Santiago Martínez, de Milongas Extremas, tras grabar con Iñaki Antón, de los españoles Extremoduro: “Grabamos en su casa, no tenía un técnico, era él solo, con la espalda apoyada en el piso, atornillando un micro, volvía corriendo y enchufaba el micro al compresor”

Por Jorge Daniel González.

El cuarteto uruguayo de guitarras criollas integrado por Francisco Stareczek, Matías Rodríguez, Paio Piñeyro y Santiago Martínez, ha logrado unir varias generaciones de oyentes que mantienen la esencia de la música rioplatense con los nuevos colores de la indagación en la milonga, o sea el rock joven con tintes folklóricos y un compromiso por una idea que los hace únicos en escena; lo de ellos fundamentalmente es el compromiso por la innovación sonora. Empezaron con reversiones de canciones del grupo de rock español por excelencia, Extremoduro, con el disco llamado “Milongas extremas” (2012), han vestido de gala el álbum de sus ídolos llamado “La Ley Innata”, lanzaron sus composiciones en “Temprano” (2016), con la participación en guitarra de Iñaki Antón, integrante de Extremoduro, quién se convirtió en el productor de su nuevo álbum “El mismo cielo”, grabado en Bilbao en la Casa de Iñaki, editado por Montevideo Music Group, trabajo apoyado por el Ministerio de Educación y Cultura y Fondos Concursables para la Cultura: Pudimos grabar el disco en Bilbao gracias al MEC de Uruguay. El organismo hacía un concurso de fondos en el que había que presentar un proyecto. Este fondo nos permitió sacar los pasajes y fue una gran mano del Estado. Estuvimos en España 28 días de los cuales 20 fueron grabando”, comenta Santiago Martínez. 

Milongas Extremas, el grupo uruguayo que fusiona milonga y rock, de paseo por el empedrado.

Imaginar que una carrera musical empieza con los pasos de Banda Tributo con identidad, ofrecer nuevas composiciones con el estilo establecido, raíz de las entrañas, generar espacios, público, y encontrarse en el cierre del círculo con uno de los referentes por los cuales, Milongas Extremas tomó color, sentido y nacimiento, son características que pocos logran; es decir, el trabajo profesional con uno de los referentes, el encuentro y la camadería con Antón: “¿Qué decirte en realidad? Nosotros lo disfrutamos mucho, a la vez le poníamos mucho esfuerzo, pero era como estar laburando con Skay Beilinson, mano a mano. Es un guitarrista muy zarpado Iñaki, y además un productor que produjo los discos en los que tocó, en Platero y Tú, con Fito Cabrales, que es otro gran músico español, y muchos discos de Extremoduro. Tiene una manera de laburar que nosotros quedamos sorprendidos. Hay mucha gente que trabaja muy bien acá en Uruguay, pero realmente la técnica que tenía el tipo fue increíble: grabamos en su casa, no tenía un técnico, era él solo, con la espalda apoyada en el piso, atornillando un micro, volvía corriendo y enchufaba el micro al compresor; era muy loco, un tipo grande, a las corridas, re copado trabajando con nosotros. Junto a él probábamos distintas guitarras, fue como un sueño para nosotros”.

Los integrantes de Milongas Extremas junto a Iñaki «Uoho» Antón (en el medio) del legendario grupo de rock español Extremoduro, cuyas letras se caracterizan por reflejar situaciones, en muchos casos, vividas en carne propia, como por ejemplo los sentimientos en una estadía dentro de una celda carcelaria. Foto: Instagram de Milongas Extremas.

“El Mismo Cielo” es el tercer disco de Milongas Extremas, una exploración sonora de nueve canciones, pero con el secreto de que existen obras que ya están siendo consideradas para un próximo material: “Iñaki hizo la lista de nueve temas, por lo que hubo temas que no quedaron. Nosotros le pasamos unas 19 canciones, algunas constituidas, otras eran bosquejos e ideas: él eligió y nos dio una devolución, porque escogió las nueve canciones; empezamos a escuchar de a poco en orden y nos comentó lo que él quería hacer con nosotros, qué tipo de disco, con la contemplación de varios ritmos, distintas de otras, un poco de todo, entonces ya directamente empezamos con esos nueve temas, convencidos de que era lo mejor. ‘Chicos, quédense tranquilos que los temas que no estén en este, estarán en el próximo’ nos dijo”.

Estos nuevos colores musicales fueron una apuesta fuerte para lo que venía promocionando Milongas Extremas por lo que Santiago destaca el trabajo de darle al conjunto algunas alternativas instrumentales: “La idea de la incorporación de instrumentos lo tomamos muy bien, porque fue una conversación previa con él. Podríamos haber hecho un disco a cuatro guitarras, pero la idea era hacer algo distinto, y llevar cada canción a su lugar particular, el sonido de cada canción. A partir de esto, Iñaki nos recomendó al baterista Gino Pavone que venía de Madrid, un tipazo que grabó con Rosana, hizo giras con José Luis Perales por Latinoamérica, medido y buena onda para tocar. Se amalgamó a los temas al toque, muy lindo laburar con él y la pasamos bastante bien porque veníamos de otros grupos donde habíamos grabado otros instrumentos. Si bien dentro de este trayecto de Milongas Extremas sólo tocamos guitarras, tenemos un bajista incorporado que ya nos acompaña a tocar y los espectáculos que se pueden ver por YouTube, también tenemos batería, bandoneón, cellos y guitarras eléctricas. Acá la innovación fue incorporar esos sonidos al disco”.

«El mismo cielo», para escuchar.

