Casi disimulada en los mapas, Malta presenta rincones encantadores que invitan a ser descubiertos por todo aquél que visita este pequeño archipiélago del Mediterráneo. Obviamente, sus idílicas playas de aguas turquesas donde relajarse en un entorno de ensueño son el principal reclamo de las tres islas que conforman el país. Pero Malta tiene mucho más. Una maravilla arqueológica es el Hipogeo de Hal Saflieni, una impresionante necrópolis subterránea construida mucho antes de la llegada de los griegos y los fenicios a Europa.
La Valeta, la capital, es una visita obligada con su fortificación construida por los cruzados de la Orden de Malta y los monumentos más emblemáticos que podemos explorar en esta animada ciudad. La antigua ciudad fortificada de Birgu y su bonito puerto es otro destino ineludible para conocer la Malta más auténtica. Y si uno quiere vivir una experiencia que quita el hipo, hacer submarinismo por las cuevas submarinas, acantilados y pecios malteses es la mejor opción para disfrutar de estas tres bellas islas a orillas del Mediterráneo.
El archipiélago de Malta se encuentra en medio del mar Mediterráneo, a muy pocos kilómetros de Sicilia y en una ubicación estratégica entre el sur de Europa y el norte de África. La geografía de Malta es bastante idéntica en todas sus islas que apenas tienen ríos ni montañas.
El principal atractivo geográfico de Malta son los acantilados de Dingli y las cuevas que se forman en la parte sur de la isla. Las principales ciudades y pueblos de la isla de Malta se asientan en bahías.
En total, este país de poco más de trescientos kilómetros cuadrados está formado por once islas, de las que solo Malta y Cozo están habitadas. La tercera isla más importante, Comino recibe miles de turistas cada año gracias a su famosa Laguna Azul, pero solo dos personas viven allí permanentemente.
Las otras ocho islas que componen el archipiélago maltés son Cimonotto, Delmarva, Filfla, Halfa, Manoel, Tac-Cawl, Ta`Fraben e Islas de San Pablo. Se trata de islotes o pequeñas porciones de tierra junto a islas mayores que no están habitadas y que apenas reciben turismo.
Todas las islas de Malta, incluso las más pequeñas, se caracterizan por el tono azul turquesa de sus aguas, ideal para practicar deportes acuáticos como el buceo o el snorkel.
Malta tiene veranos largos, cálidos y soleados. De hecho, las temperaturas suelen oscilar entre los 25 y 35 °C. Por este clima agradable es posible disfrutar de las fiestas al aire libre.
Su gastronomía
¿Los platos típicos de Malta?
Pastizi: Este pequeño pastelito de hojaldre con ricota o de pasta de guisantes es sin duda uno de los tentempiés más populares de la isla. En cualquier panadería o bar-restaurante podrás encontrarlo y siempre a un muy buen precio. Los malteses lo comen muy a menudo para desayunar o merendar y en general una unidad de estos pastelitos puede costar entre 0,30 y 0,50 céntimos de euro.
Gbejniet: es uno de los quesos típicos provenientes de la pequeña isla de Gozo. Tradicionalmente se realiza con leche de cabra o de oveja y es uno de los quesos más populares. Un plan ideal sería acompañar el queso con pan Hobza y con vino de la región disfrutando junto a tu pareja o amigos frente a una maravillosa vista al mar.
Hobza: Este aperitivo es pan con tomate recubierto con un poco de aceite de oliva. Similar a nuestro pan con aceite, aunque en este caso, suele acompañarse también con una rodaja de queso típica de la producción artesanal.
Bigilla: Esta es la versión que existe en Malta del hummus. Consiste en un paté de alubias moradas que se combina con ajo, perejil y guindilla triturado y a todo se le agrega aceite de oliva. Se suele servir como aperitivo acompañado con pan y queso de cabra. No dejes de probarlo puesto que es una delicia de la gastronomía maltesa.
