Desde Colombia, el dúo de world music Las Áñez: “Utilizamos pequeños instrumentos en cada canción con su timbre, apostamos a una estética minimalista generando atmósferas, es por eso que usamos sonidos de pájaros, agudos, evocando lugares”

Foto superior: Andrés Wolf.

Las Áñez es un dúo conformado por las hemanas gemelas colombianas Juanita y Valentina, que irrumpió en la escena bogotana en el año 2014. Lo de ellas es el crossover musical: cuentan con tres ábumes editados (“Silbidos”, 2014; “Al Aire”, 2017; “Reflexión”, 2020), en los que conviven sonidos de música clásica, andina, costera caribeña y electrónica, y donde sus voces son cruciales para otorgarle plena identidad y alta calidad dentro de la world music.

Juanita y Valentina, ¿dónde están precisamente atravesando la cuarentena?

Juanita: Estamos en Bogotá, vivimos en el barrio Lisboa. Normalmente grabamos en el estudio. Sin embargo aquí en casa tenemos nuestras herramientas, nuestros instrumentos. En el último disco los teclados los grabamos en una sala de concierto, el eco es de allí. Fue en la Sala Luis Ángel Arangó: es una biblioteca, allí está el Banco de la República.

-Claramente ustedes cuentan con estudios musicales y lo clásico se traduce en su difusión.

Valentina: Música clásica nosotras escuchamos desde pequeñas porque mi papá la pasaba. Desayunábamos con música clásica. Además desde los 12 hasta los 15 años formamos parte de un coro colegial. La música clásica europea llegó por parte del coro. Volviendo a papá, él es melómano: le gusta la nitidez de los sonidos, le gusta escuchar diversos estilos musicales.

-¿Su padre las impulsó?

Juanita: Nuestros padres vieron lo mismo en nosotras. Entonces nos apoyaron para que nos dediquemos a la música. Mi papá nos filma y mamá nos ayuda con los vestuarios. La principal artífice de nuestras ropas es mamá. Nos acompaña desde cuando éramos intérpretes, cuando empezamos en el grupo Bituin, con repertorio de jazz; aún contamos con el grupo. Nos vestimos con telas y texturas latinoamericanas.

-¿Se visten igual porque son gemelas?

Juanita: Cuando empezamos el proyecto juntas decidimos vestirnos igual. Como somos gemelas y de chicas siempre nos vestían igual, retomamos esa idea. Encima somos Las Añez porque es nuestro apellido. Mamá nos confecciona la ropa. Ella lo hace como hobbie porque le gusta lo visual. Ella tiene mucha creatividad con sus manos. También hace joyería en plata.

Foto: Andrés Garzón Forero.

-¿Cómo logran el concepto musical que las identifica?

Valentina: Tenemos influencias de todas esas músicas que te comentamos anteriormente. Contamos con la misma idea de escuchar diversidad de músicas desde pequeñas. Por haber estudiado jazz, diseñar con sonidos, diseñar y cantarlos. Entre lo contemporáneo, el jazz y latinoamericano.

-¿Dónde estudiaron música?

Juanita: Siempre cantamos juntas. Estudiamos, además, canto de jazz y música popular. Estudiamos en la Universidad Javeriana de Bogotá. Nunca nos dejó de gustar el sonido de cuando cantamos juntas. A cada uno nos gusta determinada actividad dentro de la música. A Valentina le gusta hacer arreglos y a mí me gusta hacer composiciones, tanto de letra como de música. O sea cada una hace la mitad. Si Juanita más habilidad para algo, lo hace. Valentina, lo mismo.

-Ustedes utilizan un recurso llamativo: sonidos de pájaros como ambientaciones en sus canciones, ¿a qué se debe esa elección?

Juanita: Es un gusto lo de los timbres por los sonidos. Las dos construimos canciones en tiempo real. El loop lo utilizamos para poder acompañar la melodía. Utilizamos pequeños instrumentos en cada canción con su timbre, apostamos a una estética minimalista generando atmósferas, es por eso que usamos sonidos de pájaros, agudos, evocando a lugares; texturas o sonidos que no sean solamente musicales.

-Más allá de las músicas que se entrecruzan según sus estudios y gustos, Latinoamérica está muy reflejada tanto en vivo como en sus álbumes, ¿lo latino les sale naturalmente?

