Andrea Prodan es un artista multifacético: actor, músico y compositor italiano, radicado en Argentina hace varios años, se afinca en las sierras cordobesas junto a hijos y mujer. Su primera experiencia musical fue «Viva Voce», un álbum, en la década del ’90, en el que recreó con su voz todos los sonidos: recibió críticas espectaculares de la prensa especializada. Con el tiempo, tras irse y regresar de Europa, fundó Romapagana, una banda potente que ya lleva 16 años de vida, en la que resume sus búsquedas e inquietudes artísticas: goza del respeto de sus colegas músicos y del periodismo musical. Por otro lado experimenta en solitario, como hace unos meses atrás, editando un trabajo con su celular, bajo el seudónimo de Dre Dre Bondang: «Freshness of suprise». Aunque todo no termina allí: su admiración hacia David Bowie lo llevó a armar un homenaje a un músico que admira desde siempre y que también admiró su recordado hermano Luca Prodan, fallecido en 1987. La experiencia de Bowie Remembered lo entusiasma y diversifica aún más sus proyectos musicales. En este reportaje, entre tantos temas abordados, Prodan anuncia que el año que viene recreará canciones de Luca que nunca fueron grabadas por Sumo ni editadas por su hermano en vida.
Por Sebastián Duarte
Fotos: Mariano Nieva / Facebook – Instagram Andrea Prodan – Romapagana.
-Andrea, ¿cómo te recibe Buenos Aires cada vez que venís de las sierras cordobesas?
-En este momento estoy en el Barrio Chino, en Belgrano. Suelo venir a comer cuando vengo a Buenos Aires y además compro monedas chinas de plata, también te de jazmín y salsitas que no se consiguen en Córdoba. Sucede que me gusta mucho cocinar. Ahora está todo muy caro.
Yo vivo cerca de Mina Clavero. Soy vecino de Timmy McKern y Germán Daffuncio (manager / cantante y guitarrista del grupo de rock Las Pelotas) y lo loco es que casi no nos vemos. Lo de la comunidad nuestra quedó en el pasado.
-¿Qué se ve desde la puerta de tu casa en las sierras?
-La mía es una casita abajo de la montaña. Conocí a la casa en la época del disco «Viva Voce». Yo pegué una película en Alemania por la que me pagaron muy bien. Con ese dinero enseguida compré la casa. Quería irme a la mierda de Europa. Después de la muerte de Luca, mi hermano, no pensé que iba a volver a Argentina. Tuve un primer hijo con mi primera mujer. Después me separé.
-Justamente el disco «Viva Voce» fue tu primera experiencia musical en Argentina. Seguramente marcó en tu vida para lo que llegó después, ¿no?
-«Viva Voce» fue hace muchos años. Viví bastante tiempo en Traslasierra y Buenos Aires. Siempre tuve un perfil muy bajo, conectado principalmente a mi familia. Y aprendiendo los códigos de Argentina. Aprender un idioma es aprender sutileza. No es mi intención ser famoso. Lo bueno es que este país me permitió hacer lo que me gusta. Acá hay mucho talento y gente que se suma a lo que propongo. Mi grupo Romapagana ya lleva 16 años de vida.
-¿Cómo nacen obras individuales como el disco en solitario bajo el seudónimo de Dre Dre Bondang?
-Grabé Dre Dre Bondang con el celular. La música nació de la improvización. Hago lo que me sale solamente si me siento cómodo y feliz. Por suerte tengo a mi lado una mujer que me da libertad: «Andá a grabar después vení a cambiar el pañal al bebé». Qué más se puede pedir. Yo le doy su espacio y ella también a mí. Es un sueño hecho realidad la familia que tengo. Soy consciente de que no es fácil que esta clase de sueños un día se hagan realidad.
-¿Cómo sucedió lo del homenaje a David Bowie?
-Resulta que yo estaba viviendo en Buenos Aires. Caminando por la calle veo un cartel que anunciaba un show de Adrian Belew en «Celebrity Bowie», en Museum. La verdad que me entusiasmé. Pensé que sería carísima la entrada, sin embargo fui hasta el lugar y pude comprar dos tickets. Siempre se puede invitar a algún amigo. Esa noche estaban todos los críticos, desde Claudio Kleiman hasta Alfredo Rosso. El concierto me voló la peluca.
Yo escuchaba «Space Oddity» en mi casa, con mi hermano Luca, en su hábitat. Tenía tan solo ocho años y fui fan de Bowie en los ’80. Fue a tocar a Roma en 1986 y ese concierto no me gustó para nada. Fue muy superficial y aburrido. Fue un show muy yanqui, muy Hollywood. Incluso ni hablé del tema con Luca. Pero después me volvió a sorprender con un nuevo álbum. Pensé «por suerte de nuevo se está conectando con sus fantasmas, con sus problemas». Llegaron luego grandes discos. Lástima que Luca ya no estaba porque hubiéramos disfrutado muchísimo nuestro fanatismo por Bowie.