Timpana: Como ya hemos mencionado, la comida maltesa ha recibido gran influencia de la comida italiana, así que encontrarás muchos platos típicos en Malta cuya base es la típica pasta italiana. La Timpana es un ejemplo. Se trata de un plato de macarrones rellenos con carne picada y huevo duro cubiertos con una capa de hojaldre y horneados. Este plato también suele venderse en tiendas montadas en la calle o en panaderías, a modo de pastelito, y es exquisito.
Minestra: Este es el típico guiso de verduras, muy parecido al que se entiende como menestra de verduras. Es un plato típico de la gastronomía de Malta que podrás pedir en pequeños restaurantes acompañando los platos principales, y se lo considera un fiel compañero en cualquier plato de la más típica gastronomía de Malta.
Stuffa Tal Fenek: Este es sin duda el plato más conocido de la gastronomía maltesa. En pocos lugares en el mundo vas a poder comer un plato de conejo tan exquisito como éste. La preparación lleva mucho tiempo ya que primero hay que adobar la carne y después cocinarla a fuego lento durante varias horas. De este modo se consigue un plato absolutamente tierno, que se deshace en nuestra boca y que cuenta con un delicioso sabor. Normalmente el sofrito con que lo sirven es de tomate o de vino, y lo cierto es que ambos merecen la pena de ser degustados.
Sobre la música
Desde animados bares hasta fiestas en la playa, Malta cuenta con una vida nocturna vibrante y diversa. Música, paisajes paradisíacos y buena fiesta.
Cada año, Malta convierte sus hermosas playas en el escenario perfecto para fiestas al aire libre. Allí podrás bailar bajo las estrellas, disfrutar de música en vivo y sumergirte en la atmósfera festiva que solo el Mediterráneo te puede dar.
Al caer el sol, las temperaturas en Malta se mantienen suaves y agradables. Esto significa que puedes disfrutar de fiestas nocturnas donde no te preocuparás por el frío, sino por disfrutar de la música.
Al ser un destino tan popular para la fiesta, cada año una multitud internacional de fiesteros viajan a Malta para disfrutar de sus festivales y fiestas, que cuentan con la participación de renombrados DJs y artistas internacionales en diferentes playas e incluso sobre grandes botes.
Además, a este ambiente festivo y multicultural hay que sumarle los increíbles sitios arqueológicos, fortalezas medievales y calles pintorescas que ningún extranjero se quiere perder.
Acerca de su música popular, cabe enfocar en el canto denominado L-Għana (pronúnciese ana) agrupa tres modalidades conexas de canciones populares maltesas en rima. Actualmente, la modalidad más extendida es la llamada del Ingenio vivo, que consiste en un duelo improvisado entre una o dos parejas de cantantes, cuyos méritos se aprecian en función de las rimas de buena factura, las tesis convincentes y las réplicas graciosas utilizadas.
Por su parte, la modalidad denominada Factual consiste en un largo poema narrativo, cantado generalmente de memoria por un solista, para dejar constancia de acontecimientos locales importantes en la memoria colectiva de las comunidades.
La tercera modalidad, llamada Bormla, se caracteriza por sus letras sencillas interpretadas con un registro vocal amplio y un estilo singular en el que se canta una sola sílaba en notas sucesivas diferentes. En el pasado eran las mujeres las que solían cantar a menudo en este estilo, pero hoy su práctica ha decaído debido a la gran popularidad del género del «Ingenio vivo» interpretado mayoritariamente por hombres.
A lo largo de todo el año se organizan sesiones de L-Għana en festivales y festejos al aire libre, así como en muy diferentes lugares públicos y privados. Esta práctica cultural establece una gran complicidad entre los intérpretes y sus oyentes y propicia intercambios amistosos entre ambos, nutriendo así el sentimiento de pertenencia a una misma comunidad con una identidad y una historia comunes.
Parte integrante de la cultura maltesa, este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmite en el seno de las familias y se considera un vehículo esencial de transmisión y desarrollo del idioma semítico maltés, único en su género por la influencia ejercida en él por el árabe, el inglés y el italiano.
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