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REGGAE A LO CHARRÚA

REGGAE A LO CHARRÚA

Tribu Dy Rasta es una notable agrupación de reggae, que combina estilos como ska, candombe, hip hop y raggamuffin. Oriunda de la bella Colonia del Sacramento, se transforma en la primera banda del género jamaiquino en su ciudad. Sus letras hacen un llamado a la lucha interior del ser humano en búsqueda de la felicidad. Se trata de una propuesta fresca y moderna en la escena rioplatense, que ya cuenta con dos álbumes; se proyecta como gran promesa dentro de la escena latinoamericana.

Por Sebastián Duarte

Lo llamativo de Tribu Dy Rasta es su combinación de ritmos dentro del reggae, la música de cabecera que adoptan desde sus inicios. Este grupo de la pintoresca Colonia del Sacramento, Uruguay, llama la atención, en principio por su origen (no hay registros anteriores conocidos de bandas de reggae por esa región uruguaya) y además, por su búsqueda de renovación dentro del estilo, que tan en boga está en los países latinos, adoptando como base a los padres musicales, los jamaiquinos. Pese a que la música de la isla se expandió fuertemente por el mundo, sin duda lo interesante son las particularidades de las bandas existentes en la actualidad de habla hispana (cada una, aggiornada a su lugar de origen). El sello distintivo de Tribu Dy Rasta es notable, sin duda resalta la búsqueda de matices musicales como, por ejemplo, la mixtura con el candombe, ritmo de su país, el hip hop, el ska y el raggamuffin. Al escuchar cantar a su fontman, se nota a la legua que se trata de uruguayos, pero también que aman el reggae. Es que, asimismo, las escuelas, también, son los tambores, desde el costado rítmico, que tan bien ejecutan tanto el baterista como el percusionista del conjunto rioplatense; o bien el rock, cuyo furor no dejó inmunes a los integrantes de esta agrupación, por una cuestión generacional. Por lo pronto, estos jóvenes, que rondan los veinticinco años, cuentan con dos álbumes. El primero se llama Depende de nosotros, con el que fueron nominados a Mejor Álbum Reggae Ska en los reconocidos Premios Graffiti, de gran prestigio del otro lado del charco. Actualmente dieron un paso más allá y editaron La recompensa es el camino; probablemente se trate de «un paso más allá» a nivel compositivo, donde sus letras ya cuentan con mayor maduración: composiciones donde confluyen el compromiso social y un llamado a la revolución interior, sin agitar al escucha, pero sí desde un llamado a la búsqueda de conciencia. Musicalmente, el aporte del productor Francisco Fattoruso (no hay Fattoruso que falle) haya otorgado un empujoncito a esta prometedora banda para que consiga su sello distintitvo y personalidad musical. Los integrantes son Eliana Gonnet (coros), Fefo Bouvier (bajo), Nicolás Skerl (batería), Guillermo Beschizza (teclados y coros), Juan Ignacio Vergara (teclados y coros), Diego Díaz (percusión), César Roqueta (saxo), Mariano Muhamed (voz), y Matías Hernández (guitarra), con quien conversamos.

-Si uno piensa en Colonia del Sacramento, inmediatamente viene a la mente un lugar bello, colonial, pequeño, con pocos habitantes,

¿cómo fueron los primeros pasos de Tribu Dy Rasta dentro de ese contexto?

-Colonia es una ciudad turística, nosotros arrancamos en plan acústico. En Colonia hay muchos bohemios, pero no había antecedentes de banda de reggae. Por ese motivo, tuvimos que autogestionarnos, hacernos cargo de cuestiones técnicas, sonido. Fue complicado el desarrollo, todo hacíamos nosotros. Hasta que luego llegaron los festivales grandes, donde participamos.

-¿Cuál fue el momento clave de la banda en sus inicios?

-Fue el primer verano que salimos a tocar. Fue de suma importancia que toquemos en la Fiesta R, el 16 de diciembre de 2017, en La Rambla de Colonia. Esa vez se armó muy lindo, había mucha gente, se corrió la voz. Sucede que en Colonia, como toda ciudad del interior de un país, los jóvenes cuando crecen van a la capital a estudiar o en búsqueda de nuevas oportunidades. Sin embargo, hay juventud y fueron los primeros en interesarse por lo nuestro.

-¿No se les ocurrió hacer base en Montevideo?

-Yo estuve en Montevideo unos años, perfeccionándome musicalmente, aprendiendo sonido, trabajando en estudios de grabaciones. Nuestro cantante también viaja constantemente a Montevideo. Sin embargo, nuestra base está en Colonia. Tocamos en festivales y en el teatro de la ciudad. Por ejemplo cuando tocamos en el teatro Bastión del Cármen, siempre se agotan las entradas, tiene una capacidad para ciento cincuenta personas. También hemos tocado mucho tiempo en un boliche que se llama Tres cuarto, éramos un clásico en ese espacio, hasta que cambió su onda.

