Por Jorge Daniel González.
El actor, guionista y director de teatro entrerriano Mauricio Dayub presenta “Alguien como vos”, un ciclo de cuentos cortos con audiovisuales que traduce la sensibilidad en poemas, los valores antiguos en un presente necesario, las historias de su camino en textos que decoran el telar artesano de los argentinos inmersos en entender que uno también puede encontrar la identificación en momentos de otro habitante de nuestra tierra. Dayub hace un tiempo forma parte de su gente, porque como un amigo fiel, desnuda en sus obras las inquietudes, experiencias y anecdotarios para explayarlas en la tarima teatral transmitiendo la sintonía de su corazón, así como fue en “El Amateur” (1997, que además también fue llevada al cine en 1999, con dirección de Juan Bautista Stagnaro), “Adentro!” (2003), “El Equilibrista” (desde 2018, con el Premio Estrella de Mar de Oro 2020), por nombrar sólo algunas que muestran algo de la vida del protagonista, como sucede ahora con la propuesta inédita en video.
“Esto surgió desde un cuaderno que tengo hace más de 25 años, donde empecé a anotar la anécdota o el hecho más importante que había ocurrido en cada año de mi vida: empecé a poner cosas de los 4, 5, 6 años e iba salteando lo que no recordaba y llegué en la cuarentena a escribir más de 30 cuentos, uno por cada año que tenía anotado, actualmente tengo publicadas ocho historias. Yo las empecé escribiendo, después a grabar el audio para corregirla, y en un momento se me ocurrió que podrían tener imágenes para contarlas, con voz en off, como ocurre con otras cinco que estoy trabajando. Creo que le voy a poder poner imágenes a casi todas y el ciclo se completará cuando se terminen las casi 50 historias que implicaría contar desde la primera que recuerdo a los 4 años cuando mi mamá me mandó al jardín de infantes hasta la última, yendo como la vida de cualquiera porque el ciclo se llama ‘Alguien como vos’, porque alguien como yo, cualquier persona podría contar también y reflejarse en estas historias, son mías pero pueden ser de cada uno del que la escucha”.
Lo magistral de la nueva propuesta es que el tinte de su propia senda hace que el sentimiento y la expresión tomen un compromiso mayor revelando la riqueza de su contenido: “Acá hay un desarrollo personal, hay algo que se modifica porque la ficción creada desarrolla una virtual profesional, pero cuando uno cuenta su propia vida se está resignificando a sí mismo, le está dando valor a una parte esencial y creo que eso genera identidad, pertenencia. Para mí es una de las ficciones de las más importantes que creé, estos relatos, como fueron en su momento ‘El Amateur’, que fue parte de mi vida, como es gran parte de ‘El Equilibrista’: son hechos ficcionales pero que generan algo que va más allá de lo que habitualmente puede generar una ficción bien creada”.
(“Cuántas veces nuestra mente construye certezas que convertimos en verdades que no lo son. La verdad suele estar escondida detrás de lo que creemos” – Fragmento de “Certezas”) Al día de la fecha hay ocho cuentos publicados, entre los que se destacan “Cumpleaños”, sobre su primer trabajo; “Únicos”, dedicado a los artistas callejeros; “Destino”, acerca de los primeros pasos en el cine; “Decisión”, en una iluminación a su padre Don Miguel Dayub; “La llama”; “Certezas” o “La Siesta”, tradición e identidad que desarrolla el vínculo de sus padres y sus hermanos siendo niños: “A estas tradiciones le doy muchísima importancia porque han sido formadoras de mi esencia, siendo uno mismo los hábitos que hemos tenido; somos similares a nuestros padres, nuestro barrio, nuestros hermanos y el hecho de valorizar ese momento con la forma que toma de compartirse con los demás encuentra ahí algo que nos ilumina, nos ayuda y permite ver por qué somos lo que somos. Los hábitos de la adultez y de la actualidad me han llevado a perder algunas tradiciones como la siesta por los horarios que manejamos, pero no tenerlo como un hábito no significa haberlo olvidado porque cada vez que puedo y las circunstancias me permiten hacer una de esas siestas, ese levantarse durante el día pero con la paliza que te deja la siesta, me recuerda muchos momentos vividos, me acerca a todo lo que soy, sobre todo en tiempos donde el consumo y las reglas de juego actuales con objetivos claros nos han hecho absolutamente olvidar totalmente eso, como hacen con las aves para que coman durante más horas del día y rindan más, a las personas también nos han hecho vivir de determinada manera para que nos dediquemos a consumir y a gastar más y olvidarnos de nosotros; la pandemia ha frenado un poco esa locura en que estábamos inmersos”.
