Por Jorge Daniel González.
El humorista rosarino, guionista y actor, Luis Rubio, es la cuna y materia prima del 4 más rústico de la historia del fútbol argentino, creador del antagonista de la belleza deportiva pero de sensibilidad en un personaje identificado con la realidad de muchos seguidores, una ficción que superó expectativas hasta entender que el humor se puede volver historia en la personificación de un futbolista retirado que hasta tuvo su ovación real en el Gigante de Arroyito, su zamba en la voz de Facundo Saravia, su partido despedida con un gol y un tiro en el travesaño en el Estadio Miguel Morales del Club Atlético Douglas Haig de Pergamino, Su película “Radiografía de un ídolo”, sus libros como “Mis lesiones de fútbol” o “La Pavota no se mancha” inspirado en una jugada provocadora para foulear a sus rivales, su serie web “El Puntapié Final”, infinidad de presentaciones en los medios y un constante andar que vuelve a Eber Carlos Ludueña un hombre verdadero, comprometido socialmente, sincero y divertido. Por ello es que el sábado 12 de Septiembre, Luis Rubio presentará a su personaje más emblemático en su segundo show streaming llamado “Saturday Night Eber” (el show debutó el 15 de Agosto), con cambios de rutinas y escenografías: “Cuando empezamos con esta obra, estuvimos un mes y pico con el primero que se hizo en una especie de living, con temática disco, donde Eber mostró sus músicas, fotos, recibió invitados y ahora nos fuimos para el patio con el objetivo de mostrar distintos lugares de la casa de Eber. En esta oportunidad también habrá un invitado, con decoraciones, elementos del perro, la cucha, la soga tendida, un monólogo sobre los broches de la ropa, vamos variando el universo, digamos”.
El Streaming, como modo de difusión laboral explotada durante cuarentena, ha sido una de las alternativas que Luis ha aprovechado para mostrar su trabajo y andar constante en la actividad de actor: “Cuesta un poco laburar porque somos pocos haciendo un Streaming. El primero fue en un estudio, ahora será en una locación más pequeña con cinco o seis personas aunque, en el funcionamiento, tenemos cierto entrenamiento porque en la tele, salvo Mar de Fondo en TyC Sports que lo hacíamos en público, laburás para ocho o diez personas y te están viendo miles, pero vos no tenés noción ni representación de cuánta gente ni a dónde están llegando y después te enterás por esas historias lindas y raras que tiene este oficio: he recibido cartas, cosas muy emotivas y que si pasaban, no tenías ni idea en ese momento de lo que ocurría porque vivíamos con la única realidad de estar con poca gente intentando sacar al aire un programa, y que por ahí, tu actuación sirvió para que una familia comparta juntos unas sonrisas”.
Luego de cinco meses de cuarentena, la rutina, costumbres y formas de visualizar posibilidades de ejercicio profesional han cambiado pero para Luis, la mente jamás dejó de funcionar adaptándose a las redes y los medios sociales: “La cuarentena me sorprendió como a todos; al principio desorientado, con temor e incertidumbre, un poco asustado y bueno, por ser un tipo inquieto y proactivo, inmediatamente me puse a buscarle un poco la vuelta y empecé con algunas cosas para las redes lo que provocaron un cierto impacto en mucha gente que lo veía: al principio me junté con amigos y laburé de un modo remoto para generar contenido, después me fue tapando la demanda porque comencé a hacer cosas para empresas y comunicación y no me quejo porque me dio oxígeno en lo económico. A pesar de todo, soy un humorista acostumbrado al público, al escenario y las risas”. En estos meses Luis ha creado por Instagram segmentos como El 4 en 40tena (6 capítulos), Eber en VHS, la propuesta de Zoomá a Eber a tu evento, y una playlist por Spotify.
La plataforma más importante de servicio musical streaming tiene un álbum recopilatorio llama GNCis con tracks de sus más famosas anécdotas como “Marqué a Pelé”, “Le Puse Mostaza a Merlo” o “Le tiré una pared a Bochini”, audios relacionados además a un dibujito animado realizado por Marcelo Benítez: “El dibujo animado está vinculado con la recopilación de Spotify: me había aburrido un poco de contar esas anécdotas que formaron parte de una época pero ya está y se me ocurrió una forma de que se transformasen en capítulos coleccionables que dieron comienzo al personaje. Por otra parte, entre los años 2007-2014, hubo una caricatura de Eber Ludueña en el Deportivo de Clarín, por eso tomando de base ese dibujo que representaba a ese Eber medio panzón, ingenuo, como medio romántico en el fondo, una especie de tipo raro perdedor pero quijotesco, animamos y empezamos a tomar la base de esas historias de audios de Spotify tan divertidos”.