-¿Y cómo aparecieron músicos de la banda El Bordo dentro del proyecto?
-Lo cierto es que me contacté con los hermanos Alejandor y Diego Kurz, de El Bordo. A ellos los conocí hace 12 años en una sala y estaban casualmente tocando temas de Bowie. Yo entré a la sala y me puse a cantar mientras ellos los tocaban. Hasta que luego de tantísimos años, hace meses los llamé a las cinco de la mañana. «Puede que suene a una cosa egocéntrica, ¿pero querés tocar Bowie conmigo?», le dije a uno de los Kurz. Debo reconocer que a mí no me gustan las bandas tributos. Imaginate la cantidad de bandas tributos a Sumo que me llaman y no voy. El caso de Bowie Remembered lo siento distinto. Comprendo lo que dice en las letras y juego con eso. Ya existe Romapagana como experiencia propia, Bowie Remembered es otra cosa. Casi un triunfo. Hacer esto en Argentina, con humildad, ¿qué más puedo pedir? Por ahora tocamos para poca gente, con calidad lo hacemos. La pasamos muy bien.
-Sin embargo ya tocaron en Rosario y se vislumbra un proyecto con vida propia.
-Cuando se enteraron que se acercaba el aniversario de «25 años del hombre a la luna» enseguida nos llamaron. Nos propusieron tocar y representar en el Anfiteatro España, cerca del río. Un lugar increíble. Allí fue el bautismo de la banda. Sentía como que nos acompañaba un ángel guardián.
Nosotros trabajamos con naturalidad. Soy de los que piensa que hay que esperar el momento. Cuando te sentís empoderado, cómodo, todo sale solo. Seis años atrás no podría haber hecho Bowie.
-¿Tenés algún otro poyecto en mente, más allá de que aún no sea el momento de salir a mostrarlo?
-Mirá, el año que viene voy a sacar unos temas que Luca me mandó en cassettes, son temas anteriores a «Perdedores hermosos» y «Time Fate Love». Además incluiré temas de su banda en Inglaterra. Estoy con esa grabación en la actualidad. A través del baterista Jorge Araujo conocí a dos músicos de Santa Fe que me están acompañando con el proyecto. Mi idea es llevar ese pequeño espectáculo por el interior de Argentina, conocer lugares como Catamarca, Formosa y otros provincias y pueblos. La gente se acercará porque es curiosa. El artista por lo general se queda enredado en los remolinos de Buenos Aires y Rosario, pero el interior también existe. Estoy muy entusiasmado con eso.
-¿Cómo hiciste para conservar sin daño esas cintas de Luca durante tantas décadas?
-Timmy las conocía, pero estaban separadas. Nunca se usaron, pero no porque no sean buenas, sino porque no se dio. Algunas yo las las subía a la página que tengo que se llama Casa Prodan en internet. Incluso subí cosas anteriores a «After Chabón». Ninguno de los ex Sumo se enojaron ni nada. Puse gratis 12 canciones allí. Tuvo una repercusión muy grande. Las que grabaré ya se pueden escuchar. Son temas que nadie quiso tocar. Son canciones que conozco, porque esa época la conocí, cuando las hizo Luca.
-¿Cómo es tu relación actual con los ex Sumo?
-Muy sana. Cuando falleció Luca vine con mi madre, en 1987. Llegamos tarde al funeral. Lo vimos por televisión. Al día siguiente cayeron los Sumo y fuimos a Palomar luego de comer un asado juntos. Esa vez tocamos juntos. Esa tarde la banda necesitaba claramente exorcizarse. Después llegó un período muy extraño. Canté temas de Sumo con ellos. Después me fui a Italia y cuando regresé canté con Las Pelotas.
-¿Pensaste que fue acertado que la banda se separara sin estar tu hermano vivo?
-Con el tiempo, cuando volví a Argentina, no quería saber nada con que se volviera a armar Sumo. Me pareció bien que se separaran, pero allí no había lugar para mí. Cuando se cumplieron 25 años, me pareció que estuvo bien la juntada: fui a cantar incluso con fiebre alta. Hace poco tocó Divididos en Mina Clavero y no fue ninguno de Las Pelotas al show. Eso me llamó mucho la atención.
Andrea Prodan presenta a Bowie Remembered este sábado 30 de noviembre, en Lucille (Gorriti 5520, CABA) a las 21 horas.
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