Valentina: Estamos en Colombia, que es un país tropical y potente. Donde hay frío es aquí en Bogotá, aunque solamente es más sutil. Pero al estar en Capital hay una mezcla de todo eso, más del mundo. La universidad también ayudó. A la música tradicional nos acercamos porque está en esta zona nuestra, los ritmos de Latinoamérica tiene conexión.

Foto: Sala Zitarrosa.

Juanita: En realidad somos citadinas, nos aferramos. Aquí en capital podemos ver músicas que nos traen de otras ciudades. De esa manera conocimos a los músicos de la costa. A Tuyero Ilustrado los conocimos en Medellín. Aquí en Colombia hay muchos venezolanos y así los vimos. Así se entremezcla todo. Aunque el frío de Bogotá se siente en nuestra música.

https://www.youtube.com/watch?v=mTEmH-2pOVM

-¿Y cómo consiguen difundir con tanta claridad y convicción ciertos estilos musicales de países latinos que nunca visitaron?

Juanita: Nos influyen las cantaoras, la melancolía, nos une el sentimiento latinoamericano, más allá de conocer ciertos lugares. Es un sentir que se transmite por la manera de cantar, más allá de la letra. Quien se acerca a la música de cierta región, sin duda se acerca a la región; por ejemplo, la música de frío de nuestra zona en Bogotá, representa a nuestro lugar.

-¿Cómo conocieron a Andrea Echeverri de Aterciopelados?

Juanita: Ella nos conoció en un concierto de varios artistas. Después ensayamos juntas. Nos convocó para ser coristas en un concierto grande en Medellín. Nuestra admiración por ella, desde siempre. Vivimos en la misma ciudad y existe una conexión más allá de que ella difunde rock y nosotras no. Terminamos grabando juntas la canción «No futuro».

-Colombia tiene mucho rock, ¿cómo es su relación con el género principalmente por formar parte de una generación que lo consume bastante en su país?

Valentina: Aquí en Colombia hay mucho rock. Existen emisoras muy fuertes. Aquí Rock al Parque le abrió las puertas a otros géneros también. Hemos visto rock, reggae, electrónica, fusiones que se van dando y son inevitables.

-¿Cómo se dio que Kevin Johansen grabara en un disco de ustedes?

Juanita: Hemos sido afortunadas desde la música, A veces no conocemos a esos músicos, sin embargo se nos ocurre sus voces. Los cantautores que escuchamos siempre están presentes. En la canción «Al Tiempo» teníamos un sonido grave en mente, notas que no podemos emitir. Hasta que se nos ocurrió Kevin, con su trayectoria tan grande. De hecho no nos conocemos personalmente. Alejandro y María Laura de Perú, que sí lo conocen, nos contactaron con su manager. A Kevin le gustó la idea y grabó desde Buenos Aires.

-Ustedes ya se presentaron en Buenos Aires, ¿cómo es su relación con la música del sur del continente?

Juanita: Estuvimos en Córdoba también. Con La Viajerita, que hace música latinoamericana. Y con Guillermo Klein, que vino acá con Ernesto Jodos para dictar unas clases. Antes, compartimos allá en Argentina algunos shows. ¡El folclore argentino es tan rico! Nos llegó muy fuerte la conexión del público con las letras cuando estuvimos en su país.

-¿Cómo llegó la caja chayera a sus manos?

Juanita: Una colombiana amiga la trajo de Argentina. Inmediatamente quedamos impresionadas con su sonido y no dudamos en usarla. Es que Argentina tiene mucha cultura interesante e intensa. Fue bonito cómo allá nos prestaron atención cuando tocamos. Aquí, en cambio, es más bailable y se espera eso de los artistas cuando suben al escenario.

-En su último disco, “Reflexión”, que editaron hace pocos meses, introdujeron cuerdas, ¿cómo sucedió esa elección?

Valentina: Sí, las cuerdas son algo nuevo para nuestro disco último. «El Villancico» fue el sonido de La leona, guitarra rústica de México, y su sonido nos inspiró. Al instrumento cuatro nos hemos acercado más por la sonoridad que nos otorga.

-Además de Argentina, ¿por qué otros países se presentaron en vivo?

Juanita: La primera vez que salimos fue a Argentina y Uruguay. Fuimos a la Sala Zitarrosa de Uruguay y pasamos antes por Argentina. Después estuvimos en España en un festival. Con nuestro segundo disco de músicas del mundo estuvimos en Ecuador, Estados Unidos y México, también en Alemania. Nos somos famosas en ningún lugar, sin embargo tuvimos el privilegio de tocar en lugares increíbles, en impresionantes auditorios, en lugares inesperados para nosotras.

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