El resultado del éxito en la carrera profesional de Mauricio tiene opuestos marcados que señalan la entrega absoluta en un parámetro laboral descuidando lógicamente el personal y en el equilibrio jugó su rol la cuarentena obligatoria en el país producto de la pandemia mundial: “Tuve la suerte de que la pandemia me agarre después de trabajar mucho. Pero los que venían al día con el trabajo, han padecido muchísimo este parate. Para mí, los primeros meses de pandemia fueron casi un descanso. Yo venía haciendo ocho funciones semanales en Mar del Plata y una en Buenos Aires, o sea hacía más funciones que días de la semana. De esta forma se postergan muchas cosas, las personales, las familias, las relacionadas con los amigos, con los profesionales en cuánto a poder leer una obra para hacer una devolución a un actor amigo, al poder ir a ver el trabajo de otro, yo no podía ver ni nuevas películas ni series, no tenía tiempo, y la cuarentena me permitió ponerme al día, en realidad con uno mismo, porque uno es uno y sus amigos, es uno y su trabajo, es uno y los demás y tenía una deuda personal”.
El fallecido director y docente Francisco Javier ha formado parte de los cuentos de Dayub llamado “Homenaje”, una demostración de la vitalidad del profesional en sus 93 años: “Lo conocí cuando me dirigió en un espectáculo llamado ‘A lo loco’ estrenado con un perfil bajo producido por nosotros en la sala Andamio 90, también en la Fiesta Nacional de Teatro en el Cervantes y en Mendoza; nos fuimos al Festival Grec, en Barcelona, donde compartimos un departamento con Javier y noté cada vez que pasaba por la puerta de su cuarto, que él desarmaba sólo la mitad de su cama por que la otra mitad hacia la pared, tenía por lo menos 25 carpetas y libros: Javier leía de una manera impresionante, estuvimos un mes y me sorprendía cómo corregía exámenes que se había traído para hacerle devoluciones a sus alumnos por mail, y no desarmaba su cama porque trabajaba allí. Luego de los días de función, en vez de dormir, eran las 2 de la mañana y con su velador prendido, corregía, marcaba libros, buscaba material, a la mañana se levantaba, desayunaba y seguía trabajando, era su escritorio, un hombre muy culto y generoso”.
El 6 de Junio del corriente año en el Programa Pan Casero, de Oscar “Cholo” Gómez Castañón, por Radio Nacional Folklórica, Dayub estrenó un cuento grabado caseramente que desarrolla la historia del médico de la infancia en Paraná, en conmemoración a los médicos de esta pandemia: “A ese cuento le estoy esperando ponerle imágenes, porque el audio que le pasé a Radio Nacional lo había hecho recién, un poco llevado por la admiración que siento por los médicos, por ese aplauso de las 21 horas que ya no hacemos, pero que hacíamos y me emocionaba muchísimo y cuando veo que la cuarentena no se cumple, pero sobre todo no se cumple irrespetuosamente (no cuando no se cumple cuidadosamente porque muchas veces tenemos necesidades de salir y he visto a muchos salir pero con mucho cuidado por el otro y por uno mismo) entiendo por qué los argentinos estamos como estamos, me da tristeza e impotencia”.
Con el simple hecho de ver a Dayub con un acordeón en la promoción de El Equilibrista, el trabajo en conjunto con el compositor uruguayo Jaime Roos en El Amateur y con la calidad musical que adquirió para su ciclo “Alguien como vos” con participaciones del Chango Spasiuk, Javier López del Carril, Lito Vitale, Sebastián Del Hoyo, Carlos Aguirre Grupo, como también la investigación sobre Músicas del Mundo que utilizó para sus videos como obras de los ingleses Matt Nasir y Pete Lockett, o los compositores David Tobien y Jeff Meegan, demuestran que este tipo de arte es necesaria, vital y fundamental para su pasión como lo son la actuación y dirección: “La música significa mucho, es la vida, la prueba más concreta de que el arte es necesario: podemos dudar de la poesía, del teatro, pero la música nos hace entender que el arte es esencial, porque la necesitamos; esta relación con estos músicos con los que he trabajado es de las más importantes de mi vida; yo sentí un orgullo enorme trabajando con ellos por lo que he podido aprender en el intercambio. El acordeón que yo toco en ‘El Equilibrista’, creo que no lo dije muchas veces o nunca, pero fue tocada por el Chango Spasiuk y por el otro genio del acordeón como Raúl Barboza. Yo no lo sabía tocar, aprendí para El Equilibrista, pero cuando lo compré el primero que lo probó fue Barboza; intenté tomar unas clases con él justo tres semanas antes de que se fuera a vivir a Paris y quedó en el armario hasta que el Chango Spasiuk hizo la música de El Batacazo, una obra que estrené en sala con Osqui Guzmán. Los encuentros que he tenido con los otros músicos, como Jaime Roos que hizo la música de El Amateur, con quién tengo una amistad continuada en el tiempo, las charlas, la búsqueda de colores de la música, fueron un aprendizaje enorme”.
