Por Lucia Salto
El Culebrón Timbal cumple veintitrés años en la escena cultural autogestiva y colectiva, y no sólo en lo musical, sino también en las distintas vertientes comunicacionales en que la que se desarrolla. Apostando siempre a lo popular presenta «Mil Pueblos Jovenes», su nuevo trabajo discográfico audiovisual.
Su sello «Timbal» es inclasificable, donde historietas, cine, poesía, murga, cuentos y un repertorio mestizo bien ensamblado, es el hilo conductor de cada show de esta agrupación. Con espíritu transmedia, viajes en el tiempo y un ambiente surrealista y poético, El Culebrón, recientemente galardonado por el «Fondo Nacional de las Artes», ensambla una fuerte convicción comunitaria y política, con «rock power mestizo», escena teatral-circense, comic y animaciones: lo nuevo conlleva 15 canciones, la película, historietas, cuentos y hasta un videojuego.
-Veintitrés años de su primera gira latinoamericana, ¿cómo los encuentra?
-Primero me gustaría presentarme Alexis Fusario, soy guitarrista de la banda, además soy Director de cine. Dirigí las dos películas que hicimos «Ciudades mestizas» y «Mnémora», que es la última. A su vez desarrollo actividades en la organización, he coordinado distintas cosas en nuestras sedes de forma variada.
Estos veinte años nos encuentra en un gran momento. Hay momentos de esplendor y momentos duros como en todo grupo. Estamos saliendo de una etapa muy difícil que creo que la hemos vivido todos, pero nos agarra muy fortalecidos tanto en las actividades nuestras en las sedes, con todo lo que estamos produciendo. Nosotros siempre trabajamos con redes y eso también nos alienta muchísimo, estamos muy felices. Y hacer la última presentación de nuestro material y la presentación de hoy cae en el momento justo, no nos equivocamos en elegir este evento porque teníamos la esperanza de que el final de este año sea luminoso más festivo y así nos encuentra.
Veinte años después de la primera gira, además de más viejos y más rotos, nos agarra con más experiencia, con mucho entusiasmo y con ganas de emprender un nuevo viaje, que tiene que ver con “Mil pueblos jóvenes” en algunos países de Latinoamérica y el interior de Argentina, también.
-¿Qué se viene en el nuevo trabajo?
-En este nuevo trabajo que se llama «Mil Pueblos Jovenes» va a estar integrado por una película que es un largometraje de ciencia ficción, un libro de comics llamado «Naves paganas», la película se llama «Mnemora» y una novedad es que es un app que se puede descargar en los celulares que es un juego con un artefacto que usan nuestros héroes en la película y agregamos eso. Cuando editamos el primer material venía acompañado de un comic y un juego de mesa, así que la idea fue volver a lo lúdico.
El eje del material y la película tiene historias que se cruzan y la música es la atmósfera de todo, contamos con la orquesta de San Martín. Costo mucho esfuerzo pero estamos muy felices de poder compartirlo.
-¿Cómo combinan “Mnémora” con la propuesta que tiene en mente para la presentación del nuevo álbum?
-Desde el aspecto práctico va a ser un show con muchos visuales de la película y cosas relacionadas con la misma, desde lo filosófico tal vez estamos muy esperanzados y la película camina mucho por esto de reconocernos como una unidad y pueblo; El Culebrón es una banda que lleva eso como bandera desde siempre, y aparte tenemos como un motor interno que hasta en los momentos más difíciles siempre nos pone en marcha de nuevo, eso es “Mnémora” también. Los personajes de la película se tiran una soga ellos mismos para llevar adelante esa epopeya que es la película como una guerra de la felicidad contra el miedo.
-Es un buen momento para que “Mil pueblos jóvenes” hagan un grito de guerra, ¿no?
-Un poco lo pensamos, un poco se nos dio y un poco nos sorprendimos nosotros mismos cuando estábamos filmando la película. Ya en el proceso de post producción hubo muchas imágenes que estaban coincidiendo con mucho de lo que está ocurriendo ahora, como si las hubiésemos visto y después filmado, eso fue una sorpresa, entonces ha habido como señales de que estábamos trabajando con unas ideas muy adecuadas.
En el contexto histórico, estábamos en las PASO y teníamos mucho temor de cómo se pudiera dar todo esto, presentar el disco en un clima que iba a ser tenso nos daba tristeza; teníamos temor de seguir con un periodo tan denso. Y resulta que todo fue para adelante, estamos contentos por eso y queremos sumar un festejo para que podamos pensar la cultura de otra manera, recuperar espacios culturales y artísticos que se han perdido y que sabemos que son fundamentales. Creo que por eso hay gente que quiere que se pierdan.
Nosotros, durante diez años, trabajamos por la Ley de Medios y fue bastante importante para El Culebrón. Entonces yo creo que es un gran momento para presentar «Mil pueblos jóvenes» como parte de la recuperación de todos. Nunca es fácil, pero por lo menos el espíritu va a ser otro.
-¿Cómo es mantenerse a través del tiempo siendo un colectivo cultural autogestivo?