“La Sal de la alegría, de la nada amar a la rama, la que te salva el blanco y el negro desvelo mañana, mañana. Mira el cielo que está ahí, mira el cielo y piensa…Será el mismo cielo…”. El concepto “El mismo cielo”, como frase fundamental para nombrar un documento como lo es un trabajo sonoro terminado, fue una identificación que después de una búsqueda, terminó siendo más fácil de lo pensado, porque ya había sido escrita en una de sus canciones: “El nombre del disco tuvo su discusión y no fue fácil pero al final terminó sucediendo como sucede en general con muchas cosas, lo buscamos un tiempo y uno dijo: ‘Che, y si le ponemos ‘El Mismo Cielo’. Es un pedazo de la canción ‘La Sal’. Si bien la sal no tiene que ver con la globalidad del disco, esa frase justo le asentaba muy bien a la idea que intentábamos buscar: un poco de arrimarnos a ese susto, ese miedo a la respuesta que podrían tener las canciones más cargadas con instrumentos diferentes aunque siempre sabiendo que era parte del mismo concepto del grupo. Hay un sonido más internacional, generado por una oreja que no es ni de Uruguay ni Argentina, había algo de ahí que es de otro lado, entonces, como que el mismo cielo ayudaba a la idea esta”.

Compositores y artistas, el cuarteto ha dejado la sombra de tributo como título de presentación, y entre las nuevas obras y las melodías identitarias de su región, el conjunto uruguayo logró alcanzar seguidores y fanáticos que encuentran en sus canciones, cobijo e identificación: “Uno de los comentarios en las redes es ‘Ustedes me transforman el Alma’ y es muy loco. Lo que te puedo decir es que a mí, como un oyente de música, me ha pasado encontrarme con canciones lindas que me han acompañado en momentos lindos y de los otros. Uno compone para eso, en función a un momento bueno o estado no agradable; se compone poniéndose en el lugar del que lo va a cantar después, el que lo va a oír y hacerla suya, como que cada uno pueda apropiarse de una canción, como yo que me apropié de canciones que he cantado y me acompañaron. Es un poco eso, que la gente se encuentre con una canción que lo agarre en un momento junto y lo acompañe. Nosotros componemos los cuatro, con sus motivaciones para escribir y hacer canciones pero creo que eso va por ahí: la idea principal es crear algo que pueda acompañar a otra persona, al menos por un tiempo. La música y la canción van cambiando. No me dejo de sorprender en estas cosas. Tenemos una pareja en Castelar que nos fue a ver, con su hija que había nacido escuchando Milongas, es decir, el parto con nuestra música. O gente que se tatuó frases de nuestras canciones”.

En la tapa del trabajo discográfico se visualizan viejas fotos sobre pintura, recortes, tipeos, parches, un ticket de correo aéreo, colores que hacen de distintas cosas, un todo bajo un mismo cielo: “El arte de tapa lo trabajamos con Mariana Escobar, quién integra la productora Visual Subte. Ella nos conoce desde que se generó el grupo, y tenemos una confianza suprema que depositamos en ella. Conversamos de cada canción expresada como un mundo de cosas y eso es el collage, es decir, cada canción tiene elementos que aportan al mundo que terminó siendo el disco final”.

Los músicos y el reflejo de su energía positiva entre ellos mismos.

¿Cuánto más hay por indagar en el ritmo de milonga? Este ritmo criollo de entrañas africanas y españolas, se autodenomina como padre del tango y compañera de la payada, colchón inspirador de los trovadores, contemporánea del Estilo y la Cifra, parientes del candombe y la habanera, tiene años de historia y una actualidad con nuevas formas de ornamentar sus estructuras, características que Santiago explica sin establecer finales para la exploración: “No hay un límite marcado sobre cuánto más se puede indagar en la milonga y no es que siempre hacemos milongas porque resulta reiterativo. No hacemos el estilo como base de todo sino que vamos viendo, como ocurre con el tango, o por ejemplo, con el tema ‘El Grito’ que no es milonga. Hay una realidad de que el nombre del grupo se generó hace doce años cuando tocamos canciones de Extremoduro hecha milongas, y lo hemos aprovechado un montón, hemos trabajando en función a eso, pero no lo agotamos como género, no está agotado porque faltan por hacer muchas cosas; tampoco nosotros empezamos a hace algo nuevo ya que acá en Uruguay está Dino Ciarlo, que en los setenta ya hacia milongas con guitarra eléctrica, es el autor de Milonga de Pelo Largo. En aquellos tiempos ya había un rol nuevo en la milonga, entonces, en esa búsqueda también han hecho música electrónica con Milonga. No hay límites en la exploración, pero hay que ir moviéndose sin estar limitado por los géneros”.

El grupo Milongas Extremas no se encierra solamente en lo que hacen, sino que escuchan música, comparten, aprenden constantemente lo que destaca su humildad en el mundo inagotable de la cultura: “Nosotros tenemos mucho de Alfredo Zitarrosa y de Dino. Lo más importante que tiene Alfredo es la manera que conduce la canción, la que el loco transmite, el canto y lo que va diciendo, eso es algo que hablamos muchos nosotros: saber transmitir la canción, sentirla y con Dino pasa lo mismo. Hay un montón de material por escuchar, cantores con mucha presencia, y eso tiene que ver con nosotros, lo que escuchamos y seguimos escuchando. A veces nos juntamos a escuchar música nueva, por ejemplo, sale un grupo irlandés de música electrónica pero con melodías interesantes y las muestro, o cosas viejas como Mercedes Sosa en Suecia, con un guitarrista que la rompía, es decir, descubrimos cosas de grandes intérpretes del Río de la Plata que nos mantiene constantemente aprendiendo”.

Acerca del autor

Compartir en:

Dejanos tu comentario

Tu email no se publicará