«La Pilarcita», celebrada obra de María Marull, que fue agotando localidades en todas sus funciones desde 2015 en El Camarín de las Musas, festivales y giras nacionales, recogió premios y nominaciones. Actualmente vuelve a escena, en su décimo primera temporada, con festejos y sorpresas.
Diez años a sala llena, más 600 funciones y más de 50.000 espectadores; ovacionada en todo el país y en Madrid.
En esta obra actúan: Agustina Cabo (Celina), Julia Catala (Selva), Mercedes Moltedo (Celeste) y Julián Rodríguez Rona (Hernán).
El mito
Así como en Vallecito, San Juan, los devotos veneran a la Difunta Correa o en Mercedes rinden su honor al Gauchito Gil, también Concepción de Yaguareté, corral de tigres en lengua guaraní, tiene a La Pilarcita, su santa popular.
En 1917, Pilar Zarancho, de cuatro años, viaja junto a su familia en una carreta tirada por bueyes. Por una distracción, la muñeca que protege en sus brazos cae al arenal. En urgente salvataje, la niña se tira a rescatarla, pero una rueda de la carreta la aplasta y muere.
El polvoriento sendero correntino se convierte en su tumba; sus padres, culposos y apesadumbrados, la entierran junto al camino.
Con el correr del tiempo, la fe lugareña convierte a Pilar Zarancho en intermediaria de hechos milagrosos. Año tras año, su capilla se llena de cientos de muñecas de diferentes tamaños y formas, que los promesantes le ofrendan con devoción.
Síntesis de la obra
Selva, y su enigmática pareja, Horacio, llegan desde la gran ciudad a este remoto pueblo correntino en busca de un milagro de La Pilarcita, santita popular litoraleña.
Se hospedan en un precario hotel regenteado por Celina, la hija de los dueños y Celeste, su amiga adolescente, que borda día y noche en el patio del hotel para terminar su traje de comparsera.
Cuando Selva comprende que, según la tradición, antes de pedir un milagro hay que ofrendar una muñeca creada especialmente para la ocasión, contrata a Celeste para que la ayude a confeccionarla.
Mientras el pueblo entero se prepara para homenajear a la santita, Selva y Celeste trabarán una extraña amistad que cambiará sus destinos para siempre.
El milagro está cerca, porque incluso si no llegara mágicamente, siempre hay alguien dispuesto a fabricarlo.
Están los que creen que un milagro es algo que llega de forma inesperada y aquellos que lo que lo construyen día a día, casi de manera artesanal.
Bajo el lema: «Algunos creen que un milagro llega de forma inesperada. Otros lo construyen día a día, casi de manera artesanal», los viernes, doble función, a las 20 y 22 horas, en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA).
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