Tras el éxito de Eber Ludueña en Mar de Fondo en 2002, programa conducido por Alejandro Fantino en TyC Sports, la creativa biografía del personaje no ha parado de crecer en los casi 20 años de existencia por lo que resulta inevitable la renovación además de mantener la propia historia de trayectoria, familia, frases y estadísticas: “Trato de ser respetuoso de las cosas que dije alguna vez, de esas historias que construimos de la vida del personaje en TyC Sports pero sí, me permito flexibilidad con la actualidad y opinar de situaciones porque Eber ofrece una mirada del mundo, es un ícono de los que no llegamos, de los que no llegaron, de los que no supieron triunfar, un antihéroe que mira lo que pasa siempre encontrando el lado humorístico. Eber brinda un aspecto perdedor, barrial, popular del mundo de las estrellas, de los grandes divos del fútbol y con él me meto con la actualidad, de hecho, hay un monólogo sobre el aislamiento, o si Messi firma o no firma”.
Luis, creador de otros personajes como Evaristo Hurtado o Ramiro Agujis, no vive los días bipolarmente pero sí confiesa que la inspiración ha tenido raíces propias que con el tiempo, la madurez y popularidad, ha ido separando el actor del protagonista de Saturday Night Eber: “Eber es un laburo, una construcción que tiene cosas mías porque yo he sido mal jugador de fútbol, me he criado en un barrio, he manejado un Renault 12 pero hoy mi vida está muy lejos de aquel origen, por mi profesión y del modo que vida que tengo que es otro. Pero también tengo unos fondos berretas, como unos banderines, un celular antiguo y pienso que soy el único tipo que para hacer un zoom o grabar un video, afea su casa: todos (me imagino) embellecen su hogar para salir en tele pero yo la cascoteo un poco para que me de el Fondo Eber. Hay siempre algo mío, una materia prima, obviamente exagerada con el objetivo de ser gracioso por la profesión que uno tiene porque el humor siempre me gustó, me llamó la atención y la he buscado de todas las formas, lo he investigado, lo he ejercido en radios, tele, teatro, en el cine, desde el guión, desde la producción y la actuación, que en la vida es lo que más he hecho”.
Su pasión humorística siempre encontró lugar por su insistencia en el trabajo, aunque en generalidades, la cultura del humor en los medios de comunicación no sea de masiva difusión por la mutación de contenidos: “Hoy la importancia del humor es menor. Ha tenido su apogeo en sus distintos formatos, desde Los Gasalla, Los Guinzburg, La Noticia Rebelde, Comicolor, Los Tinelli, Los formatos de Caiga quién Caiga donde trabajé o proyectos como los de Saborido y Capusotto pero en menor escala porque hoy la tele está enfocada en el conflicto y la discusión que en la creatividad y las ideas. El conflicto y la rispidez son el combustible de la televisión y los medios”.
“El estilo que escuché siempre fue el melódico, la balada: Roberto Carlos (aún tengo algunos magazines), Franco Simone, Sergio Denis, Guillermo Guido, Mijares, Dyango, Perales, y los dos Manolos (Galván y Otero). Dentro de la música divertida, para fiestas, me gustaba mucho Rafaela Carrá. Fui amigo de uno de los integrantes de Trocha Angosta (el batero suplente). Del ámbito internacional me gustaban Abba, Demis Roussos y Richard Clayderman, de quien copié el corte taza y tono de la tintura. Aunque en mis años de mayor locura me gustó mucho la música progresiva (Libro “La Pavota no se mancha”). Entre Luis Rubio y Eber Ludueña hay gustos distintos en cuánto a la música, claras sendas separadas de la elección sonora: “Me di cuenta que escucho música nacional, no soy un melómano y cuando viajo me acompaña. Ahora que estoy en mi casa escucho menos porque estoy más con las noticias, la tele, y a la noche con mi mujer viendo alguna serie. A Eber en cambio le gusta la música romántica, más de la época ochentosa, más de esas baladas y no es un rockero, para nada”.
En el verano del corriente año, Rubio presentó el espectáculo “3 Décadas” en el teatro La Comedia de Rosario en el marco del festejo de sus 30 años de trayectoria, proyecto que en Buenos Aires se vio momentáneamente interrumpido por la Pandemia: “Fue una espectáculo que hice en verano en Rosario pensando que quería llevarlo a Capital Federal en algún teatro amigo en el invierno; bueno, todo esto lo frenó, pero la verdad que quería hacer unos ajustes y seguir el festejo. ¡Haremos los 31 años! El espectáculo ‘Tres décadas y pico’ “.
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