Llegó Nórdica, un espacio dedicado a los clásicos platos de Dinamarca: «Necesitaba proponer un producto danés que no se consumiera acá, que despertara interés. Cuando se habla de gastronomía danesa se habla de smørrebrød», explica el danés Allan Johansen
Nórdica, el proyecto dedicado al smørrebrød que tiene como objetivo popularizar el plato típico danés en el país, inauguró su primer local en Mercat Caballito, el nuevo mercado gastronómico de la ciudad. Ubicado en el segundo nivel del Caballito Shopping Center -Av. Rivadavia 5108-, Nórdica llegó con la novedad de los smørrebrød, una fina rodaja de pan de puro centeno, untado en manteca (o con mayonesa vegana como opción veggie) y con ingredientes por encima que conjugan sabores fuertes con suaves, crocantes con ácidos, y cremosos con agridulces.

Con gran respeto por la estética y la simpleza que caracteriza al plato emblema que Dinamarca aporta a la cultura culinaria mundial, los creadores de Nórdica, el danés Allan Johansen, nacido en Gesten, y Alejandro Montenegro, su amigo argentino y degustador incansable, prometen un producto honesto, de manufactura artesanal y con materia prima de calidad.Allan, que comenzó a cocinar junto a su abuela, se instaló en Buenos Aires en 2014 con la idea de dedicarse a la gastronomía. «Necesitaba proponer un producto danés que no se consumiera acá, que despertara interés. Cuando se habla de gastronomía danesa se habla de smørrebrød. Es una comida de todos los días, está en las viandas de los niños que van a la escuela y en cualquier comida familiar», explica Allan.

En 2018 nació Nórdica como una pequeña despensa ubicada en Microcentro, luego mutó al mundo de los catering y la pandemia obligó al delivery de producción hogareña y a hacer temporada en un pequeño hotel de Dinamarca donde se perfeccionó en las nuevas tendencias del smørrebrød.

En 2021, cuando surgió la posibilidad de volver con Nórdica a Mercat Caballito, se sumó su amigo Alejandro Montenegro. «Yo soy un buen comensal, me gusta comer bien, y cuando descubrí cómo cocinaba Allan me di cuenta de que ahí había algo, un don, y que no podía ser que solo yo lo estuviera probando», dice Alejandro que, por deformación profesional -es contador-, se hace cargo de lo administrativo mientras Allan se dedica a la cocina aunque ambos están en el servicio y atención al público.

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