida en La Biblioteca Café: “Hay novelas, libros de idiomas e historia y demás que quedaron y es muy común que la gente venga a tomar el té o un café y agarre un libro, pero en sí, nosotros no trabajamos en la biblioteca: si la gente se lo lleva, que se lo lleve, a mí no me interesa porque también hay gente que aporta libros y se produce un flujo activo que hace que se mantenga. Los libros para mí existen para que circulen, no para tenerlos arrumbados en una estantería; yo no le pido a la gente que me los devuelva, hay que gente que los lee en el lugar y hay gente que se los lleva. Nuestro espacio también hace presentaciones de libros como también narradores, algo coherente con lo que hacemos, entre los que pasó Ana Padovani, una de las más importantes narradoras nacionales que homenajeó a Niní Marshall con ‘Queremos tanto a Niní’; y por decirte cosas diferentes, tuvimos alguna vez a Ingrid Pelicori y Horacio Peña, que hicieron un espectáculo contando cuentos eróticos de gran nivel, porque en la Biblioteca hubo de todo y muy bueno”.
Edith Margulis es ingeniera, nació en Capital Federal y su pasión por la música la ha desplegado en el guión y producción de espectáculos, pero fundamentalmente como integrante de importantes coros donde desarrolló conocimiento, repertorio, experiencia y pasión por el arte: “Canté en el Coro Universitario de la Facultad de Ingeniería, también en la Facultad de Arquitectura, con el maestro Antonio Russo, en el coro de cámara de Carlos López Puccio, conocido por ser integrante de Les Luthiers, director que se dedicó a la música contemporánea tipo György Ligeti, como también obras de Zóltan Kodály. En una época formé parte del Coro del Instituto del Colón y del Teatro Argentino de La Plata; también viví grandes experiencias en el Grupo Canto Coral GCC dirigido por Néstor Andrenacci con quién hice algunas giras por Europa y por otra parte armé grupos pequeños de canto en las que tuve la suerte de trabajar con la soprano Chichita Fanelli, ex Buenos Aires 8. Cuando agarré La Biblioteca, largué todo y me dediqué al espacio, guardando en el corazón la música del renacimiento”. Edith produjo obras como “Feboasoma”, comedia patriótica situada el 25 de mayo de 1810 y “500 años de la canción Francesa”, recorrido desde las baladas de los trovadores de la Edad Media, el Barroco, la Ópera, hasta llegar a la Chanson. Uno de los últimos espectáculos fue “Entre dos guerras, un tango”, una propuesta musical ubicada entre la primera y segunda Guerra Mundial, tiempos en que en Argentina abría paso a la invasión norteamericana suplantando al tango por otros géneros y atisbos del rock, mientras que en Europa el 2 x 4 llegaba para componer una nueva vertiente del género del Río de la Plata: “Aunque no son tan buenos como nuestros tangos, podríamos destacar un tango habanera de Kurt Weill, que se llama ‘Youkali’, fue el comienzo de un yiro por Europa con el origen de los tangos europeos, música de cabaret que pasa por Alemania, Italia, Polonia y Rusia, entre otros países”.
Este jueves 24 de Septiembre de 2020, La Biblioteca Café cumple 20 años, que a pesar de estar en cuarentena obligatoria, ha preparado un festejo online en los que participarán Marikena Monti, Mariana Accinelli, Belén Perez Muñiz, Alejandro Veroutis, Adriana Martínez, Juan Cornejo, Alex Dionesalvi, Carlos del Pino, Ezequiel Dalairac, Nicolás Plácido, Simón Martins, Gipsy Bonafina, Anita Co, Leo Masliah entre muchos otros: “Para el festejo, que lo pasamos para el viernes 2 de Octubre, hicimos primero grabaciones en la sala con los protocolos permitidos donde vinieron algunos artistas y grabaron un tema cada uno en vivo. También hay números que han sido enviados vía Zoom desde sus casas y también hay proyección de fragmentos de shows pasados del recuerdo más saludos de periodistas y amigos armándose una gran producción con gente que nos mandó palabras alentadoras para seguir. Además se hizo toda una edición realizada por mi hija, que trabaja en Nueva York en la edición de videos y cine, que pudo recopilar la infinita información que tenemos de estos 20 años donde como mínimo, teníamos cinco shows por semana”.
Para la noche de los festejos por los 20 años, que es el 2 de Octubre, suscribirse al YouTube «La Biblioteca Café».
La Biblioteca Café queda en Marcelo Torcuato de Alvear 1155, Ciudad de Buenos Aires. Teléfono: 011 4811 0673.
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