Claudio Bustos es un cantautor argentino –cordobés de nacimiento y misionero por adopción- que cultiva y promueve el arte en todas sus expresiones a lo largo de una extensa y calificada trayectoria. Con 38 años de carrera artística, acaba de alumbrar un nuevo disco: “Claudio Bustos canta Ramón Ayala”.
En esta última producción Claudio Bustos reversiona clásicos del creador más representativo del litoral argentino desde el agradecimiento y homenaje a un autor que marcó la identidad musical con esta región del mundo que lleva siempre en sus interpretaciones. Claudio cuenta con un registro vocal privilegiado, sumado a la elección de repertorios que lo definen y producciones en las que siempre observó detalles e innovaciones. Con 14 discos editados hasta la fecha, abarcando LPs hasta CD´s, Claudio complementa su camino artístico con producciones bibliográficas y poemarios. Tanto en su producción musical como en escenarios a los que llevó su arte, compartió espacios con renombrados artistas como Litto Nebbia, Ramón Ayala, Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi (Argentina); Raúl Ellwanger, Pery Souza, Renato Borghetti, Elaine Geissler (Brasil); Patricio Manns, Karumanta (Chile); Lizza Bogado, Ricardo Flecha, Rolando Chaparro, Jorge Garbett (Paraguay), entre muchos otros.
En «Claudio Bustos canta Ramón Ayala» encontramos a Bustos acompañado por músicos como Litto Nebbia, Bernardo Baraj (saxo), César Franov (bajo), Cacho Bernal (batería y percusión) Julio Lohormann (bandoneón) y el Grupo Vocal Enarmonía (canto y coros), el Trío Da Capo de Oberá, Sergio Rottoli (guitarra), Claudio Rottoli (acordeón) y Alejandro Cerri (bajo) y en la percusión el querido Horacio “Chacho” Ruíz Guiñazú. Todos con la dirección y arreglos de Litto Nebbia, quien toca teclados, piano, guitarra, armónica y además cantar en la versión de «Posadeña linda».
Dice Claudio Bustos sobre el astro litoraleño: «Ramón Ayala es el poeta fundamental de Misiones porque su obra tiene el repiqueteo de nuestros ríos en las costas de nuestra memoria; suena a canto de pájaros revoloteándonos el alma; tiene los matices del monte como un estallido de lapachos coloreándonos el horizonte. Es un duende que tiene el talento de decirnos lo que cada uno de nosotros quiere decirle a nuestra tierra y a nuestra gente, por eso es fundamental».
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