Pablo Pino, cantante de Cielo Razzo: “Lo que hacemos es una expresión artística que puede generar cambios, no se trata solo de hacer música”

 

Por María Belén Musso

Con la bandera de la música como inspiración, líricas que llegan al corazón y el «pogo» enérgico de un rock rosarino que tanto gusta en Argentina, Pablo Pino, cantante de Cielo Razzo, dialogó con MDM digital en el contexto de la presentación del nuevo material discográfico de la banda.

«El Día Fuera del Tiempo» es el octavo álbum de estudio de Cielo Razzo. En su ciudad natal lo presentaron dos veces a sala llena: el 6 de diciembre y el 11 de enero pasado. Por otra parte, en Buenos Aires tocarán el próximo sábado 8 de febrero, en el Parador Konex.

-Pablo, están presentando un nuevo álbum tras una pausa de varios años a nivel discográfico, ¿cómo fue el proceso compositivo de «El día fuera del tiempo»?

-En un momento los que componíamos éramos el Pájaro  (Diego Almirón, guitarrista) y yo. Eso fue así por mucho tiempo, pero cuando empezamos a tener una relación de mayor hermandad comenzamos a componer juntos y muchas canciones son de los dos. Para este último disco, de las 8 canciones el Pájaro compuso 6, una la compuse yo (“Sabrás”) y a la otra la hicimos entre Javier Robledo, el baterista, y yo (“Veloz tren”). Pero claro que terminamos armándolas entre toda la banda, nunca es algo individual. Para este disco yo no pude trabajar como hubiese querido y se dio esto que es como una especie de lección. En el mundo de la música hay mucho egocentrismo y digo que esto es una lección porque es la primera vez que me amoldo a cantar tantas canciones que yo ni vi nacer porque las compuso el Pájaro pensando en cómo yo las iba a cantar. Y eso para mí es importante porque habla del despojo del ego y de la hermandad que tenemos.

-¿Por qué  el disco se llama «El día fuera del tiempo»? No hay ninguna canción con ese nombre en este nuevo trabajo…

-Fue así. Un 25 de Julio –que se considera como el día fuera del tiempo en el calendario maya – nos juntamos en la sala con parte de la banda para decidir cuál sería el nombre del disco. Nano (Fernando Aime, guitarrista) dijo que era el día fuera del tiempo. Nos pareció que ese tenía que ser el nombre. Sostuvimos la discusión un rato, dejamos pasar la tarde, y finalmente dijimos que tenía que llamarse así. Más allá del calendario Maya, cada vez que tocamos tratamos de generar una burbuja momentánea, un momento fuera de la realidad, fuera del tiempo. Así que el nombre nos cerró por todos lados.

-Ya que mencionás lo que intentan generar cuando tocan, me gustaría saber cómo te sentís emocionalmente cuando brindas un show, ¿cómo vivís la experiencia?

-Y…, para mí es demasiado. Más cuando uno entiende que lo que hacemos es una expresión artística que puede generar cambios y que no solo se trata de hacer música. Aunque sean cambios momentáneos, cuando uno puede brindarse por completo y sin ningún obstáculo se logra llegar al corazón de la gente, y cuando vos llegas al alma y al corazón, algún cambio hay. Nosotros hace un tiempo elegimos eso, elegimos tratar de cambiar un poco la realidad, aunque sea algo que dure un momento. Lo vemos constantemente, en los shows se generan amistades, situaciones y amores. Creo mucho en eso, en tratar de generar algo así sea para 100, 500 personas o miles de personas.

-Es como que la música ayuda a sublimar dolores, ansiedades, ¿no?

-Totalmente, porque más allá de que todos somos muy distintos, creo que en ese momento hay una posibilidad de entrar todos en una misma sintonía.

-¿Alguna anécdota o historia en particular que haya sucedido en algún recital o que te haya contado algún fanático? ¿Algo que te haya movilizado en particular?

-Todo el tiempo suceden cosas. Hace poco me escribió una chica, por ejemplo, comentándome que quiere pedirle casamiento al novio en el show del Konek. No sé bien si se dará ni qué tenemos que hacer, pero eso nos dijo. También hay muchas historias de gente que nos comenta que se conocieron en alguno de nuestros recitales y caen con los hijos al show. Por eso, vuelvo a esto de que la música sirve para conectarte con otras personas e intentar modificar algo.

-Hablando de todo lo que conmueve y, a su vez, mueve la música, ¿podrías contar acerca del trabajo social que desarrollás en Rosario?

-Trato de aprovechar la visibilidad que me dio la música para participar de movidas solidarias. Hace muchos años, con parte de Cielo Razzo y otros músicos, empezamos a colaborar en movidas que se hacían en comedores o fábricas. En el 2017 y 2018, junto al músico Ezequiel Salanitro (conocido como «el Choza») y otros artistas armamos la agrupación Canción Urgente, con la que hacemos actividades solidarias y talleres. Ahí fue cuando empecé a ir a la cárcel, haciendo un taller en la Unidad 6 con Florencia Crocci; luego, con Eugenia Craviotto de Mamita Peyote y, actualmente, con Fernando Braidotti «el Pacha», quien estuvo en condición de detenido y cuando salió de la unidad, porque cumplió su condena, empezó a ser mi compañero de taller y gran amigo. En un punto todo eso confirma lo que pensamos y lo que hacemos como banda. Acompañando desde el arte, se pueden generar grandes cambios.

Fotos: Gentileza Cielo Razzo.

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