Heidy Viciedo, cantante afrocubana: “El soul es mi género, pero nunca perdí mi cubanía, que se escuche la poesía de la letra”

Por Gustavo Masutti Llach

-¿Te llamo en 5 minutos?

-Dale.

-En ese pequeño diálogo se revelan varias cuestiones. Como la relación entre entrevistado y entrevistador, o el hecho de que la pandemia de Covid-19 impide las charlas “cara a cara”, por ejemplo. Pero también que Heidy Viciedo, la voz afrolatina del soul en Latinoamérica, se “argentinizó” desde que se instaló en Buenos Aires, allá por 2005. Pero apenas un poco. La cadencia caribeña de su fraseo sigue allí, musicalizando su decir. 

La excusa para hablar con ella es que sacará un disco en enero próximo, con canciones originales, y el lanzamiento del video de su corte de difusión, “Pose”, que fue dirigido por Jesus Almiron. Describe Heidy: “El mensaje que quiero plasmar en la canción, es el que las personas vivan libres y sin etiquetas, que se sientan seguras de lo que son, que respetemos lo diverso y disfrutemos la vida, que no importa lo que digan si estás seguro de lo que estás haciendo y de tu forma de expresarte. Por eso este tema es como un grito a la libertad”.

-¿Vas a sacar el disco en formato físico?

-Sí, habrá un CD. Desde luego que también subiré el material a YouTube y a las redes. Porque la gente lo consume por Instagram o Spotify.

-¿Por qué en físico? El mercado y la distribución cambiaron.

-Es verdad, ya no se hacen filas en la puerta de una disquería esperando la novedad, de la misma manera que no se compra el periódico en el kiosco. Hoy casi todo pasa por las redes. Es un mundo absolutamente nuevo y los más chicos no tienen la noción de pagar por la música. Cuando todo cambia uno debe aggiornarse.

-¿Entonces?

-Me quedan cosas de la vieja época. Pero también algunos jóvenes te agradecen que el disco salga en físico, porque lo pueden ver y tocar. Y regalarlo, aunque después no tengan dónde reproducirlo (risas). Te lo piden también, y que se lo dediques. Esos me dicen que les gustaría que todo siguiera como antes de la digitalización de la música. Yo les contesto: dices eso porque no lo viviste.

-¿Extrañas algo de esa época?

-La pasión que se ponía en la espera de que saliera determinado disco nuevo. Esa emoción hoy sólo la ves en los chicos cuando van a comprar un nuevo modelo de teléfono celular. Dios mío, cómo cambió todo.

-Sos muy ecléctica en tus estilos, cantás de todo. ¿Qué es lo que te define?

-El soul es mi género, pero nunca perdí mi cubanía, que se escuche la poesía de la letra. También el R&B, el blues y el bolero. Música para ser escuchada, que genere reflexión y emoción. Sin embargo, la gente es la que manda. Y ellos me piden algo para bailar, porque soy de Cuba. Les hago caso y en el disco hay temas “Mamita, “Pose” o “Mala jugada” que son bailables.

Heidy nació y se crió en Cuba. En la isla aprendió a cantar (“allí lo más normal es que la gente cante en todos lados y que con una lata y un palo te armen una fiesta”, recuerda) y se recibió de licenciada en educación musical. Luego se incorporó a un gran show musical y en 1998 salieron de la isla con esa compañía. No volvió. Se quedó a vivir en México durante 8 años y medio, hasta que encontró el amor: un argentino que se la trajo a las Pampas, para quedarse. En Buenos Aires nacieron sus hijos (tiene dos varones, de 9 y 13 años), que son quienes “me mantienen activa”. Fue en México donde la escucharon y la convocaron para doblar a personajes animados de Disney. De este modo, cantó el tema principal de la película animada de la Casa del Ratón “Tierra de osos” para Latinoamérica (la versión en inglés fue interpretada por Tina Turner), y de la mano de los productores de Disney Latinoamérica, Jack Jackson y Raul Aldana, Heidy le puso la voz a canciones de producciones como “La princesa y el sapo”, “About Adam”, “Kim Possible”, y decenas de series animadas entre ellas, “Scrubs”, “Proud Family”, “Es tan Raven”, “Phineas & Ferb”, “Clásicos de Disney”, y muchos más. “Es una gran escuela para aprender profesionalismo. Todo está diagramado como en una maquinaria perfecta. Sobre todo para mi, que disfruto de no planificar mi carrera”, reconoce.

-¿Cómo trabajaste allí?

-Como en una comedia musical, cuando entras al estudio ya no eres Heidy, sino que debes ponerte la voz y la piel del personaje. Si cantaba como una vieja me pedían que me encorvara un poco más frente al micrófono. Ni esos detalles se dejan librados al azar.  Además en esos estudios no tienen problemas de presupuesto. Y cantar para los niños es ooootra cosa. Me encanta. Los amigos de mi hijo se sorprenden cuando ellos les ponen alguna película y luego le dicen que soy yo la que canta.

-¿Estás en contacto con la comunidad cubana en Buenos Aires?

-Sí, por el ritmo de mi profesión, no estoy en el corazón de la comunidad, pero tengo a mi hermana y a un primo que están más metidos. Me vienen a ver a mis shows y soy recontra feliz.

-Presencié discusiones de política feroces entre cubanos residentes en Argentina.

-Es que los cubanos somos muy expresivos y gritones. Hablamos fuerte, al punto que no se nos entiende nada y movemos mucho las manos. Podemos ser muy vehementes, pero esas peleas terminan con abrazos porque todos queremos lo mejor para nuestro país. Lo que pasa en Cuba es que hay dos miradas. La gente de más edad está acostumbrada a un sistema político, que puede funcionar o no. Pero para muchos jóvenes les resulta arcaico porque se quieren expresar de otra forma. Más parecido a lo que ven que pasa en el resto del mundo. En Cuba hace 60 años que nos gobierna el mismo presidente, su hermano o alguien designado por ellos. ¿Cómo le vas a discutir a gente que hace tanto tiempo que sigue una misma política? Ahí es cuando se dan los choques porque defendemos nuestras posturas como bárbaros. Pero unos y otros quieren lo mejor para los cubanos aunque tengan visiones opuestas.

-¿Te pasó a vos?

-Sí, con mi papa. Discutíamos sobre eso, pero en un marco de respeto porque al final de la jornada todos estamos bajo la misma bandera.

-¿Pudiste volver?

-Sí. Las restricciones que hubo en alguna época ya no corren. En general voy de paseo, a visitar a mi familia y a disfrutar de mi tierra, de mi barro, de mi playa y de mi sangre. Pero siempre termino cantando en algún sitio.

 -¿Te trataron bien en Argentina?

-Nunca en la vida tuve ni un sólo problema. Ni de discriminación ni nada. Siempre recontra amorosos. Súper educados, correctos y respetuosos. Supongo que también debe tener que ver con lo que uno siembra.

-¿Qué artistas argentinos te gustaron?

-En Cuba, Fito Paez y Luis Alberto Spinetta son ¡guau! Pero cuando llegué aquí me llevé la sorpresa de conocer a artistas un poco más jóvenes como Abel Pintos. Son maravillosos. Argentina tiene una música muy rica. Hay mucho bueno todavía sin conocer. A veces no entiendo la fama de algunos y lo desconocidos que son otros. Pero “para gustos, colores”, como decimos en Cuba.

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