-Es difícil, creo que para lograrlo hay una frase clave y compuesta: Amor y poesía como sinónimo.
Amamos lo que hacemos, tenemos esperanzas de dejar un mensaje de que un mundo diferente es posible, y nos permitimos inventar ese mundo que queremos y generar herramientas como ejercicios de eso, una manera distinta de hacer las cosas. Durante 23 años nos mantuvimos deseosos de un mundo más justo, eso existe en cada uno de lo que hemos integrado, integramos e integrarán El Culebrón, y lo que predomina es la fe de vivir en un mundo diferente e igualitario.
-Después de tanto tiempo que apuestan a un colectivo comunitario, ¿cómo los recibe la ciudad donde comenzó todo, Moreno?
-Hermoso, ¿qué te puedo decir? Primero fue todo en Villa Ballester y Montecastro. En una casona que alquilábamos y lo hicimos como sede. Por eso el tercer disco en vivo se llama «2163», que era la altura de la calle.
Después compramos el primer terreno en Moreno y ahí se instaló la sede en Moreno, siempre la relación con el conurbano fue fundamental, nuestra base es ahí, tenemos una escuela de arte popular, radio comunitaria, plurismedio, una murga y muchas actividades que realizamos para y con el barrio.
Lo que ocurre en la sinergia del barrio es el guiso que se cocina y sale a la luz, nosotros producimos lo artístico, se nutre y sale del barrio, por eso la idea fue tener la sede en el conurbano. Moreno es nuestra casa, trabajamos mucho este año con la parte educativa, se creó la dirección de entidades educativas comunitarias y trabajamos de forma directa, redes barriales que es para nosotros el ejercicio fundamental para que la gente se conecte de manera horizontal y que podamos trabajar todos los aspectos que hacen al barrio y a la vida en conjunto.
-Siempre abordaron sus discos acompañados de material audiovisual con comic-book. ¿Qué leen ustedes? ¿Qué tipo de libros o comics los inspira?
-¡Qué pregunta divertida y curiosa! Es muy variado y de influencias diferentes y muy enriquecedoras, incluso cada uno de nosotros somos muy distintos, pero somos todos muy curiosos, nos gusta la ciencia ficción, policiales negros, cine clásico, somos muy lectores de poesía desde surrealista, de hecho creemos que nosotros somos como una continuidad de lo que fue el manifiesto surrealista. Ellos decían que «las acciones tenían que públicas pero no políticas». Nosotros creemos que somos eso, aunque le sumamos una actividad política muy intensa de gestión y participación, con todo respeto somos muy surrealista y leemos mucho. Escuchamos muchísima música, desde rock nacional y nuestros grandes maestros hasta el folclore por eso hacemos como un rock mestizo. Nos gusta el jazz, blues, electrónicas. El cine japonés de animación nos encanta, David Lynch como para citar solo a alguno, tenemos una larga lista y podría continuar durante toda la entrevista hablando de lo que nos gusta. Somos muy eclécticos. (Risas)
-¿Creen que exista un “súperheroe” de este tiempo?
-Sí, es profundamente cierto. ¡Qué buena pregunta! Pienso que ese superhéroe que lo han intentado matar o encerrar muchas veces no lo han logrado, siempre sobrevive y sale a la calle. Ese superhéroe se llama El Pueblo. Y nosotros trabajamos con las redes que hacemos para podamos reconocernos como un colectivo en el que todos componemos ese pueblo.
-¿Cómo perciben la escena política actual desde su lugar comunitario?
-Nuestra historia política siempre fue compleja, nuestro país es medio surrealista también y ocurren cosas complejas, cosas extrañas. Yo creo que hay dos polos en el mundo: por un lado la zona saqueadora del mundo y por otro la zona saqueada. Y después acá ocurren cosas raras, entonces el escenario siempre es difícil, sin embargo por en estas últimas elecciones se vuelve a dar un paso en la recuperación de ciertos espacios. Nosotros no tenemos una bandera partidaria, pero sí reconocemos que preferimos discutir un país con otro tipo de ideología comandando porque de otra forma es imposible, es decir, no se puede discutir con la gendarmería en la calle.
Los porcentajes de las elecciones son heterogéneos y también su composición, es un escenario complejo, pero siempre nos quedamos poniendo el hombro para ayudar y acompañar. Es importante comprender y comprendernos cada uno desde su lugar y trabajar desde lo colectivo, desde lo comunitario y con miras a cambiar el paradigma competitivo que de forma permanente el sistema trata de bajar con sus “Señores Smith´s” (ríe) lo nuestro es trabajar con el otro, no en competencia. Este nuevo paradigma para nosotros es esperanzador luego de estas últimas elecciones, pero siempre le vamos a poner el hombro.
-¿Qué es el “plurimedio regional”?
-Es lo que han llamado «multimedio», pero la verdad es que para nosotros esa palabra tiene semejante oscuridad que no quisimos llamarlo así, por lo que decidimos llamarlo plurimedio. En su momento estaba compuesto por la radio, canal de televisión comunitaria zonal, una publicación que hacíamos quincenalmente impresa y hoy la parte audiovisual muto hacia las redes así que los canales son online. La radio está a full y las publicaciones como los manuales de murga, cine comunitario o democracia participativa. El plurimedio abarca todos esos canales de comunicación.
