Adicta es un grupo argentino pionero del electropop, que pese a no jugar en las ligas mayores, siempre contó con el reconocimiento de su público fiel y de músicos colegas, tales como Gustavo Cerati o Leo García entre otros. En 2019, esta banda nacida en La Plata cumple veinte años de trayectoria: mucha agua corrió bajo el puente, incluso Toto, su frontman natural, se suicidó en mayo de 2015. Diez ábumes -incluyendo EPs-, canciones con visiones trágicas del amor, sensibilidad extrema y esencia dark son claves en su recorrido artístico. Rudie Martínez, su fundador, en este reportaje hace un recorrido sobre el presente y el pasado de esta genial banda.
Por Sebastián Duarte
-Rudie, ¿cómo te trata este lunes otoñal, a pocos días de la celebración de los veinte años de Adicta en Niceto?
-Uno está hasta en el último detalle. Estamos casi a punto. Estamos ensayando todos los días. Aunque ya venimos en sintonía, lo de Niceto por los veinte años es un poco más ambicioso. Estamos más maduros. El viernes 14 de junio la gente se va a encontrar a Adicta en estado puro, sin serpentinas ni globos, pero con muchísima dedicación. A pleno dark.
-¿Cuál es el resumen de lo vivido junto a Adicta?
-Sucedieron varias etapas. El nexo coordinante es la música. Yo no me casé con un solo proyecto. Adicta se formó con una banda de amigos. Siempre haciendo ruido y haciendo lo que queríamos. A mi me gusta el medio, no el fin. El amor que le aplico a la música es evolutivo. No soy el mismo pero tampoco diferente. Fue siempre a conciencia.
-¿Sos de revisar la historia de la banda, de analizar qué sucedió de bueno y malo?
-No siento nostalgia. Tengo la sensación que lo de ayer es nuevo hoy. Me topé con material de antes y pensé: “Esto funciona”. Estoy bien, lo vivo bien. La vida pasa rápido pero deja huellas. Si cometimos errores, los cometimos, pero seguimos adelante porque siempre hicimos las cosas de manera honesta.
-¿Pensaste en algún momento de estas dos décadas de vida darle un punto final a Adicta?
-Cuando sacamos Cátedras me sucedió. Y yo estaba en mi pico más alto de inspiración. Creí que lo mejor era dedicarme a otra cosa. Yo tenía la decisión de divorciar a Adicta. “Me retiro”, me dije. De hecho estuve haciendo otras cosas, otra música. Es que en ese momento estábamos agotados. Llevábamos diez años de giras. Encima la gente mucha bolilla no nos daba. Pero después de cierta crisis existe un renacimiento. Como artistas evolucionamos.
-Recuerdo que alguna vez, sobre un escenario insultaste a las discográficas, ¿por qué creés que los grandes sellos nunca pusieron sus ojos en ustedes?
-Una vez hubo una discográfica que se tentó, pero como por ese entonces teníamos un manager inescrupuloso, no lo supo manejar bien. “No les van a dar nunca bolilla porque desde el vamos se llaman Adicta”, nos decía. También hacía foco en que teníamos una imagen muy andrógina y gay. Ojo, quizás nosotros éramos un desastre. De todas formas ellos no me importaban. Para nosotros era lo mismo tocar para diez personas o para mil. Yo hago música. No tengo difusión, nunca tuvimos acceso a los grandes aparatos de difusión. Alquilo un departamento y lo intento todo como cualquier otro argentino.
-¿Tenés alguna actividad por fuera de la música para subsistir económicamente?
-Soy cocinero, trabajo de eso. Aunque ahora renuncié a ese trabajo. Trabajé bastante tiempo como cocinero profesional, en gastronomía. Fui siempre el cocinero habitual de la banda. Con decirte que preparé un fish and chips con puré de albahaca para convencer a los músicos sobre el regreso de Adicta. Y me dijeron que sí. No solamente cociné por mi trabajo, sino que cocino por mi medio. Yo cocino desde los doce años. A mamá no le gustaba cocinar, lo hacía con fiaca. Entonces una vez le dije “yo lo hago”. Leía una receta y la llevaba a acabo, así empecé en la cocina.
Yo nací en Chaco y en el año setenta nos mudamos a La Plata, o sea me eduqué en la Plata.
-Creciste es una ciudad donde el rock es pionero en diversidad de estilos, ¿te considerás de los primeros del electropop en Argentina?
-Yo le robé a Virus todo lo que pude, pero a su vez fui al primero en aparecer con la música house y el techno. El público me tiraba de todo, me lanzaban latas en la cabeza. Guardo anécdotas divertidas. Fue difícil que me aceptaran. Hoy hay bandas electrónicas en La Plata. A mí me inspiraba Black Sabbath o bien escuchaba a Roberto Carlos y a Kiss a la vez. Por ejemplo la canción beta está inspirada en María Bethania. Cuando era chico, mi primo mayor me pasaba vinilos. Yo tenía nueve y él tenía catorce. Por otra parte, yo creo que ya nací con un look. Desde chico me gustó vestirme distinto, pero con lo que tenía a mano.
-¿Extrañás a Toto?
-A Toto no lo extraño. Convivimos momentos preciosos. Me quedo con los momentos que disfrutamos. Soy del presente. No vivo la vida apegado a la melancolía.
-¿Considerás que Adicta es una banda emblema del dark argentino?
-Por supuesto. Dark. Rimbaud y otros autores fueron fundamentales desde el plano de la lectura.
-Vos tocaste con Gustavo Cerati en su etapa solista, ¿qué aprendizaje te dejó?
-Estábamos grabando en Londres el disco Bocanada. Y cuando fue el turno del tema Tabú, se me vino al recuerdo la banda que tuve, San Martín Vampire. Lo cierto es que él, por su lado, me lo expresó verbalmente: “Ustedes me inspiraron mucho a mí”. Fue muy fuerte para mí. Verlo trabajar a Gustavo Cerati fue como una verdadera escuela para mí. La gente sabe que Gustavo era un grande, pero la grandeza que tenía de cerca era increíble, fue un gigante, pero con una sencillez pocas veces vista.
-Casualmente una de las chicas que integraba la banda de Cerati también formó parte de Adicta un tiempo breve, hasta que sumaste a Haien Qiu.
-Es que con ella tocamos junto a Cerati en la misma época. Ella es Loló Gasparini. Vino por tres shows a Adicta. Y como tenía otro compromiso entonces apareció Haien, que es alucinate. Ella canta muy bien, más allá de su imagen hermosa. ¿Sabés que pasa? La imagen es moldeable pero si no cantás bien no hay remedio. Haien es talentosa y buena gente.
-Dentro del estilo musical que difunde Adicta, ¿qué bandas nuevas de la escena te resultan interesantes?
-Me gustan dos bandas: Peces Raros y Adoradores de estrellas muertas. Peces Raros es buenísima. Esas son de las mejores bandas de La Plata. En realidad escucho lo que mi novio pone en casa. La música la pone Josué y yo le pregunto quiénes son, de esa manera me voy enterando.
Adicta festeja sus veinte años de vida el próximo viernes 14 de junio en Niceto Club (Niceto Vega 5510, Palermo, C.A.B.A.) a las 21 horas.
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