En los últimos días se confirmó el cierre de Franca y Sál, dos locales porteños reconocidos por la Guía Michelin, como consecuencia del contexto económico argentino. En paralelo, tanto grandes cadenas como bodegones ya bajaron las persianas para siempre y muchos otros evalúan seguir estos pasos. Sin embargo, se destaca el fenómeno de las propuestas asiáticas que siguen creciendo y expandiéndose. La fórmula de su éxito radica en su formato rápido, de fusión, platos accesibles para comer entre varios. También es importante el fuerte foco en lo experiencial y que es visualmente atractivo. Así, esta receta pareciera ganarle al shock económico y social.
1- Hamburguesas con guiño oriental
Bao Burger acaba de abrir su segundo local propio, esta vez en Vía Viva, el paseo gastronómico a cielo abierto que bordea las vías del tren Mitre en el corazón del Barrio Chino y que recibe 200.000 visitas semanales. Esta hamburguesería que revolucionó la manera de comer burgers al reemplazar el pan tradicional por su pan bao, suave y esponjoso, típico de la comida del sudeste asiático, ahora desembarca en el barrio de Belgrano, siendo la primera hamburguesería de este espacio con una ambientación que mezcla diseño urbano con twist asiáticos, Bao Burger busca convertirse en un nuevo spot imperdible. «En un momento donde muchos dudan en apostar, nosotros seguimos creyendo en el poder de una propuesta accesible, visual y sabrosa. Lo asiático funciona porque invita a explorar, es rico y fácil de compartir», afirma Juan Manuel López, uno de los socios del Grupo KOI.
2- Un «corner asiático» que funciona a toda marcha dentro de un mercado
El éxito de Mercat Villa Crespo —con su callejón asiático en el primer piso y constantes actividades culturales— confirma la fórmula: más de 30.000 visitantes cada mes justifican la apuesta por la diversificación culinaria y cultural. Variedad de platos asiáticos, feria de merchandising, golosinas de Asia y más, junto con música y celebraciones de fechas tradicionales orientales.
«Es un shopping gastro-cultural. La familia puede venir a comer rico, divertirse con un show, y comprar alguna chuchería en la feria asiática, bajo techo, sin mojarse ni pasar frío», expresa Sergio Asato, productor general y curador de contenido del mercado.
3- El sushi libre conquistó a las nuevas generaciones
La cadena Otaku Sushi inauguró su séptimo local —el segundo en lo que va del 2025— en Caballito con más de 4.000.000 de piezas anuales despachadas. El fenómeno es claro: mientras muchos restaurantes luchan por atraer público, los locales de comida asiática prosperan, capitalizando el interés por sabores exóticos, frescos y en este caso también sanos.
4- El pionero del kimchi también se llevó un Martín Fierro
Otro clásico de la comida coreana es Una Canción Coreana, pioneros en abrir sus puertas y ofrecer platos tradicionales coreanos al público argentino, mucho antes de que el K-pop o los K-dramas fueran tendencia. Hoy, venden mensualmente más de 5.000 platos de comida en un salón que se llena todos los fines de semana y donde hay que hacer fila para entrar. Además, cuentan con un programa propio en América TV —“El tío y el sobrino”— que ganó un Martín Fierro.
5- El boom de las clases virtuales de cocina asiática
El interés por la gastronomía oriental no se limita a salir a comer: también se cuela en las cocinas de los hogares. Así lo demuestra el fenómeno d10 recetas japonesas, que además de contar con un local propio dentro de Mercat Villa Crespo, desarrollaron una plataforma de cursos virtuales por la cual ya pasaron más 4.000 alumnos. Los mismos se diferencian por explorar aspectos culturales: desde clases temáticas de comidas inspiradas en películas de Studio Ghibli, hasta talleres de obentō -la clásica vianda japonesa-. «Es una propuesta que combina técnica, contenido cultural y emoción, ideal para quienes buscan no solo cocinar, sino viajar con el paladar y sumergirse en la cultura nipona desde casa», comenta Camilo Sce, co-fundador de 10 Recetas Japonesas.
¿Qué tiene lo asiático que seduce?
- Formato ideal para delivery y compartir: baos, dumplings, mandú, ramen… se adaptan al packaging, al consumo en movimiento y al formato de picoteo para compartir, lo que los hace perfectos para encuentros informales o cenas entre varios.
- Precios accesibles, consumo frecuente: el ticket promedio es competitivo frente a cadenas tradicionales de hamburguesas o pizza.
- Cultural/social media friendly: fotos «instagrameables», fusión constante, productos visualmente atractivos.
- Asociaciones culturales: se integran a eventos (Año Nuevo Chino, Matsuri japonés, degustaciones, festivales) que generan recorridos y cobertura espontánea.
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