-Ustedes que provienen de un país que lleva muy arraigado el candombre, ¿cómo arribaron al estilo reggae?

-Nosotros nos formamos entre algunos amigos del barrio y otros de la escuela. El baterista y el tecladista fueron los primeros en plantear que querían formar una banda reggae. Había un programa de radio que se llamaba Selva Babilonia, nuestro manager de hoy era el sonidista y productor de ese programa. Él nos convocó a tocar el día del debut importante en La Rambla. Por otro lado, nosotros éramos fans de bandas de Montevideo como Congo y Kimia Na Mokili, con veinte años de trayectoria dentro del reggae. Solíamos viajar seguido para verlos tocar, hasta quue luego nos hicimos amigos, aprendimos muchísimo de ellos. Con el tiempo, compartimos escenarios. Hubo un aspecto importante que además ayudó a que tengamos contacto con el reggae. En Colonia llegan las radio argentinas. Por ejemplo, prendés la radio del auto y las enganchás. De esa manera, siempre escuchamos reggae argentino, que nos influenció bastante.

-Ahora bien, al tratarse de charrúas, es inevitable no contar con piscas candomberas en la música. Ustedes las tienen, se reflejan en algunas de sus canciones.

-Con el candombe tenemos contacto directo desde siempre, somos un país en contacto con África, hay muchos descendientes en Uruguay. Y el candombe fue nuestro acercamiento con África. Tanto Nico, el baterista, como Diego, el percusionista, participan de las tocadas en las Llamadas de candombe. Nosotros somos del Barrio Sur, un lugar donde hay mucho candombe. Salimos a la calle o salimos de ensayar y afuera hay quienes están con los tambores tocando. Nuestro reggae lleva candombe.

-En la década de vida que lleva la agrupacióin, compartieron escenario con muchas bandas de reggae argentinas, ¿cómo fueron esas experiencias?

-El Rototom, ese festival de reggae fue fundamental, y también haber participado en concursos. En una fiesta de lanzamiento nos invitaron a participar por Uruguay. Siendo de Colonia, es fácil cruzar a Argentina. Esa vez compartimos con Fidel Nadal y Los Cafres, entre otros. Fue impresionante para nosotros. Además nos gustan muchas bandas de Argentina: Nonpalidece, Riddim, Los Cafres, Kameleba, todas ellas fueron referentes directas para nosotros.

-Qué cambio se produjo en la banda a nivel artístico entre aquel show en La Rambla y la aparición de su segundo álbum, La Recompensa es el camino?

-Las grabaciones de discos te generan cambios. Se fue dando de manera natural la música, pero la premisa siempre fue que Tribu Dy Rasta consiguiera su identidad sonora. En eso nos ayudó mucho Francisco Fattoruso, aunque no tanto con el reggae, pero sí en otra clase de arreglos.

-Escuchando sus letras, ustedes se pasean entre los social y cuestiones del corazón, ¿cómo definirían a lo suyo a nivel compositivo?

-Intentamos que nuestras letras sean lo más honestas posible. Hablamos de cuestiones de la vida cotidiana, de lo que vemos y vivimos en carne propia. No nos interesa hablar de cuestiones que no vivimos ni sentimos en la vida. Antes, cuando érmos más chicos, hablábamos más del amor y desamor, reflajaban situaciones q vivíamos, y eso de refleja bastante en el primer disco nuestro. En nuestro actual álbum contamos con una búsqueda de temas más internos, los de la verdadera revolución, porque creemos que el verdadero cambio siempre empieza desde lo interno del ser humano. Pensamos que la gente tiene que luchar por lo que desea. Es por eso que elegimos como nombre de la placa La recompensa es el camino. Hablamos a consciencia. Consideramos que una canción en el momento justo puede ayudarte a resolver algún aspecto de la vida. A nosotros nos pasó con el reggae. Muchas veces te podés sentir mejor con una canción en un momento complicado.

-¿Por dónde pasa en ustedes la filosofía reggae? Porque es muy amplia y abarca varios aspectos.

-Nos llegó por la música. Claro que también por otros lados, pero principalmente por ahí. No nos pasó por el lado religioso. Desde lo personal, considero que la religión lo que logra es dividr a la gente. Para nosotros la parte de la filosifía que elegimos es transmitir cosas desde el interior. Llamar a un cambio interior, desde lo espiritual de las personas, el llamado al amor. Nosotros nos movemos como familia. No sería correcto estar vendiendo algo que no somos. Por otro lado, estamos a favor de la reivindicación de por lo que luchan los rastas; con todo lo que sucedió a los esclavos, rastas, sobre su regreso a Etiopía. Son sólo consideraciones que acompañamos, pero no lo andamos profesando como banda.

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