Julián Albarracín, músico y productor de larga trayectoria: «Aquí hay un altísimo nivel técnico, con personas capacitadas y con experiencia a nivel mundial»

La provincia argentina de Mendoza es cuna de grandes artistas y de trabajadores incansables del mundo de la cultura. La lista de nombres es inmensa y otorga orgullo. Y día a día, va en aumento. Uno de los experimentados hombres que tiene la producción artística y musical de la provincia cuyana es Julián Albarracín.

«El trabajo como productor en mi vida llegó, te diría, casi sin darme cuenta. Desde los 18 o 20 años que me dedico a la música, a veces jugando el rol de músico, y otras veces haciendo de organizador de nuestros propios eventos, como era antes. Eso me hizo amar un poco a la noche, los negocios, los bares, los boliches», destaca Julián en el inicio de la entrevista.

Inicios musicales

Su pasión siempre ha sido la música. Ha formado parte de bandas de rock y ha trabajado como productor en eventos. Su espíritu aventurero lo ha llevado a recorrer el mundo, pero nunca ha dejado de trabajar desde su ciudad natal, Mendoza, convirtiéndose en uno de los productores más destacados, abriendo nuevos lugares para presentaciones en vivo.

«Empecé produciendo mi propia banda, que se llamaba Calígula, que era una banda de covers que tuvimos durante casi 10 años. Fue muy exitosa y tocábamos muchísimo. Fue mi sustento durante toda esa época. Hacíamos eventos privados, boliches, viajábamos bastante. La verdad que fue una experiencia muy buena», relata Albarracín.

Y agrega: «Después logré abrir mi primera discoteca, mi primer boliche, que terminó siendo una cadena de discotecas durante varios años también. Y ahí también tuve que utilizar un poco los conocimientos de producción, porque fue contratar bandas, hacer los shows y tener todo muy aceitado. Todos los fines de semana había shows en los diferentes boliches. Llegamos a tener cinco boliches andando a la vez. Y fue precisamente ahí, en esa época donde apareció la necesidad de conocer más de la producción técnica».

Julián con La Fora, uno de sus tantos grupos musicales

La realidad iba cambiando y Julián Albarracín avizoró que el show business iba a tener un desarrollo importante en la región y fue por eso que intensificó su tarea profesional: «Viajé a Buenos Aires, me capacité y pude empezar a trabajar en producciones en Buenos Aires, Chile y por supuesto en Mendoza. Trabajamos para distintos eventos de rock y de Disney hasta que salió la posibilidad de cruzar la cordillera y llevar nuestra tarea a Chile. Ahí pudimos hacer, entre otras cosas, Ricky Martin Sinfónico en la Quinta Vergara. También hicimos una Creamfield y otra fiesta electrónica de grandísimo nivel en el Espacio Riesco».

Una pasión

La producción técnica hizo que Julián Albarracín se metiera de lleno en ese espacio y también tuvo participación en diferentes eventos que se realizaron en Mendoza, su lugar de origen: «Trabajé con la Asociación Mendocina de Artes Escénicas (AMAE) siendo productor técnico ‘Noche de Luz y el Fuego’, uno de los eventos más importantes que se realizó en el municipio de Guaymallén».

Y suma: «También pude participar en un evento muy importante como lo es el Wine Rock, que hace la bodega Monteviejo. Ahí fui encargado de la parte técnica, de stages managers y Hospitalidad. Hicimos el último show de Los Enanitos Verdes con la presencia de Marciano Cantero, y ese es un recuerdo imborrable para mí».

Junto a Marciano Cantero de Enanitos Verdes

Y, como de Mendoza se trata, siempre hay que llevar talento a la fiesta más grande de la provincia, que es la Vendimia: «He trabajado en varias Vendimias de Guaymallén y también en Las Heras. Además, fui funcionario de la Municipalidad de Las Heras. Ocupé el cargo de coordinador de producción de eventos».

El desafío

Julián Albarracín tiene una hoja de ruta importante y eso lo entusiasma para lo que se viene. «Tras la pandemia, Argentina vuelve a ser punto obligado de recepción de giras internacionales y se debe a varios motivos. El primero es el público afectivo y abrasador que apoya de manera inmediata a sus ídolos. Y lo segundo es porque hay un altísimo nivel técnico, con personas capacitadas y con experiencia a nivel mundial. Eso también permite que el técnico argentino sea considerado muy útil en cualquier parte del mundo», finaliza.

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