Texto: Dinka Travel
Cesta Collective
Las artesanas de Ruanda están detrás de los bolsos de moda entre las famosas.
«Más de 1.400 tejedoras tienen formación para hacer nuestras cestas y son ellas las que sostienen la economía de sus hogares». Courtney Weinblatt y Erin Ryder, fundadoras de la marca Cesta Collective, explican la historia detrás de sus bolsos tejidos en Ruanda con materiales sostenibles y salarios justos.
Sus cestas cuentan con el sello Nest of Ethical Handcraft, que certifica que las artesanas reciben un salario justo por el increíble trabajo manual que realizan. «Son ellas quienes fijan el precio por cesta en función de la cantidad de tiempo y energía que emplean según el diseño, tienen opinión en el proceso y reciben salarios que les permiten mantener a sus familias y ahorrar para el futuro», aclaran desde la marca.
El arma contra el coronavirus
«El 31 de marzo, un estruendo de cacerolas, bidones de plástico, tambores y silbatos despertó a Pamela Okello. El sonido procedía de Pader, una ciudad pequeña a decenas de kilómetros. Okello no tenía teléfono móvil ni Internet. No podía hablar con la gente de esa ciudad. Pero enseguida, esta campesina de 53 años identificó el bullicio con un ritual antiquísimo conocido como ryemo gemo. También comprendió su mensaje: un peligro importante estaba cerca. Debía protegerse. Mantenerse en alerta. Limitar sus movimientos. De inmediato, la familia de Okello golpeó sus cacerolas para que el ruido llegase a otros pueblos del norte de Uganda. Querían espantar a un espíritu maligno, invisible, aterrador, preparado para debilitar nuestros cuerpos hasta matarnos: la covid-19», describe la corresponsalía.
Asistencia a gorilas
Con la ayuda de Gorilla Doctors, Theodore, una cría de gorila de montaña ha podido ser rescatado y curado. Una trampa de lazada le provocó grandes heridas en una de sus manos al intentar librarse de ella.
El furtivismo ha sufrido un incremento muy importante desde que la actividad turística ha prácticamente desaparecido a consecuencia de la crisis sanitaria por el COVID. Los programas puestos en marcha contra la caza furtiva habían dado sus frutos en estos últimos años, pero la falta de recursos de la población ha favorecido el retorno del furtivismo. Generalmente la población local coloca trampas en el bosque a la espera de poder hacerse con un pequeño antílope para dar de comer a su familia, pero las trampas no distinguen de animales así que está afectando de manera exponencial a las familias de gorilas.
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