Desde este domingo 7 de enero, todos los domingos a las 18 horas, se presenta en Malba Cine «Adentro mío estoy bailando», ópera prima de Leandro Koch y Paloma Schachmann que ganó el premio a Mejor Película en el Festival de Mar del Plata y que en su premiere mundial en la Berlinale también fue distinguida.
Tras su estreno internacional en la Berlinale donde se alzó con el Premio a Mejor Ópera Prima, y luego de ser distinguida como Mejor Película de la Competencia Argentina del 38 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el largometraje llega a Malba Cine.
¿De qué se trata?
Un frustrado camarógrafo de fiestas judías, que siente rechazo hacia la religión de su familia, se enamora de una clarinetista de música klezmer y finge el rodaje de un documental sobre este estilo de música idish para pasar tiempo con ella. Terminará emprendiendo un viaje por Europa del Este en busca de las melodías klezmer perdidas que mantienen vivas los gitanos que vivían con los judíos antes de la guerra.
Rodada en ciudades, pueblos, caminos y poblados rurales de Ucrania, Rumania y Moravia, «Adentro mío estoy bailando» es, en palabras de sus directores, «…un documental urgente que deja constancia audiovisual de esta cultura [Idish, un judaísmo sin tierra] en vías de desaparición, a través del único elemento que aún permanece de ella: su música».
Algunas declaraciones de sus Directores
«Los dos directores de la película somos nietos de inmigrantes judíos. Crecimos escuchando historias de nuestros abuelos que hablaban de un judaísmo que no se parecía en nada al que nosotros conocíamos. Al principio, nos parecía que esas historias no eran más que una romantización del pasado. Pero cuando empezamos a investigar sobre la música klezmer para este documental, descubrimos que había algo más. (…)
Durante el rodaje, los paisajes y pueblos ucranianos eran tranquilos y austeros. La guerra que estalló en Ucrania dos meses después de nuestro regreso nos dio la certeza de que todo lo que habíamos conseguido filmar también dejaría de existir. (…) Sin saberlo, durante esa parte del rodaje estuvimos ante una Ucrania que estaba a punto de desaparecer y transformarse drásticamente (…)
Este documental propone rescatar la memoria de esta cultura [ídish] en vías de desaparición a través de las historias que guardan esas melodías».
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