El currículum de Dayub incluye participaciones en cine, televisión y por supuesto teatro como ocurre con expertos colegas del ambiente, pero lo que pocos de ellos tienen en su haber es la concreción de la apertura de un espacio para la difusión del arte como ocurrió en 2003 con Chacarerean Teatre, que de una vieja carpintería de Palermo, pasó a convertirse en una sala, proyecto impulsado por Dayub junto con Martín Cortes, Gabriel Goity y Luis Sartor: “El nombre es una especie de metáfora por algo que yo sentía después del 2001 cuando empezamos a buscar lugares: sentía que a los argentinos le gustaba mucho lo que era de acá pero sonaba de afuera, había una cosa con el deleite por lo foráneo que tenemos los argentinos, que la mezcla de Chacarerean que suena argentina y Teatre que suena catalán, iba a ligar con esto mismo que el barrio de Palermo, tan criollo y nuestro, le decían Hollywood porque había tres o cuatro productoras; quise jugar con eso que pasaba como una esencia nuestra pero con perfume de afuera”. La primera obra fue “Adentro!”, creada por Mauricio, en la que además aprendió a usar las boleadoras para malambo, mientras zapateaba y cantaba: “Lo de aprender las boleadoras fue un poco de lo que he hecho en casi todas mis obras: siempre necesito unir el aprendizaje de algo para incentivarme mientras escribo y ensayo, en casi todos los espectáculos tuve alguna pequeña proeza que realizar, no por lo grande o importante, sino porque no lo sabía y debía ir de 0 a 100 para aprenderlo. En ‘El Amateur’ batí un récord de permanencia sosteniéndome en los rodillos que utilizan los entrenadores de alto entrenamiento en ciclismo, en Adentro! aprendí a usar las boleadoras y el Puma Goity a tocar el bombo y a acompañarnos mutuamente; en El Batacazo aprendí a encestar una pelota arrojando de una cama elástica desde dos metros de altura; en El Equilibrista, a hacer equilibrio casi por encima de la cabeza de los espectadores por una cinta”.
A principio de los 80, los escaladores Adán Grosowsky y Jeff Ellington crearon los primeros indicios del Slackline en California, como método de concentración antes de escalar, entretenimiento que consistía en caminar sobre cadenas y cables flojos en estacionamientos solamente haciendo equilibrio con los brazos, a diferencia del Funambulismo, donde el artista camina sobre una cuerda o alambre tensado utilizando un centro de gravedad como una vara. En la obra ‘El Equilibrista’, Dayub realiza este deporte caminando sobre una cinta, aprendizaje impulsado por Alejandro Dirisio (Indigo Ars) y Federico Tiglio: “Alejandro fue la persona que me enseñó a subirme a la cinta, la primera persona que acudí para saber si era posible que yo hiciera un espectáculo. Mi abuelo decía que el mundo era de los que se animaban a perder el equilibrio y quería saber si me animaba a probar a perder el equilibrio frente e los espectadores; coincidió que es un muralista y me había pedido hacer un mural en la puerta de mi casa. Después cuando ya llegó el escenario, Federico Tiglio, un especialista del slakeline, pulió esa forma y aprendizaje y es con quién vengo trabajando desde el día del estreno”. La imagen de Dayub caminando sobre una cinta es tan llamativa y admirable que fue dibujada por Miguel Repiso (conocido como Rep por sus publicaciones en el diario Página 12, de Buenos Aires) quién formará parte de las obras de “Alguien como vos”.
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