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EN JAPONÉS O EN LUNFARDO

EN JAPONÉS O EN LUNFARDO

Graciela Nakasone es hija de japoneses. Es integrante del grupo Mo Ikkai, cuyo repertorio consiste en la mixtura de dialectos como el okinawense y el lunfardo. Apasionada por los sonidos, lo suyo está en entre el folclore y la música tradicional japonesa. Sus referentes argentinos son Tita Merello, Atahualpa Yupanqui y Soledad Pastorutti.

Lucía Salto

Foto: Gentileza Nicolás Foong / Graciela Nakasone

Hija de nipones, pero nacida en Argentina, Graciela Nakasone fusiona el japonés, el español, el dialecto okinawense y el lunfardo. Una experiencia muy extraña es la suya, pero también atractiva. Es egresada de la Escuela de Música Popular de Avellaneda. En lo que va de su carrera, formó parte de jurados, participó en cine y es profesora de música. Define a su repertorio como “un viaje metafórico entre la isla de Okinawa y Argentina”.

-¿Cómo se explica la mezcla de idiomas en tu repertorio?

-Nací en Argentina, soy descendiente de japoneses. Desde muy pequeña comencé a cantar porque me gustaba, me divertía. Todo comenzó, desde que mi madre me dejaba el equipo de música sonando con música japonesa y me conectaba el micrófono, mientras mis hermanas estaban en el jardín. Al comienzo fue hobbie. Un juego. Después ya de grande aposté a la música popular japonesa tradicional y folklórica, el tango, el folclore argentino y el pop, en diferentes idiomas.

¿Dónde estudiaste y quiénes te formaron?

-A los seis años comencé a ir a un centro cultural japonés, en donde aprendía a cantar en japonés y practicaba para los concursos de canto de la colectividad. A esa edad, ya tenía decidido q quería cantar por siempre y me quería dedicar a la música. Estudié en la Escuela de Música de Buenos Aires junto al último año de secundaria, por una beca obtenida en un concurso escolar. Yo había participado con dos compañeros de otros años. Luego ingresé a la Escuela de Música Popular de Avellaneda, donde cursé toda la carrera. Por otra parte, como mi madre toca la guitarra, comencé a tocar el instrumento en la primaria. Ella me impulsó para que aprenda a leer pentagramas, entonces a los pocos años fui a tomar clases de piano clásico.

-¿Cuáles son tus músicos preferidos de Argentina y Japón?

-Te cuento todas mis influencias. De Japón: Misora Hibari, Ishikawa Sayuri y Sakamoto Fuyumi, entre otros. De Okinawa: Natsukawa Rimi, entre otros cantantes tradicionales. Del tango: Carlos Gardel, Roberto Goyeneche, Tita Merello y Susana Rinaldi. Del folclore: Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Soledad Pastorutti. Del pop inglés: Celine Dion, Whitney Houston, Adele y Kelly Clarkson.

-Más allá de las mixturas musicales y de idiomas que proponés, ¿existe algo en común entre las culturas japonesa y argentina?

-Sí hay algo en común. La música japonesa y Argentina tienen cosas en común. Tanto en la ciudad como en el campo, las músicas tienen una relación en lo que se refiere a las letras de las canciones y la composición musical. El folclore es muy parecido al folklore japonés okinawa, por las notas y melodías. Escalas utilizadas para su composición. Las letras mayormente hablan del cielo, de las flores, de la naturaleza, de valores aprendidos, de la vida. Por otra parte, yo siento que la música popular japonesa se parece al tango. No por su composición musical, sino porque su letra es tan fuerte y tan expresiva que termina pareciéndose a la expresión tanguera.

-¿Qué significa para vos Mo Ikkai, tu conjunto musical?

-Con la banda Mo Ikkai, en la que los instrumentos nuestros son batería, guitarra, bajo y sanshin (instrumento okinawa), nuestra relación es muy linda. Predomina la humildad. Los arreglos musicales se van armando entre todos. El sentirnos unidos después nos ayuda y complementa cuando salimos al escenario.

-¿Vivís de la docencia además de trabajar como música?

-Comencé a colaborar en una institución de la colectividad, porque quería transmitir mis experiencias aprendidas a otros niños y poder contagiar lo hermoso que es cantar para mi; a su vez mi idea consiste en que ellos comiencen a interesarse por la música japonesa.

-¡Además actuaste en una película! ¿Cómo fue tu experiencia en Samurai?

-Mi participación actoral en el filme Samurai realmente fue excelente. Jamás me hubiera imaginado representar a un personaje japonés y encima a la época en la que se remonta. A su vez la experiencia actoral me hizo comprender y sentir que soy descendiente de japoneses y lo tan difícil que es para los nuestros vivir en tierras ajenas.

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