-¿Qué reciben de los niños y jóvenes que participan de la escuela de arte y comunicación popular que ustedes llevan adelante?
-Todo recibimos. Hicimos una canción que está en el último disco que se llama “Superhéroes”.
Nosotros hacemos una colonia en invierno y otra en verano que es de educación gratuita para los chicos del barrio, y en uno de los años se trabajó la temática de superhéroes y cada uno tuvo que inventar el suyo en una lucha contra el mal.
Entonces pensamos que los chicos son el futuro, la esperanza, alegría, energía, nos traen un sentido para todo lo que hacemos, los incorporamos como parte directa de la organización, salieron en la película, tienen muchas actividades, hay talleres en la escuela para ellos, y nos dan ganas de seguir adelante. El amor de ellos y su energía nos da el impulso para seguir esforzándonos.
-Según su perspectiva, ¿cuál es la mejor manera de comunicar al pueblo?
-Creo que no hay que agotar ningún recurso, hay mucho ruido en el medio que mete el sistema y confunde un montón. Cada uno debe utilizar las herramientas con las que se sienta más cómodo, en el caso nuestro que tiene que ver con lo artístico y comunicacional nuestra creencia tiene como principio las redes, conectarnos de forma permanente. Nosotros integramos un movimiento que se llama Cultura Viva Comunitaria, que es un movimiento latinoamericano, lleva cuatro congresos en distintos países, el último se hizo en mayo aquí en Argentina y trabajamos para que los estados destinen un porcentaje de su PBI para financiar entidades culturales comunitarias y surjan de la gente de manera espontánea. Bibliotecas populares, grupo de teatro comunitario, crear un sostén para el barrio. Como estamos nosotros, hay un montón de colectivos que trabajan de manera simultánea para intentar generar redes, y para nosotros es fundamental hacerlo de manera horizontal y no a través de un medio. Vivimos en la era de la hiperinformación y no de la verdad, por lo que todo el mundo informa pero esa información se encuentra tan manipulada que la gente vive un mundo y le presentan algo que no es real, es algo implantado. El contenido poético y llegar al fondo de cada uno es clave para poder comunicar al pueblo, la idea es que abramos los ojos y saltemos todo el ruido que hay en el medio y no nos deja salir a flote.
-¿Qué significa «Comunicar con democracia participativa»?
-Para nosotros es la evolución de la democracia. Es lo que proponemos siempre, de hecho tenemos un manual que se llama de esta manera, es lo opuesto a la democracia en la que vivimos que es delegativa, representativa en donde las acciones de la gente se reducen a una convocatoria a elección pero después las decisiones lo toman otros, esto funciona como la administración de un edificio, si lo vecinos no participan todo queda en manos de unos pocos.
Y esto se repite todo el tiempo, nosotros proponemos que el estado tiene que modificar las constituciones y que todos podamos participar, que sean plebiscitarias en donde la gente de forma directa actúe y tome las decisiones no solo en lo práctico sino también en presupuestos por ejemplo.
Te cuento que nosotros no nos quedamos con una idea y listo, en San Miguel presentamos «Movimiento por la carta popular» es un proyecto de ley participativo y lo decidían los vecinos en asambleas barriales, y el dinero que le correspondía a cada barrio lo administrara la asamblea. La democracia participativa tiene que ver con el impulso a generar un sistema que no sea delegativo sino que seamos protagonistas del futuro.
-¿Qué sintieron al ser reconocidos por el Fondo Nacional de las Artes?
-El reconocimiento fue para el cantante de la banda Eduardo Balán, el fundador de El Culebrón, es mi amigo y hermano.
Pero todo lo que se va haciendo se hace en colectivo entre todos lo que integramos y los que colaboran con nosotros. El Culebrón Timbal es algo afuera del sistema y es algo inclasificable, y al ser reconocido por un organismo oficial sentimos que puede accionar y es reconocido en un sistema cultura que generalmente funcionan de otra manera.
Nos dio una alegría enorme, después de veintitrés años, fue hermoso. El reconocimiento viene de distintos lados: desde Skay Beilinson, por ejemplo, cuando le preguntan qué banda cree el que siguió con el espíritu de Los Redondos de los años setenta, él dice que somos nosotros.
Cuando nuestras películas ganan premios o son reconocidas, todas esas cosas nos llenan de emoción, porque le ponemos tanto esfuerzo y tanta dedicación, siempre de lo autogestivo, siempre afuera del sistema.
-¿Cuál es su propuesta para el show de esta noche de jueves, en La Trastienda, por sus 20 años de trayectoria?
-Estamos a full con el espectáculo de hoy. Va a ser un fiestón, va a haber una intervención murguera y muchos momentos visuales, una banda musical inmensa, el escenario va a ser fantástico, lo de hoy va a ser una fiesta. Recomiendo para todos estar, porque les va a encantar.
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