Oscar García, trovador pampeano, es como un faro magistral en la llanura. Está presentando “El bardo lejos”, su nuevo disco, que es sin duda un claro reflejo de su tierra.
El cantautor pampeano confirma con este disco su pertenencia a una corriente innovadora de la música de raíz, donde lo popular y lo culto se aliaron obteniendo un agradable resultado. Podría decirse que Oscar García canta acordándose de lo que ha vivido, en una mixtura de ciertas modulaciones paisanas y nuevas ideas musicales. De esta manera transmite con naturalidad la integración con la historia social en la que convive, contando y cantando la fábula y las historias de su pueblo.
Oscar García propone en “El bardo lejos” 10 canciones, la mayoría de autoría propia junto a destacados poetas y músicos de su provincia como J. C. Bustriazo Ortíz, Edgar Morisoli, Lalo Molina, Eduardo Nervi, Fernando Di Giovanni, Marcelo Cordero y Damián Sánchez. Además hay una versión de “Y no teníamos más que amor”, letra y música de Rafael Amor. Todos los arreglos, la dirección y la mezcla estuvo a cargo de Obi Homer, quien también grabó guitarra, bajo y cuerdas.Además participaron los músicos Juan Manuel Colombo (guitarra), Toti Mansilla (bandoneón) y Fernando Lernoud (piano).
Un largo recorrido
Nació en Santa Rosa, La Pampa. Pasó sus primeros seis años en el campo de su abuelo, en el paraje denominado “Bajo de las palomas”. Luego se instaló con su familia en Villa del Busto, el barrio santarroseño que es cuna de músicos y cantores y que nunca abandonaría.
Allí se gestó un llamativo semillero musical del que fue parte integrando primero “Los tres del sur” (1961) junto a Andrés Díaz y Delfor Sombra un grupo musical que se transformaría en “Las Voces de Huitru Mapu”. Con este grupo realizaría su primera grabación, “Cumecó” canción de Félix Domínguez, del por entonces escaso e incipiente cancionero pampeano.
Más tarde se incorporaría a “Los Ranquelinos”, grupo muy popular que integró junto a Carlos Urquiza, Lalo Molina y Pelusa Díaz.
En el año 1985 fundó un grupo musical que resultaría inolvidable para La Pampa: “Cantizal”. El quinteto estaba integrado por Andrés Díaz, Luis Montoya, Omar Urreaga, Osvaldo Di Pietro y Oscar García. Debutan en Tandil, en el Encuentro Folklórico de la Sierra, obteniendo el primer premio de su categoría y un éxito resonante en el cierre del Encuentro, tal como lo señalan las críticas de la época. Inmediatamente graban su primer disco que los hace conocer a nivel nacional. Varias de las obras de esta primera grabación de Cantizal se han convertido en clásicos de la música pampeana, entre ellos Milonga Baya. En 1986 frecuentan la televisión de Capital Federal en programas como “Landrisicina con todos”, actúan en el teatro Presidente Alvear y en el teatro General San Martín, y son difundidos asiduamente por las radios más importantes. Mientras alternan sus presentaciones en La Pampa, Neuquén o
Córdoba, graban su segundo disco; “Y el viento va”, de Carlos Groisman y Oscar García. Esta obra en particular los colocaría para siempre en la memoria colectiva de sus coterráneos, ya que los pampeanos la consideran un himno provincial.
En 1974 nació su primera composición: “Agüita del Médano” sobre el poema de Juan Carlos Bustriazo Ortiz. La amistad de Bustriazo Ortiz y de Edgar Morisoli, dos poetas fundantes de la literatura pampeana, alimentó su inspiración y su compromiso con la creación artística, tanto como la frecuentación con los músicos de su barrio y los profesionales consagrados que visitaban la ciudad. Profundizó su formación con Ani Grunwald y Carlos Groisman.
Como compositor ha musicalizado obras de Juan C. Bustriazo Ortiz, Edgar Morisoli, Ricardo Nervi, Fernando De Giovanni, Suma Paz, Guillermo Herzel, Ernesto del Viso, Juan A. Buesa y Mario Benedetti. Como letrista ha sido musicalizado por Lalo Molina, Roberto Palmer, Naldo Labrin y Damián Sánchez.
Como cantautor grabó “La patria del corazón” en el 2007, su primer trabajo como solista, integrado por obras musicalizadas y arregladas por él mismo.
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