El viernes 31 de enero por la noche, una de las figuras más destacadas en los inicios del rock en Argentina, el legendario Billy Bond, celebró parte de la historia musical local que lo tuvo como gran referente en la década del 60.
La historia cuenta que fue el puntapié inicial para muchos jóvenes dentro de la cultura rock, como por ejemplo los músicos que conformaron Manal, o bien Pappo Napolitano.
Remontarse a aquellos años de dictadura del gobierno de Onganía también fue un aspecto importantísimo en relación al rock. Porque el estilo musical estuvo signado no solo por la represión policial, sino también por tratarse de músicos contestatarios, contra el sistema reinante.
Respecto al concierto, se trató de un repaso de treinta y pico de canciones, algunas propias y otras ajenas (por ejemplo, de Luis Alberro Spinetta, Manal u otros tantos referentes que llegaron después) fueron la lanza de afecto entre el cantante octogenario y un teatro colmado tanto de gente de sesentona – setentona, además de mucha juventud.
Una orquesta de cuerdas e instrumentos eléctricos recrearon los diferentes paisajes del show, que contó con casi una cuarentena de artistas invitados.
Entre algunos, estuvieron presentes notables como Patricia Sosa, Carolina Peleritti (cantó junto a un sitarista y fue mencionada por “Bondo” como “un de los grandes amores de Spinetta en vida”, Miguel Botafogo, León Gieco, Alejandro Medina de quien dijo que “fue un potrillo a quien apuntalé”, Machi Rufino, Kubero Díaz, etc; etc.
Pero el momento de mayor impacto musical fue con músicos de otra generación: la aparición de Boom Boom Kid junto al gran referente del movimiento probablemente haya sido el más movilizador desde el punto de vista de potencia y carisma (Nekro, al terminar su performance, revoleó su remera de V8 al público).
El concierto contó con diversos impasses en los que Billy relató varios pasajes de aquellos años de los inicios del movimiento: las primeras grabaciones, el “rompan todo” en el Estadio de Luna Park, los consejos a los músicos más jóvenes que luego fueron amuleto en la historia del rock argentino, las drogas por aquellos años, la persecución policial, pero, por sobre todo remarcó algo importante, para la reflexión social: “El problema mayor que teníamos no era la policía, sino los taxistas o la gente común, que eran los primeros en juzgarnos, criticarnos y criticarnos por llevar el cabello largo”.
Entre tantas palabras, tantos invitados y tan largo cancionero, no faltaron los grandes clásicos de aquellos años: “Salgan al sol” o “Tontos”.
El concierto arrancó pasada las 20.30 horas y finalizó, con todos los invitados alineados sobre las tablas, cerca de las 23 horas, junto a un público extasiado.
A esa altura de la circunstancia, la emoción de Billy Bond era notable. Y pese a que se dio el lujo de un encuentro soñado a su edad avanzada, tras 50 años sin un recital propio en Argentina (vivió décadas en Brasil), la presencia de excelsos popes musicales, indicaron el respeto y el aprecio con el que cuenta de parte del mundillo rockero nacional.
Sin duda alguna, se trató de una noche para el recuerdo. Y probablemente el encuentro se transforme, con el paso del tiempo, en un hito histórico para rememorar con gran agrado.
Fotos: Sandra Calandrino.
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