Progresivamente, la incorporación de la carne de guanaco en la gastronomía de Santa Cruz se viene consolidando, en un desafío a la creatividad de los chefs para generar la más amplia variedad de gustos y opciones de preparación, para que los comensales prueben la nobleza de esta carne magra, con identidad de la Patagonia Argentina.
El guanaco es un mamífero rumiante, autóctono de Santa Cruz, cuya existencia en la región está certificada por ancestrales pinturas rupestres. Si bien el guanaco ha habitado extensas superficies del país, en la actualidad se concentra en la Patagonia, adaptada a las extremas condiciones climáticas. Es en este lugar donde perdura la mayor población de guanacos del mundo.
Su noble carne roja es baja en grasa y tiene alto contenido proteico. Entre las recetas más comunes se encuentran las milanesas de lomo de guanaco, y también se aprovechan mucho los cuartos y las paletas para las preparaciones con carne picada.
La reticencia sobre la carne de guanaco hace que todavía no sea muy solicitada por aquellos visitantes que arriban por la Patagonia. Cocineros de la región, con notable compromiso y pericia, promueven el consumo de esta carne, innovando en preparaciones para potenciar su alto valor nutritivo.
Cuentan que cuando la prueban por primera vez, reciben importantes devoluciones y que la gente queda fascinada y sorprendida por la generosidad de la carne de guanaco, transformándola en una opción deliciosa.
La empanada de guanaco es una de las recetas símbolo que se impone cada vez más. Las más ricas y sabrosas, tienen que ser muy jugosas, recomiendan los que saben. Es por ello, que se utiliza mucha cebolla en la preparación. Además, se le agrega grasa vacuna para que la carne no quede tan seca. Por cada kilo de carne de guanaco, se calcula entre 100 y 150 gramos de grasa de vaca.
El primer paso para preparar una buena empanada es rehogar un kilo de cebolla y un morrón por cada kilo de carne de guanaco. A continuación, se agrega la carne y una vez que está fría la mezcla, se incorpora la cebolla de verdeo y el huevo picado.
Esta preparación queda exquisita ya sea al horno como frita. Solo resta probar esta experiencia gastronómica patagónica.
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